El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin (Foto: Getty).
Desde sus inicios, la administración del presidente estadounidense Joe Biden se ha comprometido a restaurar la verdad y la transparencia en el gobierno federal, pero ahora enfrenta una ola de críticas y cuestionamientos sobre su credibilidad después de que la hospitalización del secretario de Defensa, Lloyd Austin, se mantuviera en secreto durante días, incluso desde la Casa Blanca.
La controversia ha llevado al gobierno a revisar las normas establecidas para prevenir este tipo de incidentes, mientras que el Pentágono está examinando sus procedimientos después del inusual lapsus, que dejó incluso a los principales ayudantes de Austin sin saber de su condición durante días.
Los republicanos de alto rango del Congreso están investigando si Austin violó los requisitos legales de notificar al Congreso, y los funcionarios de la administración de Biden están molestos porque Austin no proporcionó la información, un error que creen que socava el mensaje del presidente de restaurar la capacidad a través de su administración.
La atención prolongada sobre los secretos de salud de un alto funcionario también está alimentando la controversia sobre la propia salud del presidente Biden, ya que es el presidente de mayor edad en la historia en buscar la reelección y enfrenta frecuentes preguntas y preocupaciones de los votantes sobre su edad.
Las preguntas sobre la transparencia y la salud de altos funcionarios han dejado a la Casa Blanca en aprietos durante días al comenzar el año electoral, y han dado a los oponentes políticos del presidente Biden la oportunidad de cuestionar si su administración cumplirá con su compromiso de competencia.
Tras días de silencio sobre la salud del Secretario Austin, el Pentágono reveló la tarde del 9 de enero que padecía cáncer de próstata. El Sr. Austin, de 70 años, ingresó en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed el 22 de diciembre y fue operado para tratar la enfermedad, pero una semana después desarrolló una infección del tracto urinario y fue ingresado en cuidados intensivos.
No existe ninguna política en la administración Biden que estipule cómo manejar las ausencias de los funcionarios del gabinete, aunque se espera que la Casa Blanca esté informada sobre tales casos, según personas familiarizadas con el asunto.
Si bien no existe ninguna obligación legal de que los funcionarios revelen sus historiales médicos, se ha convertido en una práctica común que los candidatos presidenciales, vicepresidentes y funcionarios actuales divulguen dicha información.
La divulgación pública de la ausencia de un funcionario del gabinete también varía según la agencia federal. Por ejemplo, el Departamento de Justicia de EE. UU. anunció en 2022 que el fiscal general Merrick Garland se sometería a una cirugía para extirpar tejido prostático agrandado una semana antes del procedimiento.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, se tomó una licencia después de adoptar gemelos en 2021, pero la licencia no se reveló públicamente hasta que regresó al trabajo.
Cedric Leighton, coronel retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, señaló que la cadena de mando del ejército estadounidense va desde el presidente, pasando por el secretario de defensa, hasta los comandantes combatientes, quienes luego ejecutan órdenes que podrían incluir el comando y control de cualquier uso de armas nucleares.
Es “imperativo” que el presidente, los altos funcionarios de la administración y los militares, los miembros del parlamento e incluso sus homólogos aliados clave sean informados de las ausencias temporales, dijo.
“Es muy inusual que un secretario del gabinete no notifique al presidente, al jefe de gabinete de la Casa Blanca o al Consejo de Seguridad Nacional sobre cualquier ausencia, especialmente por razones de salud”, dijo Leighton.
El caso del secretario Austin ha provocado críticas bipartidistas por parte de los legisladores, quienes han planteado preguntas sobre cómo su condición pudo mantenerse en secreto para la Casa Blanca, el Capitolio y el público.
El senador de Mississippi, Roger Wicker, el republicano de mayor rango en el Comité de Servicios Armados del Senado, dijo que el hecho de que Austin no revelara su condición a legisladores clave ni transfiriera funciones a la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, era una "clara violación de la ley".
El senador Richard Blumenthal dijo que no estaba satisfecho con las explicaciones del Pentágono y pidió al Comité de Servicios Armados del Senado que investigue el asunto, posiblemente celebrando una audiencia.
“Le debe al Congreso y al pueblo estadounidense información adicional para garantizarnos que puede seguir sirviendo”, dijo el senador Blumenthal.
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