La orgullosa Bach Ma del Sur

"¡Mirando hacia el sur, extraño la capital!", esa fue nuestra sensación al estar en la cima de la montaña sagrada Bach Ma, contemplando la ciudadela de Hue al atardecer. En la relación histórica entre la tierra, el cielo y nuestro país, Vietnam, durante más de mil años, Bach Ma se enorgullece de ser un testigo eterno.

Hace más de 90 años, Bach Ma fue desarrollado inicialmente como un centro turístico para el gobierno colonial francés; luego cumplió la función de punto culminante militar durante los años de lucha contra los EE. UU. para proteger la ruta de suministro Norte-Sur del ejército de liberación.

Después de que se restableció la paz , este lugar se amplió al Parque Nacional Bach Ma con una superficie total de más de 37 mil hectáreas, ubicado en la frontera de la provincia de Thua Thien Hue y la ciudad de Da Nang, enclavado junto a la cordillera de Truong Son frente al mar, lo que es aún más fiel al nombre "Caballo blanco del cielo del sur".

Después de que se restableció la paz, este lugar se amplió al Parque Nacional Bach Ma con una superficie total de más de 37 mil hectáreas, ubicado en la frontera de la provincia de Thua Thien Hue y la ciudad de Da Nang, enclavado junto a la cordillera de Truong Son frente al mar, lo que es aún más fiel al nombre "Caballo blanco del cielo del sur".

La riqueza de la naturaleza y la abundancia de flores raras y exóticas que florecen, especialmente en primavera, confieren a Bach Ma una belleza mágica. Desde la cima del Vong Hai Dai, se pueden contemplar las dos grandes ciudades de Hue y Da Nang, y también se puede disfrutar de la brisa de la montaña y del rico sabor del mar. La suave frescura de Sa Pa, Da Lat, combinada con el sabor salado de la costa, como Nha Trang, Vung Tau, hace que Bach Ma sea diferente y único.

Además del majestuoso Vong Hai Dai, cabe mencionar la pintura a tinta de Bach Ma, cuyo punto focal es la obra maestra poética Ngu Ho. Se trata de un sistema de cinco lagos adyacentes, cada uno con su propia forma y belleza, oculto entre el antiguo bosque y las rocosas orillas de las montañas, como esperando a ser descubierto. Si el primer lago es cristalino y largo como una luna creciente, el segundo es ancho y presenta numerosas grietas de granito grandes, lisas y brillantes, debido a la erosión del agua con el tiempo. El tercer lago es apacible y pequeño, y el agua fluye hasta el pie de la cascada, condensándose como un embudo.

El cuarto lago tiene forma ovalada, con olas ondulantes y grandes rocas que dividen el agua en dos grandes cascadas. Y finalmente, el más hermoso, es el quinto lago, grande, con aguas cristalinas y los colores del cielo, las montañas y los bosques, donde no solo puedes detenerte a admirar el paisaje, sino también nadar libremente y disfrutar del agua fresca después de la accidentada caminata hasta el lago. ¿Por eso hay un dicho: «Si quieres ver árboles, ve a Cuc Phuong; si te gusta ver animales, ve a Cat Tien; y si quieres bañarte en cascadas, ve a Bach Ma»?

Desde el kilómetro 16 de la carretera Bach Ma, hay un pequeño sendero de aproximadamente 1,5 km que conduce a otra cascada espectacular: la cascada Do Quyen. Tras 30 minutos de caminata por una suave pendiente a través del bosque, los visitantes se encontrarán ante una majestuosa cascada de más de 300 m de altura.

La cascada Do Quyen es el nacimiento del arroyo Ta Trach (de unos 67 km de longitud) que fluye por la cordillera Bach Ma. Al llegar a la confluencia de Bang Lang (confluencia de Tuan), se fusiona con el afluente Huu Trach (de unos 60 km de longitud), creando una suave franja de seda de más de 80 km: el legendario río Huong en medio del encantador Hue. La cascada recibe su nombre porque en primavera, las flores de rododendro florecen profusamente; sus brillantes flores rojas se extienden por los acantilados y arroyos, creando un paisaje pintoresco.

Do Quyen también es conocida como la cascada más alta del Sudeste Asiático, ya que para descender a sus pies se deben atravesar casi 700 escalones de piedra. La espuma blanca que salpica el aire y el estruendo de la "Vía Láctea cayendo de las nubes" en medio de la montaña sagrada realzan aún más la majestuosidad y solemnidad de la franja de seda de Do Quyen.