Los disruptores endocrinos pueden afectar no solo a una generación, sino también a muchas generaciones futuras - Foto: AI
El estudio fue presentado el 13 de julio en la reunión anual de la Sociedad Americana de Endocrinología (ENDO 2025) celebrada en San Francisco, California.
"Cada vez hay más niñas que entran en la pubertad de forma temprana, lo que aumenta el riesgo de sufrir problemas de salud más adelante en la vida", afirmó el Dr. Xin Hu, investigador principal de la Escuela de Salud Pública Rollins de la Universidad Emory en Georgia.
"Queríamos comprender por qué sucede esto, analizando cómo las influencias ambientales de la generación de los abuelos podrían influir en el momento de la pubertad en las niñas".
Los disruptores endocrinos pueden afectar a generaciones enteras.
El equipo utilizó datos del Estudio de Salud y Desarrollo Infantil (CHDS), un proyecto de seguimiento a largo plazo que comenzó en la década de 1960. Midieron miles de pequeñas moléculas en muestras de sangre recolectadas de 249 parejas en ese momento y rastrearon sus perfiles químicos y metabólicos a lo largo de tres generaciones.
Los investigadores se centraron en analizar el momento de la primera menstruación de las hijas (247 personas) y nietas (139 personas) de las parejas madre-hijo participantes.
Los resultados mostraron que mientras que la edad de la pubertad en las niñas se mantuvo casi sin cambios en comparación con sus madres, en la generación de las nietas, las nacidas alrededor de 1990, la edad promedio de la menarquia había disminuido en un año completo.
Cabe destacar que varias sustancias químicas detectadas en la sangre de padres y madres se relacionaron con la pubertad en la siguiente generación. Este efecto fue particularmente evidente en las nietas, lo que sugiere que el impacto podría ser mayor a lo largo de las generaciones.
Los disruptores endocrinos (EDC) son sustancias que pueden alterar la función endocrina natural del cuerpo. Se encuentran en el aire, el suelo, el agua, los alimentos, los cosméticos y muchos productos de consumo. Las personas pueden absorberlos a través de la respiración, la alimentación o la piel.
Una sustancia común es el fenoxietanol, un conservante habitual en cosméticos y alimentos, que se ha vinculado con la pubertad precoz, especialmente cuando ambos padres tienen niveles de exposición similares.
La influencia del padre es mayor que la de la madre.
Según el Dr. Xin Hu, el estudio demuestra que tanto las madres como los padres y abuelos desempeñan un papel importante en la determinación del momento de la pubertad en hijas y nietas. Cabe destacar que, en algunos casos, la influencia de los padres es incluso mayor que la de las madres, algo que no se había reconocido previamente en estudios de genética y salud reproductiva.
“Creemos que este es el primer estudio a escala poblacional que demuestra que el entorno vital del padre y la exposición química pueden influir en el desarrollo endocrino y reproductivo de las generaciones de hijas y nietas”, enfatizó el Dr. Hu.
Dijo que el hallazgo abre nuevas direcciones para estrategias de prevención temprana, señalando que proteger la salud de las generaciones futuras no será efectivo si se ignora la influencia del padre.
Compartiendo la misma opinión, la Dra. Barbara Cohn (Instituto Estatal de Salud Pública de California) afirmó: «Este descubrimiento resalta el papel de los disruptores endocrinos durante períodos particularmente sensibles como la concepción y el embarazo. Los impactos ambientales no son solo a corto plazo, sino que pueden ser a largo plazo y afectar a muchas generaciones».
Fuente: https://tuoitre.vn/ong-ba-tiep-xuc-voi-hoa-chat-co-the-khien-chau-day-thi-som-20250714161210649.htm
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