El cambio climático es uno de los problemas más urgentes del mundo . |
Es alentador que la transición a emisiones netas neutrales para 2050 se haya convertido en una prioridad política a nivel mundial, a medida que los gobiernos implementan políticas ambiciosas para promover el consumo de energía limpia.
Sin embargo, la transición se está volviendo más compleja y políticamente conflictiva. Las políticas globales de tasas de interés más altas durante un período más prolongado para controlar la inflación tienen un impacto negativo en la transición verde, ya que requiere grandes cantidades de inversión privada.
El progreso también se ha visto dificultado por una oleada de iniciativas verdes que se están desmantelando, sobre todo en Europa, una región que ha estado a la vanguardia de las políticas sobre cambio climático. Por ejemplo, Reuters informó que el gobierno de derecha de Italia ha rechazado una serie de iniciativas de la UE para ecologizar la economía, argumentando que las empresas locales no son capaces de cumplir los objetivos de transición acordados. Hay indicios de una ralentización del progreso en la descarbonización de Europa.
Al otro lado del Atlántico, la huelga de los trabajadores del sector automotor estadounidense ha expuesto los conflictos entre el compromiso con una transición verde y la protección de los empleos en los sectores que podrían verse más afectados por ella.
Ante la creciente oposición a las iniciativas verdes, algunos países desarrollados han suavizado sus compromisos de cero emisiones netas. Mientras tanto, importantes países en desarrollo como China, India e Indonesia siguen invirtiendo en proyectos de carbón, lo que pone en duda su compromiso con la descarbonización del sistema energético.
Los reveses en las políticas sobre cambio climático son inevitables, ya que los gobiernos pueden ser inicialmente demasiado ambiciosos en su transición hacia una economía descarbonizada sin tener en cuenta los impactos inmediatos en algunos segmentos de la población.
En 1991, el profesor Michael Porter de la Universidad de Harvard escribió que un futuro con bajas emisiones de carbono reduciría costos y mejoraría el bienestar social con el tiempo al fomentar la innovación en tecnologías de energía limpia y aumentar la eficiencia energética. Pero ese es un objetivo a largo plazo.
[anuncio_2]
Fuente
Kommentar (0)