El Shinkansen es un símbolo de la recuperación económica y la modernización de Japón tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Junto con los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, el Shinkansen ayudó a Japón a consolidar su posición en el mapa mundial, demostrando su capacidad de innovación y crecimiento.
En los 60 años transcurridos desde su primer tren, el Shinkansen se ha convertido en un símbolo mundial de progreso en velocidad, eficiencia y modernidad. La red no solo es el orgullo de Japón, sino también un modelo para los sistemas ferroviarios de alta velocidad en todo el mundo , estableciendo un nuevo estándar para el transporte público.
Un tren Shinkansen circula por las vías cerca de la estación de Shimbashi, en el centro de Tokio, el 22 de mayo de 2024. Foto: Getty Images
Japón no sólo es pionero sino también líder mundial en tecnología ferroviaria, con grandes corporaciones como Hitachi y Toshiba que generan miles de millones de dólares en valor cada año.
El sistema Shinkansen se ha expandido de manera constante desde que se inauguró la primera línea Tokaido de 320 millas, que conecta Tokio y Shin-Osaka, en 1964. Los trenes Shinkansen circulan a velocidades de alrededor de 200 mph, conectando la capital con ciudades importantes como Kobe, Kioto, Hiroshima y Nagano, formando una red que se extiende de norte a sur.
Más que un simple símbolo de recuperación, el Shinkansen es también un motor del crecimiento económico continuo. Con su excepcional velocidad y eficiencia, el sistema promueve la movilidad rápida entre centros económicos, impulsando el crecimiento y creando oportunidades de negocio.
En lugar de utilizar el ancho de vía estándar de 1,43 m (4 pies y 8,5 pulgadas) empleado en Norteamérica y Europa, Japón optó por un ancho de vía más estrecho de 1,06 m (3 pies y 6 pulgadas) para construir su primera red ferroviaria. La razón principal fue que este ancho de vía era más económico y se adaptaba mejor al terreno montañoso de Japón, pero limitaba la capacidad y no permitía alcanzar altas velocidades.
Con las cuatro islas principales de Japón extendiéndose a lo largo de casi 3.000 kilómetros, viajar entre las grandes ciudades solía ser arduo y lento. En 1889, el viaje en tren de Tokio a Osaka duraba 16 horas y media, pero aun así era mucho más rápido que las dos o tres semanas que se tardaba a pie. Para 1965, el Shinkansen había reducido el tiempo de viaje entre ambas ciudades a tan solo 3 horas y 10 minutos.
La revolución ferroviaria de alta velocidad de Japón
El ALFA-X, la nueva generación de trenes bala japoneses, ha impresionado con una velocidad de prueba cercana a los 400 km/h, aunque su velocidad máxima en servicio será de tan solo 360 km/h. Una de las características destacadas del tren es su largo morro, que no solo mejora la aerodinámica, sino que también reduce el ruido generado al entrar en túneles, un problema importante en zonas densamente pobladas.
La avanzada tecnología de seguridad del ALFA-X reduce la vibración y el ruido, y disminuye el riesgo de descarrilamiento durante terremotos. Hasta la fecha, más de 10 mil millones de pasajeros han utilizado el sistema Shinkansen, lo que demuestra la fiabilidad y comodidad de este medio de transporte, popularizando los viajes a alta velocidad y convirtiéndolos en una parte casi indispensable de la vida moderna.
En 2022, más de 295 millones de pasajeros utilizaron el Shinkansen en Japón, lo que demuestra la popularidad y eficiencia del sistema. Muchos otros países han seguido el ejemplo y desarrollado líneas ferroviarias de alta velocidad en las últimas cuatro décadas, especialmente Francia, cuyo sistema de TGV opera desde 1981 y conecta París y Lyon.
Mapa de las líneas ferroviarias de alta velocidad de Japón. Foto: jrailpass.com
Francia no solo ha logrado operar el TGV, sino que también ha exportado la tecnología a numerosos países, como España, Bélgica, Corea del Sur, el Reino Unido y Marruecos, el país con la primera línea ferroviaria de alta velocidad de África. La red del TGV ha acortado los tiempos de viaje entre las principales ciudades, ahorrando tiempo y dinero a los pasajeros y haciendo que viajar en tren sea fácil y popular.
Países como Italia, Alemania, Países Bajos, Turquía y Arabia Saudí también han desplegado sistemas ferroviarios de alta velocidad que conectan importantes ciudades. Mientras tanto, India, Tailandia y Vietnam planean desarrollar sus propias redes ferroviarias de alta velocidad.
El desarrollo de los ferrocarriles chinos
China también está emergiendo como una potencia líder en el ferrocarril de alta velocidad, construyendo la red más larga del mundo, de casi 45.000 kilómetros, para fines de 2023. Estas líneas no son solo un medio de transporte, sino también un motor de desarrollo económico y estabilidad social en un vasto país.
Cientos de trenes de alta velocidad esperan su salida en Wuhan, China. Foto: Getty Images
Basándose en la tecnología aprendida de Japón y Europa, la industria ferroviaria china ha crecido rápidamente y continúa avanzando hacia tecnologías de vanguardia como el tren de levitación magnética (Maglev), que puede viajar a velocidades de casi 640 kilómetros por hora. Japón también está desarrollando su propia línea Maglev, que se espera que conecte Tokio con Nagoya para 2034, reduciendo el tiempo de viaje a Osaka a tan solo 67 minutos.
Como cada vez más personas piensan dos veces antes de volar debido a preocupaciones ambientales, la industria ferroviaria puede experimentar pronto un auge, marcando el comienzo de una nueva era dorada para los sistemas de transporte ferroviario en todo el mundo.
Ha Trang (según CNN)
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Fuente: https://www.congluan.vn/tau-cao-toc-nhat-ban-tron-60-nam-tuoi-va-no-da-thay-doi-the-gioi-nhu-the-nao-post314884.html
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