Instalar muros verdes es un espacio verde inteligente que permite que las plantas crezcan en una superficie que no crea espacio (o rara vez lo crea). Los dos conceptos principales que aparecen en este contexto son los muros verdes sólidos y los muros verdes móviles.
Ambos conceptos se relacionan con la vida ecológica. Un muro verde rígido es una estructura vertical independiente, adosada a apartamentos y casas. Las plantas utilizadas en este diseño son trepadoras, lo que permite que las enredaderas cubran la superficie vertical con una textura entrelazada a lo largo de la estructura establecida. Debido a la naturaleza fija del diseño, las plantas pueden crecer desde el suelo y enraizar en él. Su limitación radica en que, al implementar esta solución, a menudo se debe prestar atención al mantenimiento sostenible de la casa y a la durabilidad del muro, en relación con la penetración de las plantas al adherirse a la superficie.
Los muros verdes móviles (muros vivos) son similares a los muros verdes rígidos, dispuestos de forma independiente. La estructura también incluye una superficie vertical y está cubierta de plantas. Sin embargo, debido a su movilidad, las plantas dispuestas en estos muros prácticamente no tienen contacto con el suelo, como en el caso de los muros rígidos. Con esta versión, se pueden organizar compartimentos independientes para plantar numerosas plantas individuales entrelazadas, no necesariamente en vertical, sino en horizontal, apiladas unas sobre otras. Debido a su vida independiente, los muros verdes móviles también se denominan muros vivos. Los muros vivos pueden brindar al espectador una experiencia interesante gracias a la rica diversidad de tipos de plantas, además de intervenir en las reglas de crecimiento de las plantas inclinándolas o girándolas horizontalmente.
Gracias a su función de reverdecimiento, ambos tipos de muros aportan beneficios ambientales: reducen la absorción de calor, purifican el aire y bloquean el polvo. Los muros verdes también tienen la capacidad de aislar el sonido hasta cierto punto. Diversos estudios han demostrado que los paisajes verdes mejoran el estado psicológico.
Instalar estos muros no es tarea difícil. Lo importante es cómo los propietarios perciben su papel y valor en la ecologización de los espacios para regular la temperatura y purificar el aire. Priorizar los espacios verdes o usarlos para otro propósito también es motivo para dificultar la construcción de estos muros, especialmente los muros verdes, ya que pueden ocupar más espacio y requerir una inversión en diseño. Por lo tanto, es difícil implementar un sistema de muros verdes en la ciudad sin la concientización subjetiva de los propietarios.
Algunas ciudades de países desarrollados exigen regulaciones sobre colores y arquitectura de fachadas para apartamentos. Sin embargo, las regulaciones sobre la creación de áreas verdes en muros rígidos adosados a los apartamentos solo son obligatorias en algunas ciudades o países. Esto nos da una idea de que la creación de una serie de muros verdes urbanos sigue siendo solo una solución incentivadora.
En Vietnam, los muros verdes existen desde hace mucho tiempo. Sin embargo, como se analizó anteriormente, su uso es esporádico y completamente subjetivo. En este caso, se trata básicamente de muros rígidos verdes; los muros vivos son una opción muy poco común, aunque su diseño puede estar al alcance y no está fuera del alcance económico de muchas familias.
Si bien la necesidad de refrigeración urbana sostenible es cada vez más urgente, aumentar las zonas verdes urbanas mediante muros verdes (paredes vivas) se considera una solución óptima, pero no se ha tomado en serio. ¿Cuándo se incluirá esta solución en la normativa de diseño urbano? ¿Cuándo se gravará a los propietarios de viviendas si no desarrollan zonas verdes como en algunos países? La respuesta parece estar abierta.
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