Algunas de las instalaciones de la NASA se consideran ineficientes y obsoletas, pero los planes para racionalizar la NASA han enfrentado muchos obstáculos en el Congreso .
La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) tiene una larga trayectoria en el cumplimiento de las ambiciones espaciales estadounidenses. La agencia ha construido 38 bancos de pruebas de cohetes en seis zonas del país, con costos de construcción y renovación que alcanzan cientos de millones de dólares. Sin embargo, la mayoría de estos bancos de pruebas llevan mucho tiempo sin estar operativos.
En septiembre, el inspector general de la NASA declaró que solo 10 puestos de prueba estarían operativos para 2026, en parte debido al creciente número de empresas privadas involucradas en la construcción de naves espaciales. El caso de los puestos de prueba es solo uno de los problemas que la NASA viene padeciendo desde hace tiempo: las instalaciones se deterioran, pero no hay fondos suficientes para mantenerlas adecuadamente, mientras que el Congreso se muestra reacio a recortarlas por el bien de los empleos, según Forbes .

Donald Trump (derecha) y el exvicepresidente estadounidense Mike Pence observan el lanzamiento del cohete Falcon 9 de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida en mayo de 2020.
Ahora que el presidente electo Donald Trump regresa a la Casa Blanca con la visión de recortar el gasto público , se espera que el plan para optimizar la NASA se haga realidad. Además, el próximo compañero de gobierno de Trump será el multimillonario Elon Musk, fundador de SpaceX, quien dirigirá el Comité de Supervisión de la Eficiencia Gubernamental.
Máquina gigante
Los expertos republicanos en política espacial dicen que la administración Trump podría ser capaz de abordar una tarea difícil: cerrar algunos de los diez principales centros de campo de la NASA, algo que ha sido políticamente imposible durante décadas.
En Estados Unidos, la NASA cuenta con 5000 edificios y estructuras con un valor total aproximado de 53 000 millones de dólares, que abarcan más de 54 000 hectáreas en los 50 estados. La mayoría de las instalaciones se concentran en 10 centros de campo. El coste de mantenimiento de todas estas instalaciones supone una carga cada vez mayor para la NASA, ya que la mitad de ellas se construyeron en la década de 1960 para las misiones Apolo, que llevaron astronautas a la Luna.
La NASA afirma que el 83% de su infraestructura es más antigua de lo previsto. El coste del mantenimiento diferido se ha disparado a más de 3.300 millones de dólares y aumenta a un ritmo de 250 millones de dólares al año.
Casey Dreier, de la Sociedad Planetaria, organización sin fines de lucro especializada en política espacial, afirmó que la expansión de la NASA por Estados Unidos fue una estrategia deliberada del exadministrador de la NASA, James Webb, para maximizar el apoyo político a la agencia, según Forbes . Los diez centros de campo de la NASA operaban anteriormente de forma independiente y solían competir entre sí por puestos de trabajo, lo que provocaba la superposición de sistemas en distintas ubicaciones.
Entre las instalaciones de campo se encuentran el Centro Glenn (Ohio), el Centro Ames (Carolina del Norte) y el Centro Langley (Virginia), todos anteriores a 1945 y cuya fusión se está considerando. Además, el Centro Stennis (Misisipi) cuenta con numerosos bancos de pruebas de cohetes sin uso. Las cuatro instalaciones emplean a unos 15.000 funcionarios y trabajadores temporales. Para 2023, la NASA contará con más de 19.700 funcionarios y unos 50.000 trabajadores temporales.
Los esfuerzos de la NASA por reducir su personal se han visto frecuentemente bloqueados por el Congreso, que suele proteger los empleos en sus distritos, y los recortes han sido relativamente pequeños a lo largo de los años. Desde 2010, la NASA solo ha cedido unas 64 hectáreas de terreno en planes de desinversión.
La portavoz de la NASA, Jennifer Dooren, dijo que la agencia está trabajando en una hoja de ruta estratégica que incluye desinversiones durante los próximos 20 años mientras aborda "los desafíos planteados por los importantes déficits en los presupuestos de mantenimiento y construcción".

Donald Trump habla en la NASA en Florida en mayo de 2020
¿Qué puede hacer Trump?
Los expertos dicen que para superar la oposición del Congreso, Trump podría tener que impulsar una propuesta similar a la que se aplicó al ejército, que consiste en establecer una comisión bipartidista como la Comisión de Reestructuración y Cierre de Bases, creada por el Congreso para coordinar el cierre de cinco bases militares estadounidenses entre 1988 y 2005. Sin embargo, el caso de la NASA será difícil de comparar con el del ejército, que es mucho más grande y puede compensar.
A corto plazo, la administración Trump podría considerar recortar el presupuesto de la NASA con la creación del Departamento de Supervisión de la Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigido por Elon Musk y el empresario Vivek Ramaswamey, para examinar dónde el gasto público es ineficiente. Trump también ha nombrado al multimillonario Jared Isaacman, amigo cercano de Musk, para dirigir la NASA.
Además, los expertos de la industria espacial predicen que Trump presionará a la NASA y al Departamento de Defensa de EE. UU. para que firmen más contratos con empresas privadas externas, en lugar de utilizar su propio capital para mantener sus capacidades. Un ejemplo es la eliminación del cohete Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la NASA, cuyo costo por lanzamiento es de 4 mil millones de dólares, y su reemplazo por el cohete Starship de SpaceX. Sin embargo, una vez más, la cuestión de los empleos, como el de los empleados que desarrollan el SLS, se convertirá en un obstáculo para la aprobación legislativa.
“Todos reconocen que la NASA no necesita 10 centros de campo”, declaró a Forbes una persona que trabajó para Trump durante la transición de la NASA en 2016. “La pregunta es cuán firme será el presidente”.
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Fuente: https://thanhnien.vn/cho-ong-trump-giai-bai-toan-tinh-gon-nasa-185241211103348713.htm
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