Fotos en redes sociales muestran a grupos de personas esperando ansiosamente a que sus hijos presenten sus exámenes en las puertas de las escuelas. Su presencia no les ayuda a hacer los cálculos ni a escribir los ensayos en la sala de exámenes, pero aun así creen que su presencia es una forma de terapia mental para ayudar a sus hijos a tranquilizarse.
Conozco a una colega que se tomó un tiempo libre durante los exámenes de su hijo. Ya había sido aceptada directamente en la universidad en la carrera que deseaba, y el examen de graduación solo era un requisito con una puntuación mínima, pero aun así intentaba organizar su trabajo para llevar a su hijo a la escuela todos los días.
Anoche, mi tío, que vive en el campo, me llamó emocionado para contarme que su hijo obtuvo buenas calificaciones en el examen y probablemente se graduará entre los mejores. Mi padre y yo hemos decidido ir a una escuela vocacional, pero aun así, tenemos que graduarnos sin vergüenza. Me alegro por mi padre y por mí, y también por el futuro de los niños que acaban de aprobar un examen memorable cuando se implementó el nuevo programa de educación general. Aunque tengamos que usar una llave inglesa o un martillo en el futuro, debemos esforzarnos por obtener un certificado de graduación "bonito" para que nadie nos menosprecie.
Al observar a los padres reunidos con rostros pensativos, recuerdo las sensaciones de mis hijos al entrar en la sala de exámenes. Sentimientos genuinos, con cálculos minuciosos. Cosas en las que muchos padres con hijos que se presentan a exámenes suelen pensar. Es un camino familiar para ir a la escuela, pero aún hay que reevaluarlo, calcular la distancia, el tiempo de cada semáforo, la densidad del tráfico en ese momento para que sea más rápido y seguro. Qué comer, qué color vestir, qué palabras evitar... los días de exámenes también son historias. Antes de que mi hijo presentara el examen, quemé incienso y pedí bendiciones a mis antepasados. Sé que puede ser solo una voluntad espiritual, no un sustituto del estudio de mi hijo, pero es la expresión de un deseo legítimo.
Los niños no pueden estar eternamente en brazos de sus padres, y este examen marca su transición a la vida. Ya sea para obtener la calificación de admisión a la universidad o simplemente para graduarse de la preparatoria, nadie quiere que sus hijos se enfrenten a imprevistos. Por lo tanto, la preocupación, el entusiasmo, incluso las acciones consideradas redundantes, no buscan presionarlos, sino motivarlos. Esta es una expresión sincera y conmovedora de preocupación y amor por el aprendizaje. Estamos de acuerdo y nos alegra que el aprendizaje se valore cada vez más y la sociedad lo reconozca y cuide adecuadamente.
Felicidad
Fuente: https://baothanhhoa.vn/yeu-thuong-su-hoc-253490.htm
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