VHO - Un investigador cultural de Ciudad Ho Chi Minh nos llamó y nos dijo que había leído una muy buena opinión de un investigador de la región Central, según la cual no solo debemos preservar el patrimonio cultural del pasado, sino que también debemos prepararnos para el patrimonio "futuro".
Desde esta perspectiva, al examinar el contenido revisado de la Ley de Patrimonio Cultural, aprobada recientemente por la Asamblea Nacional , se observa una nueva forma de plantear el concepto de "patrimonio". En el contexto hereditario, las dos palabras "patrimonio" se refieren a lo que existió en el pasado, sigue presente y necesita ser preservado en el futuro.
Éstos son los resultados, los productos cristalizados del trabajo y la inteligencia humana, pasando por ciertos altibajos con la historia, posiblemente empapados en sangre, huesos y lágrimas, posiblemente enterrados en las arenas del tiempo, cuando se pelan y se descubren, traen consigo un nuevo pensamiento y una nueva conciencia sobre lo que la humanidad ha experimentado.
Apreciamos el pasado de aquella época, conservando los valores culturales eternos de lo que permanece. Lo que puede actualizarse y seguir promoviéndose con la vida, lo organizamos para preservarlo; lo que ya no es útil, lo guardamos en un museo. Sea como sea, la huella del pasado sigue siendo clave para pensar en el patrimonio. Sin embargo, la vida sigue avanzando. Por lo tanto, cada persona hoy necesita reconsiderar la verdad de nuestros logros, esfuerzos y formas de actuar actuales, que dejarán un legado para las generaciones futuras. Esta es una preparación seria y necesaria para no quedarnos atrás en el patrimonio. Lo que estamos haciendo, preparándonos para hacer, es el legado del futuro; ¿por qué no reconocer seriamente nuestra responsabilidad al respecto? Permitir que nuestros descendientes repasen las páginas de la historia hoy con orgullo y admiración es la forma más correcta de construir el legado del futuro.
La Ley de Patrimonio Cultural (enmendada), aprobada recientemente por la Asamblea Nacional, está moldeando en parte esas perspectivas y perspectivas responsables. Los derechos y obligaciones que debemos asumir, con claridad, ante la realidad actual, al abordar lo que nuestros antepasados dejaron, contribuyendo así a la creación de un país fuerte, una nación rebelde, deben estar grabados en la mente de cada persona, para que la responsabilidad por el patrimonio no sea solo palabras ajenas, ni un eslogan o un aforismo.
Las novedades que aparecen en la Ley de Patrimonio Cultural (enmendada) se asocian con las tendencias que la humanidad está construyendo y eligiendo. Esa es la calidad de nuestro comportamiento al tratar con tesoros, antigüedades, la cristalización de las convenciones de comunicación y los idiomas que nos legaron nuestros antepasados. Luego, nos toca complementar y enriquecer esos valores, embellecerlos y actualizarlos. Por ejemplo, con el tesoro de la literatura popular, los proverbios y las canciones populares, y los seis u ocho versos que nos enseñaron nuestros antepasados, ¿cómo los hemos meditado y asimilado, cómo los hemos explicado a las generaciones más jóvenes y cómo podemos hacer que los amen y recuerden? Entonces nos toca a nosotros, con la sabiduría y la confianza suficientes, enriquecer ese tesoro, que es el futuro legado.
La gente suele citar el dicho: «Si disparas al pasado con una pistola, el futuro te disparará con un cañón». Es cierto, pero es demasiado tenso. El futuro necesita vernos con una luz más positiva. Debería reconocer nuestros buenos esfuerzos, no juzgarnos. «Si plantas un árbol hoy, tus hijos tendrán un bosque», dijo el investigador, y le gusta esta forma de pensar, para un legado futuro.
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Fuente: https://baovanhoa.vn/van-hoa/huong-den-di-san-tuong-lai-113370.html
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