Al final de Bai Dai, la carretera serpentea por las laderas de la montaña Cu Hin hacia la ciudad de Nha Trang. La fresca brisa marina nos acaricia bajo la brillante luz amarilla del sol; caminamos como si zigzagueáramos entre dos zonas verdes hábilmente dispuestas por la naturaleza: un lado es el verde bosque de la montaña, el otro el azul intenso del mar, las olas salpicando espuma blanca al pie de los escarpados acantilados.
Artículo: Thai Nga
Foto: Minh Tu
Revista Heritage
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