A veces los propios profesores no se consideran "líderes" de sus alumnos, tanto a los ojos de la sociedad como a los ojos de los propios alumnos.
Existe un papel de los docentes que no está claramente establecido y rara vez se menciona, que es el papel de guiar a los niños. - Foto: NHU HUNG
Si los docentes son conscientes del papel de “líder”, harán más esfuerzos para ser dignos de la confianza depositada en los “líderes” al ejercer su profesión.
En el nuevo programa de educación general, el papel de los docentes está definido de forma mucho más amplia que antes.
Los docentes son "maestros y educadores", "mentores", "participantes en el proceso de aprendizaje" y "alumnos e investigadores". Sin embargo, hay un rol docente que no se define con claridad y rara vez se menciona: el de guiar a los niños.
Hay muchos tipos diferentes de líderes en la vida, pero todos tienen cosas en común.
Además de la competencia profesional a menudo demostrada a través de títulos, la capacidad y las cualidades de un líder también se demuestran a través de la inteligencia social, la inteligencia emocional, la resolución de conflictos, la toma de decisiones, la gestión del cambio, etc.
Estos “conjuntos” de habilidades y competencias parecen estar lejos de la norma en los programas actuales de formación docente, aun cuando el entorno escolar se está volviendo cada vez más complejo con la creciente participación de los medios de comunicación y diversos grupos públicos.
Entonces, ¿qué significa ser un líder?
Se trata de establecer metas y visiones para el grupo, motivar a las personas, animarlas, apoyarlas y guiarlas. Si los maestros solo saben detectar errores, regañar y castigar, no son buenos líderes.
Se trata de dar ejemplo a los demás. Un profesor que no lee no puede pretender animar a sus alumnos a leer.
Un profesor aburrido y cansado de su trabajo no puede aspirar a inspirar a un alumno a elegir un trabajo que le apasione y a dedicarse a su pasión. Un profesor que habla inapropiadamente no puede culpar a los alumnos de hoy por ser groseros e insolentes...
¿Cuándo falla un líder?
Esto ocurre cuando el líder no tiene fe en su trabajo y pierde la confianza del resto de la gente. La esencia del liderazgo se basa en la confianza del colectivo en la reputación personal del líder.
Cuanto más prestigio personal y pedagógico colectivo construyan los docentes, mayores serán sus posibilidades de liderar con éxito a sus alumnos. Solo cuando «los docentes sean docentes» podremos aspirar a que «los alumnos sean alumnos», creando así «las escuelas son escuelas, las clases son clases».
Los medios de comunicación han resaltado las deficiencias del profesorado, empañando en cierta medida la imagen del profesorado. Sin embargo, estas son historias aisladas; no podemos negar la contribución silenciosa de millones de otros docentes que trabajan diligentemente para cuidar y educar a los niños todos los días.
Contribuyen silenciosamente a la causa de la educación nacional a través de horas de clase, días de trabajo y años escolares, con innumerables responsabilidades y presiones.
Puede que no tengan la oportunidad de defenderse ni de explicarse en los medios. Puede que no tengan la oportunidad de exigir beneficios adicionales, como atención médica mental o pago de horas extras en casa. Puede que no tengan la oportunidad de ver los frutos de su educación décadas después...
Pero si los maestros saben que son líderes de niños, aceptarán la soledad y el sacrificio silencioso para seguir adelante sin quejarse ni culpar porque sólo el tiempo puede responder plenamente al legado de un líder.
Si los profesores saben que son líderes, serán más tolerantes con los errores y se fijarán en lo que los estudiantes pueden hacer y están intentando hacer en lugar de en lo que no pueden o no han hecho.
Al saberse líderes, los docentes pueden usar sus conocimientos de ciencia educativa y psicología para diseñar un entorno que ayude a todos los estudiantes a ser felices en lugar de obligar a los "peces a trepar a los árboles".
Si un profesor sabe que es un líder, al utilizar la fuerza para enseñar a los alumnos, ha traicionado la misión de su profesión, que es "proteger a los niños a toda costa".
Y si los profesores saben que son líderes, siempre sentirán que no son lo suficientemente buenos, ni lo suficientemente altruistas frente a todos sus estudiantes.
Si cada maestro es consciente de que es un líder para los niños, sabe lo importante que es para la sociedad. Ese sentido de la profesión, ese orgullo, es más grande que cualquier elogio o agradecimiento de los demás.
[anuncio_2]
Fuente: https://tuoitre.vn/giao-vien-nghe-lanh-dao-tre-em-20241122091637013.htm
Kommentar (0)