Los caminos nacen para llevar a las personas a los lugares a los que necesitan ir, y más que eso, para llevarnos a los hermosos sueños que hay ahí fuera.
Un camino que se recorre para siempre se convierte en un camino y cada persona crea un camino en su mente a su manera.
¿Quién no recuerda el callejón, la calle de su pueblo? Todos los días pasamos por allí, corremos y jugamos en él, pero solo después nos damos cuenta de lo importante y profundamente apegado que es.
Los caminos rurales están perfumados con el aroma del arroz, con el aroma a paja y tierra presente... Los caminos brillan con un sol radiante al llegar el verano, y se cubren de hojas al llegar el otoño. Marzo se llena de flores rojas de algodón, mayo abraza la paja dorada, julio se llena de poincianas reales ardientes, septiembre se llena de crisantemos en flor.
El camino rural es estrecho, así que la gente que pasa tiene la oportunidad de charlar, bromear y bromear alegremente. El camino rural está cerca, y se puede ir de casa en casa; pedir o pedir prestado algo cuando se necesita es muy conveniente.
Cuando pasa el invierno, el camino parece más largo, susurrando en silencio a los pies que tiemblan de frío. El camino está lleno de tristeza para las almas frágiles, ¡el camino de vagos recuerdos con sentimientos ocultos!
Revista Heritage
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