La industria de la construcción australiana se enfrentará a un gran shock: Bensons Property Group (BPG), uno de los principales grupos de construcción del país, se ha declarado en quiebra.
Uno de los proyectos de Bensons Property Group, un edificio de apartamentos de 485 millones de dólares australianos en Gold Coast, Queensland. Foto: dailymail.co.uk
El colapso del gigante empresarial ha dejado más de 1.300 casas sin terminar por un valor total de 1.500 millones de dólares en los estados de Victoria, Queensland y Tasmania.
Esto no sólo causa dificultades a los compradores de viviendas, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la inestabilidad en la industria de la construcción australiana, creando al tiempo que impactos negativos que se extienden a muchos sectores de la economía del país.
La decisión de quiebra de BPG se produce en un momento en que la industria de la construcción se encuentra bajo una fuerte presión por el aumento de los costos de los materiales, las interrupciones en las cadenas de suministro globales debido a la pandemia de COVID-19 y el aumento de las tasas de interés de los préstamos hipotecarios.
El director ejecutivo, Rick Curtis, destacó que la decisión era “extremadamente difícil pero inevitable” para proteger los intereses de los clientes, empleados y partes interesadas.
Sin embargo, declararse en quiebra no se queda en dejar casas o proyectos sin terminar, sino que provoca un efecto en cadena, afectando profundamente a muchos ámbitos relacionados directa e indirectamente con la industria de la construcción.
La crisis de la construcción en Australia ha provocado graves perturbaciones en el mercado inmobiliario del país, con una serie de proyectos de vivienda suspendidos indefinidamente.
Muchos compradores de vivienda, especialmente familias jóvenes, se enfrentan al riesgo de sufrir pérdidas financieras significativas e incluso se encuentran bajo presión adicional para encontrar financiación para terminar ellos mismos las viviendas inacabadas. Esto ha minado gravemente la confianza de los ciudadanos en el mercado inmobiliario, que ya se encuentra bajo presión por el aumento de los precios de la vivienda y la oferta limitada.
La escasez de viviendas en grandes ciudades como Sydney, Melbourne y Brisbane ha exacerbado el problema, haciendo subir los precios de las propiedades y presionando la demanda de viviendas sociales.
No sólo el mercado inmobiliario, las cadenas de suministro australianas y los contratistas de construcción también se ven gravemente afectados.
Los proveedores de materiales de construcción como acero, cemento y madera se enfrentan a una caída significativa de los pedidos, lo que obliga a muchas empresas a reducir sus operaciones o incluso a cerrar. Miles de trabajadores de la construcción y subcontratistas han perdido sus empleos, lo que ha provocado una caída de los ingresos familiares y una reducción del poder adquisitivo de la economía.
El efecto dominó no sólo afecta gravemente a la industria de la construcción, sino que también se extiende a los sectores minorista, de servicios y de consumo, ejerciendo una gran presión sobre el mercado laboral y los sistemas de seguridad social.
El sistema financiero también enfrenta riesgos significativos debido a la crisis. Los bancos y las instituciones financieras que han otorgado crédito para grandes proyectos de construcción ahora enfrentan el riesgo de un aumento de la morosidad.
Esto no sólo reduce la capacidad de préstamo futura sino que también estanca los flujos de capital hacia nuevos proyectos, lo que desacelera el crecimiento económico.
Estas consecuencias requieren que el Gobierno australiano intervenga para apoyar a la industria de la construcción durante este período difícil, aunque también plantean grandes desafíos para equilibrar el presupuesto nacional.
Grandes desafíos para la economía australiana
La crisis de la construcción ha puesto de manifiesto las debilidades fundamentales del sistema económico australiano. Las interrupciones en los proyectos de construcción no solo han socavado la confianza de los inversores, especialmente en un momento de alta demanda de vivienda en las grandes ciudades.
Sin medidas de mejora oportunas, esta inestabilidad podría persistir, reduciendo los flujos de inversión y afectando las perspectivas de recuperación económica después de la pandemia.
Para abordar esto, el Gobierno australiano debe colaborar estrechamente con empresas, bancos e instituciones financieras para desarrollar soluciones integrales. Apoyar la finalización de proyectos inconclusos y proteger los intereses de los compradores de vivienda debe ser una prioridad absoluta.
Al mismo tiempo, es necesario implementar firmemente políticas de reforma en la gestión de la industria de la construcción, incluida la supervisión financiera y la protección del consumidor, para garantizar la sostenibilidad de la industria de la construcción en el futuro.
Lo que está sucediendo no es solo un problema para la industria de la construcción, sino que se ha convertido en un gran desafío para la economía australiana. En este contexto, el equilibrio entre el apoyo a corto plazo y el desarrollo a largo plazo será el factor decisivo para mitigar los impactos negativos y restablecer la confianza en el mercado.
Sin una acción oportuna, las consecuencias de la crisis actual podrían dejar una marca negativa duradera en la economía y la sociedad de Australia.
[anuncio_2]
Fuente: https://tuoitre.vn/nganh-xay-dung-uc-soc-manh-khi-tap-doan-hang-dau-tuyen-bo-pha-san-20241228125216343.htm
Kommentar (0)