Cada julio, junto con las silenciosas varillas de incienso junto a las tumbas y las velas parpadeantes en los cementerios de los mártires, el pueblo vietnamita se llena de nostalgia por los millones de niños que cayeron por la independencia y la libertad. El Día de los Inválidos de Guerra y los Mártires, el 27 de julio, es un recordatorio sagrado de la moraleja: «Al beber agua, recuerda su fuente».

Grandes pensamientos, grandes corazones para los caídos.
Ya en junio de 1947, en medio de las feroces bombas y balas de la guerra de resistencia contra el colonialismo francés, el presidente Ho Chi Minh ordenó elegir un día para que todo el país recordara y mostrara gratitud a aquellos que se sacrificaron o dejaron una parte de su sangre por la Patria.
En una carta dirigida al Comité Permanente del Comité Organizador del Día Nacional de los Inválidos de Guerra, fechada el 17 de julio de 1947, el tío Ho enfatizó: «Los inválidos de guerra son aquellos que han sacrificado a sus familias y su sangre para proteger a la Patria y a sus compatriotas. Por el bien de la Patria y sus compatriotas, han padecido enfermedades y discapacidades. Por lo tanto, la Patria y sus compatriotas deben estar agradecidos y ayudar a estos heroicos hijos».
En la Carta a los Inválidos de Guerra, Soldados Enfermos y Familiares de Mártires, del 27 de julio de 1956, expresó: «Los inválidos de guerra, los soldados enfermos, las familias de militares y las familias de mártires son quienes han contribuido a la Patria y al pueblo. Por lo tanto, es nuestro deber estarles agradecidos, amarlos y ayudarlos».
Sus palabras no son sólo un mandato moral, sino también una profunda verdad humana: la sangre de los soldados ha regado esta tierra, y la nación no puede avanzar sin inclinar la cabeza en agradecimiento al pasado.
En el pensamiento de Ho Chi Minh, el soldado herido no es solo un soldado que regresa, sino también un símbolo viviente de patriotismo, voluntad indomable y espíritu heroico. " La sangre de esos mártires ha enrojecido aún más la bandera revolucionaria. El sacrificio heroico de los mártires ha preparado el florecimiento de la independencia y el fruto de la libertad para nuestro país" .
Éstas son las sentidas palabras del padre de la nación, como un canto silencioso desde el corazón enviado a aquellos que no regresarán.
Corazón específico, trabajo práctico
Las grandes reflexiones del tío Ho siempre estuvieron acompañadas de acciones concretas, sencillas pero conmovedoras. Desde los primeros años de la fundación del país, el tío Ho dedicó parte de su salario a apoyar el Fondo para los Inválidos de Guerra, envió regalos del Tet, envió cartas de condolencias y visitó regularmente residencias de ancianos y hospitales para visitar a los soldados heridos.
La carta enviada al Comité Permanente del Comité Organizador del "Día Nacional de los Inválidos de Guerra" el 17 de julio de 1947 decía: "Me gustaría ofrecerme como voluntario para enviar un sostén de seda que me dio una mujer, mi salario de un mes, una comida mía y del personal del Palacio Presidencial, por un total de mil ciento veintisiete dongs (1.127 VND.00)".
Sus acciones no eran ostentosas, sino que estaban impregnadas de humanidad. Consideraba que cuidar a los soldados heridos y a los mártires era una responsabilidad moral y también una condición para fortalecer la gran unidad nacional, donde la gratitud se convierte en un vínculo duradero entre generaciones.
Graba sus palabras
Han pasado 78 años desde que el tío Ho escribió una carta a los soldados heridos, pero el espíritu de esa carta sigue vigente. Es un recordatorio de que la gratitud no se limita al 27 de julio, sino que debe ser una acción regular, continua, concreta y responsable.

En el contexto actual, cuando el país entra en una nueva era, las palabras del tío Ho siguen siendo el principio rector: " Nuestro pueblo recordará siempre los méritos de los mártires y siempre debemos aprender de su valiente espíritu para superar todas las dificultades y adversidades, y completar la causa revolucionaria que nos han legado".
El 27 de julio no es sólo una ocasión para celebrar, sino también una oportunidad para que cada vietnamita reflexione sobre su corazón, sea agradecido, actúe y viva digno de los grandes sacrificios de muchas generaciones de padres y hermanos.
Fuente: https://baogialai.com.vn/tri-an-nguoi-co-cong-theo-loi-bac-dan-post561606.html
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