La Revolución de Agosto es una prueba viviente de la verdad: «Cien veces más fácil sin el pueblo, diez mil veces más difícil, con el pueblo se puede». Cuando el pueblo está unido, todos los obstáculos se reducen. Esta lección, después de 80 años, sigue vigente para la innovación actual, especialmente cuando el país se adentra en una nueva «revolución»: la revolución de la racionalización del aparato.
El nuevo contexto nos exige una transformación profunda. Un aparato engorroso, superpuesto e ineficiente no solo ralentiza el ritmo de desarrollo, sino que también afecta la confianza ciudadana. Para que un país se desarrolle de forma rápida y sostenible, el aparato de liderazgo y gestión debe operar con flexibilidad y fluidez, minimizando los niveles intermedios y garantizando que cada decisión llegue a las personas y las empresas con la mayor rapidez posible.
Durante la revolución de liberación nacional, nuestro Partido despertó en cada ciudadano la voluntad de autosuficiencia y el anhelo de independencia, uniendo a millones de corazones. Hoy, en la revolución para modernizar el aparato, la tarea es despertar el espíritu de responsabilidad cívica y la conciencia de participar en la reforma del país. Este consenso no surge de forma natural, sino que se construye escuchando y respetando las opiniones de la gente, brindando información transparente y explicando claramente los beneficios de modernizar el aparato a cada ciudadano y a cada comunidad. Cuando la gente comprenda que un aparato modernizado contribuirá a que los servicios públicos sean más rápidos, los trámites más sencillos y los costos sociales más bajos, estará dispuesta a apoyar y acompañar.
Si la Revolución de Agosto condujo a la nación de la esclavitud al dominio del país, la "revolución" de racionalización del aparato nos ayudará a pasar de una gestión administrativa engorrosa a una gobernanza nacional moderna, transparente y eficaz. Pero todas las reformas deben partir de la mentalidad de que "el pueblo es la raíz", con el pueblo como centro. El aparato debe estar organizado para que las voces del pueblo se escuchen con prontitud, sus solicitudes se resuelvan con prontitud y sus derechos estén plenamente garantizados. Esto requiere que cada cuadro y miembro del partido esté verdaderamente cerca del pueblo, no solo con palabras, sino también con acciones. Los cuadros de todos los niveles deben comprender que el poder que tienen les es otorgado por el pueblo, y que todas sus acciones deben estar orientadas a servirle.
Optimizar el aparato no es un objetivo en sí mismo, sino un medio para lograr un Vietnam fuerte y próspero. Un aparato eficiente, eficaz y robusto liberará recursos para el desarrollo, mejorará la competitividad nacional y creará las condiciones para que cada ciudadano tenga la oportunidad de desarrollar todo su potencial. Al igual que en 1945, cuando el pueblo se alzó unido no solo para lograr la independencia, sino también para aspirar a un futuro mejor, hoy reformamos el aparato no solo para reducir los costos de gestión, sino para hacer realidad la aspiración de convertir a Vietnam en un país desarrollado para 2045.
El espíritu de la Revolución de Agosto —el espíritu del pueblo, la autosuficiencia y el deseo de rebelarse— será siempre la luz que nos guíe. Si aplicamos y promovemos creativamente esa fuerza, no solo lograremos optimizar el aparato, sino que también impulsaremos a nuestro país con rapidez, fuerza y constancia hacia un Vietnam fuerte y próspero.
Fuente: https://baothanhhoa.vn/phat-huy-suc-manh-long-dan-nbsp-hien-thuc-hoa-khat-vong-hung-cuong-258670.htm
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