El futuro de la tecnología de filtración de agua suena brillante.
Microplásticos detectados. |
Los microplásticos están en todas partes: en el agua, la tierra e incluso en nuestro propio cuerpo, y los investigadores aún desconocen cómo afectan a nuestra salud. Peor aún, es increíblemente difícil eliminarlos. Pero recientemente, los científicos han encontrado una nueva solución a partir de una fuente sorprendente: el sonido.
Un equipo de investigadores ha desarrollado un nuevo método para limpiar microplásticos del agua mediante ondas sonoras de alta frecuencia. A diferencia de las técnicas de filtración ultrasónica anteriores, este método puede, en teoría, eliminar partículas microplásticas grandes y pequeñas en un proceso único de dos pasos, lo que permite beber agua contaminada con plástico. Los resultados se presentaron hoy en una reunión de la Sociedad Química Americana.
Los microplásticos se definen como cualquier residuo plástico de menos de 5 milímetros de diámetro. Suelen provenir de piezas de basura más grandes, como botellas de agua, vasos de poliestireno o incluso pintura acrílica, a medida que se descomponen en el medio ambiente. Durante años, nadie prestó mucha atención a estos diminutos trozos de plástico. Pero en 2004, un estudio histórico del ecólogo marino Richard Thompson documentó su presencia en 17 playas diferentes. Desde entonces, han aparecido en todas partes donde los investigadores han buscado: en el suelo, en el océano e incluso en nuestros cuerpos. "[Los científicos] han encontrado microplásticos en muestras de sangre humana", dice Menake Piyasena, químico analítico de New Mexico Tech y coautor del estudio. "Por lo tanto, esto tendrá un gran impacto en el futuro".
Los científicos aún no tienen una idea clara de lo que todo ese plástico significa para la salud humana, pero probablemente no sea buena. Los microplásticos se han relacionado con todo tipo de afecciones, desde inflamación hasta problemas de fertilidad y cáncer, aunque aún no está claro cómo los diminutos fragmentos de polímero podrían causar estas afecciones. Sin embargo, desde 2019, la Organización Mundial de la Salud ha considerado los microplásticos una preocupación importante (y una posible emergencia de salud pública).
Actualmente, la mayoría de los microplásticos que se eliminan del agua se capturan mediante filtros. Sin embargo, estos dispositivos tienden a obstruirse; es necesario retirarlos, limpiarlos o reemplazarlos periódicamente, lo que puede resultar costoso a gran escala. Piyasena y su laboratorio buscaban una manera de eliminar los microplásticos sin filtros. Y la encontraron: el ultrasonido.
La nueva tecnología de lavado con agua se basa en una técnica que Piyasena llama “enfoque acústico”.
“Eso significa usar ondas sonoras para concentrar o condensar partículas dentro de un perímetro determinado”, dice Piyasena. En este caso, conviene pensar en el sonido no como música suave o una conversación, sino como ondas de fuerza a frecuencias ultrasónicas, superiores al rango auditivo humano. Al aplicarse dentro de un espacio reducido, como una tubería de acero, estas ondas empujan pequeñas partículas entre sí; piense en cómo un altavoz podría rebotar entre los granos de arena de una playa.
El equipo de Piyasena no es el primero en utilizar ultrasonidos para eliminar residuos plásticos del agua. El año pasado, un grupo de investigadores con sede en Indonesia probó un "depurador sónico" capaz de eliminar hasta el 95 % de las diminutas partículas microplásticas de muestras de agua dulce (el sistema resultó mucho menos eficaz en agua salada). Sin embargo, a diferencia del estudio de Piyasena, este grupo solo analizó fragmentos de plástico de menos de 180 micrómetros de ancho. Asumieron que los fragmentos más grandes se comportarían de forma similar, pero Piyasena y sus coautores descubrieron que no era necesariamente así.
“Cuanto más grande es el plástico, más probable es que se concentre de alguna manera”, dijo Piyasena. Al estar suspendidos en agua dulce pura, los microplásticos de todos los tamaños se aglomeraron en el centro del tubo a medida que los investigadores aumentaban el volumen del ultrasonido, lo que permitió que el agua limpia fluyera por los tubos laterales. Pero al añadir detergente o suavizante al agua, los microplásticos más grandes (de entre 180 y 300 micrómetros de diámetro) comenzaron a aglomerarse en los laterales del canal. En este caso, el agua del tubo central permaneció limpia, mientras que los laterales permanecieron contaminados con plástico.
Para garantizar la eliminación de plásticos de todos los tamaños, el equipo desarrolló un ciclo de purificación de agua de dos pasos que primero eliminaba los microplásticos y luego los plásticos ligeramente más grandes. De esta manera, lograron eliminar el 82 % de las partículas más grandes y más del 70 % de las más pequeñas.
Pero antes de poder implementar el sistema en el mundo real, los investigadores deberán realizar más pruebas. Por ejemplo, «solo lo probamos en una fuente de agua», afirma Piyasena. Sin embargo, la concentración de sal u otros minerales disueltos puede afectar la densidad del agua, lo que altera la forma en que los microplásticos fluyen a través de ella. Si quieren limpiar eficazmente todas las densidades de agua, el equipo deberá poder predecir cómo reaccionarán los microplásticos.
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Fuente: https://baoquocte.vn/cong-nghe-dang-ngac-nhien-nay-co-the-loai-bo-vi-nhua-khoi-nuoc-uong-284522.html
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