Desde que Rusia lanzó su campaña militar en Ucrania, Moscú ha compartido objetivos comunes con Irán. Sin embargo, a pesar de sus similitudes, su alianza podría ser más frágil de lo que parece.
La estrecha alianza entre Rusia e Irán es, en realidad, muy frágil. En esta foto: El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, se reúne con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la Cumbre BRICS de Kazán, octubre de 2024. (Fuente: Reuters) |
“El enemigo de mi enemigo es mi amigo”
Para los observadores de ambos países, la alianza entre Rusia e Irán no es ninguna sorpresa. Ambos se encuentran entre los enemigos más acérrimos de Occidente. Ambos se encuentran bajo el peso de las sanciones más severas y necesitan encontrar socios donde puedan.
En su última medida, ambas en respuesta a las sanciones occidentales, Rusia e Irán ahora están "uniendo fuerzas" para eliminar por completo el uso del dólar estadounidense en las transacciones comerciales y pasar al uso de monedas locales, el rublo y el rial.
El mes pasado, Moscú y Teherán vincularon formalmente sus sistemas de pago nacionales, lo que permite a los ciudadanos de ambos países usar tarjetas de débito nacionales tanto en Rusia como en Irán. Teherán también ha comenzado a utilizar el sistema de pago ruso Mir para transacciones con otros países. El mecanismo de transferencia interbancaria les permite realizar transacciones directamente, evitando las sanciones occidentales que les impiden usar euros o dólares.
En los últimos años, Moscú y Teherán han fortalecido cada vez más sus lazos comerciales y financieros. El Kremlin anunció recientemente que el comercio bilateral entre Rusia e Irán aumentó un 12,4 % en los primeros ocho meses de 2024 en comparación con el año anterior. En 2023, el comercio bilateral superó los 4000 millones de dólares.
En 2023, Teherán firmó un acuerdo de libre comercio con la Unión Económica Euroasiática, liderada por Rusia, y aceptó la membresía de Rusia en el grupo BRICS de economías emergentes líderes, una alianza impulsada por Brasil, Rusia, India y China. En enero de 2024, Irán se unió oficialmente al bloque, junto con Egipto, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos.
Desde el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, Moscú y Teherán han anunciado una serie de nuevos acuerdos comerciales, intercambiando artículos como turbinas, suministros médicos y autopartes. Rusia ha impulsado las exportaciones de granos a Irán. Rusia e Irán también están incrementando el comercio con los países BRICS.
Además, Rusia e Irán también están discutiendo planes para construir el Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur, una nueva ruta comercial transcontinental para conectar el Mar Báltico con el Océano Índico.
La ruta de 3.508 millas, que incluye un sistema de vías fluviales, ferrocarriles y carreteras, que se extiende desde San Petersburgo hasta el Mar Caspio, desde allí a Teherán y luego a Mumbai, India, tiene como objetivo proteger los vínculos comerciales entre Rusia e Irán de la interferencia occidental, así como establecer nuevos vínculos con los mercados de Asia.
Incluso el 31 de octubre, en declaraciones a la televisión nacional, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, anunció un avance sin precedentes en la relación entre ambos países: el Tratado de Asociación Estratégica Integral entre Rusia e Irán, que se está preparando y se firmará próximamente. Aunque no se ha revelado mucha información, este será un factor importante en el fortalecimiento de las relaciones entre Rusia e Irán, reafirmando el deseo de ambas partes de cooperar cada vez más estrechamente en diversos ámbitos.
Mohammed Soliman, director del Programa de Tecnología Estratégica y Ciberseguridad del Middle East Institute, dijo que un acuerdo podría fortalecer su confrontación común con Occidente; podría incluir la cooperación en muchas áreas diferentes, desde la producción de petróleo y gas, refinación, proyectos de infraestructura, hasta compartir avances en muchas áreas diferentes, con el objetivo de limitar la dependencia de la tecnología occidental; o desarrollar, comprar armas más avanzadas, incluida la capacidad de realizar ejercicios militares conjuntos...
¿Acercarse?
Irán y Rusia pueden acercarse en los próximos años, pero de ninguna manera está garantizada una mayor cooperación.
A pesar de todo lo que está sucediendo, la alianza entre Irán y Rusia todavía tiene contradicciones inherentes y carece de confianza mutua, mientras que los intereses en competencia pueden debilitar la fuerza de la alianza en cualquier momento.
Tras esta estrecha colaboración, según los analistas, Irán y Rusia comparten rivales comunes, pero también un largo historial de conflictos que nunca ha desaparecido por completo. Económicamente, ambos son potencias petroleras, pero compiten en el mismo mercado. Políticamente, se disputan quién será la principal potencia en el Cáucaso y Asia Central.
Así pues, más allá de su objetivo común de socavar la hegemonía occidental, no comparten ninguna agenda internacional. Incluso en lo que respecta a las relaciones con Washington, tienen diferencias estratégicas.
Irán y Rusia no solo tienen intereses geopolíticos diferentes. Incluso hablando de una alianza comercial, ambos países se guían, en última instancia, por sus propios intereses en sus industrias de hidrocarburos. Por ejemplo, las severas sanciones occidentales han limitado su capacidad para vender petróleo al mundo, obligando a Rusia e Irán a compartirlo en un número limitado de mercados.
Por lo tanto, la competencia y los conflictos de intereses son inevitables y pronto podrían volverse aún más intensos, ya que el mayor de sus mercados importantes, China, está experimentando una recesión económica que podría debilitar las necesidades energéticas de Pekín.
Al analizar la situación actual, los analistas internacionales creen que Washington está metiendo en el mismo saco a Irán y Rusia, considerándolos una especie de "eje sostenible" que amenaza los intereses estadounidenses. Sin embargo, dadas las numerosas diferencias entre ambos países, Occidente debería, en lugar de meterlos en el mismo saco, encontrar con paciencia la manera de distanciarlos. Por ejemplo, una política energética que reduzca los precios del petróleo también podría dificultar que las economías de ambos países, que dependen de los precios de la energía, se mantengan en el mismo plano.
De hecho, Rusia e Irán no son socios naturales, pero con el tiempo su cooperación se estrechará. Los beneficios de trabajar juntos no solo los ayudarán a sentirse menos aislados en el escenario internacional, sino que también podrían ayudarlos a superar sus diferencias para construir una alianza duradera.
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Fuente: https://baoquocte.vn/cap-dong-minh-gai-goc-nga-iran-thuc-ra-rat-mong-manh-295366.html
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