El 19 de mayo, la información del Hospital de Obstetricia y Pediatría Nghe An decía que los médicos de este hospital acababan de salvar la vida de un bebé recién nacido con una rara hernia umbilical que hacía que los intestinos y el hígado del abdomen del bebé sobresalieran.
Este bebé es hijo de la embarazada H. (residente en el distrito de Quynh Luu, Nghe An). Previamente, durante una revisión de embarazo en la semana 12, se detectó que el feto tenía una hernia umbilical; los intestinos y el hígado del abdomen se habían salido, creando una gran protuberancia en el abdomen del bebé. El 17 de marzo, la embarazada H. dio a luz por cesárea en la semana 38 de embarazo en el Hospital de Obstetricia y Pediatría de Nghe An. El bebé pesó 3 kg y nació con preparativos de emergencia urgentes en el quirófano.
El niño fue consultado por médicos interdisciplinarios, quienes determinaron que se trataba de una malformación fetal poco común y de muy difícil tratamiento. La hernia medía aproximadamente 6 x 7 cm de diámetro; el hígado y los intestinos se encontraban dentro de ella, y el volumen abdominal del niño era muy pequeño. El saco herniario estaba perforado. Los médicos predijeron que el niño tenía una hernia grave, con riesgo de infección, insuficiencia respiratoria y una alta tasa de mortalidad. El tratamiento sería prolongado, el niño necesitaría ayuno y múltiples cirugías, además de un plan de reanimación activa y una monitorización estrecha.
Este niño se ha sometido a tres cirugías complejas. Las dos primeras consistieron en ensanchar la hernia, cubrir el hígado y los intestinos con bolsas estériles y suspenderlos para que estos órganos pudieran reingresar lentamente a la cavidad abdominal. Después de las cirugías, el paciente fue ventilado, sedado y sometido a relajación muscular profunda. La tercera cirugía consistió en reimpulsar el hígado hacia la cavidad abdominal, formando así la pared abdominal.
Después de tres cirugías, el hígado y los intestinos del niño quedaron todos en el abdomen.
Hasta el momento, después de casi dos meses de tratamiento, la paciente ha sido desconectada del respirador, ha aprendido a amamantar, se encuentra estable de salud y ha sido dada de alta del hospital.
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