El enfermero Mario G. inyectó intencionadamente sedantes y otras drogas a pacientes mientras trabajaba en un hospital de Múnich.
La agencia de noticias AFP informó el 15 de mayo que un tribunal de Múnich (Alemania) acaba de condenar a cadena perpetua a un enfermero de 27 años por matar a dos pacientes inyectándoles intencionalmente medicamentos no recetados.
El enfermero Mario G. también fue condenado por seis cargos de intento de asesinato, según un portavoz del tribunal de distrito de Munich, en el sur de Alemania.
Durante el juicio, el acusado admitió haberse inyectado sedantes y otros fármacos mientras trabajaba en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Múnich. «Quería que me dejaran en paz», declaró Mario G. ante el tribunal.
Entre las víctimas se encontraba el reconocido académico y escritor Hans Magnus Enzensberger, a quien la enfermera le inyectó medicamentos sin receta tres veces en noviembre de 2020, pero sobrevivió. El Sr. Enzensberger falleció dos años después por causas naturales a los 93 años.
Los dos pacientes que fallecieron tras ser inyectados con drogas por el enfermero Mario G. tenían 80 y 89 años. Según la fiscalía, el enfermero inyectó a los pacientes para poder estar solo durante su turno, cuando a menudo se encontraba bajo los efectos del alcohol.
El incidente recuerda el horrible caso del enfermero alemán Niels Hoegel, quien fue condenado a cadena perpetua en 2019 por matar a 85 pacientes.
Según AFP, la enfermera de 42 años trabajó entre 2000 y 2005 en dos hospitales de las ciudades de Delmenhorst y Oldenburg. Durante ese tiempo, Hoegel fue acusado de inyectar a los pacientes medicamentos no prescritos por los médicos.
La enfermera "dios de la muerte" Hoegel utilizó altas dosis de medicamentos para tratar a los pacientes en la unidad de cuidados intensivos para satisfacer la "emoción" de ayudarlos a sobrevivir en sus momentos finales.
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