En un contexto de profunda polarización geopolítica , crecientes conflictos en muchas regiones e impactos cada vez más severos del cambio climático, la Cumbre del G20 en Brasil es muy esperada a nivel internacional.
La Cumbre del G20 de 2024 logró resultados importantes. (Fuente: G20.org) |
Esperanza de una “cura”
Tras superar numerosos desafíos, la Cumbre del G20 de 2024 en Brasil concluyó con una Declaración Conjunta que alentó la esperanza de una solución para sanar las heridas globales. La Cumbre alcanzó importantes acuerdos y compromisos para abordar los desafíos globales y los objetivos de desarrollo sostenible.
Cabe destacar los compromisos de aumentar los impuestos a los súper ricos, construir un mecanismo para prevenir la "evasión fiscal" y movilizar todos los recursos, garantizar la financiación para responder al cambio climático, apoyar la transición energética, la cooperación tecnológica...
Se estableció la primera Alianza Global para la Lucha contra la Pobreza. También se mencionaron los conflictos y las crisis humanitarias en Ucrania y Oriente Medio, con énfasis en la promoción del alto el fuego y la protección de la población civil. Aunque algunos líderes no quedaron satisfechos con la audacia del conflicto, fue suficiente para que se aprobara la declaración conjunta.
De la 19.ª Cumbre del G20 surgieron varias tendencias clave y mensajes importantes. Uno de ellos fue el esfuerzo por reducir la desigualdad a nivel global. La opinión del presidente Lula da Silva, del país anfitrión, de que la desigualdad financiera no se debe a la falta de ella, sino a decisiones políticas injustas, recibió un fuerte apoyo de numerosos países y organizaciones internacionales.
De igual manera, el Secretario General de la ONU, António Guterres, enfatizó que el G20, especialmente los países desarrollados, son los mayores emisores de carbono y gases de efecto invernadero y tienen la mayor capacidad y la mayor responsabilidad en la lucha contra el cambio climático global. Sin embargo, las contribuciones de los países ricos no se corresponden con los beneficios que obtienen de los recursos naturales ni con su dominio en la cadena global de producción y comercio.
En segundo lugar, la voz del grupo de países del hemisferio sur cobra cada vez mayor importancia en numerosos asuntos internacionales. Además de los invitados, la Cumbre contó con la participación de la Unión Africana (UA) por primera vez como miembro oficial. Este hito histórico demuestra el reconocimiento del G20 a la importancia de África y a la voz cada vez más importante de los países del hemisferio sur en los asuntos globales.
En tercer lugar, la tendencia a la multilateralización y la multipolarización es irreversible. Las dos tendencias destacadas mencionadas —el entusiasmo en los foros, las reuniones bilaterales en el marco de la Conferencia y la declaración conjunta de la Cumbre del G20 en Brasil— son una clara prueba de la fuerza y la creciente importancia de la multipolarización y la multilateralización en las relaciones internacionales.
Junto con ello, existe la necesidad esencial de reformar el sistema de gobernanza global. Esta tendencia está presente con fuerza y profundidad en el foro de las Naciones Unidas, en la Cumbre de los BRICS de 2024 en Rusia y en muchos otros eventos internacionales importantes.
Todo esto demuestra que la cooperación multilateral es una forma eficaz de abordar los desafíos globales; la multipolarización es una tendencia irreversible. Solo así podremos promover la reforma de la gobernanza global, reducir la desigualdad, sentar las bases de la unidad, generar una gran fortaleza, afrontar los desafíos comunes y sanar las heridas del planeta.
Escondidas muchas espinas
Tras superar la "sombra de la división" y otros desafíos que se cernían sobre la jornada inaugural, la Cumbre del G20 de 2024 logró importantes resultados. Los resultados de la Cumbre de Brasil y otros importantes eventos internacionales recientes son señales positivas que infunden esperanza en la aspiración común de construir un mundo justo, un planeta sostenible y alcanzar los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas.
No existe un órgano permanente, sino un mecanismo de Secretaría de tres países integrado por representantes de los países anfitriones pasados, actuales y futuros (India, Brasil y Sudáfrica) que mantendrá la dirección general, antes de la transferencia de la presidencia rotatoria a los Estados Unidos en 2026.
Sin embargo, el futuro aún presenta numerosos obstáculos potenciales. Los conflictos y la inestabilidad están aumentando en muchas regiones. La competencia geopolítica, la confrontación entre grandes potencias, así como la división y la fragmentación, se vuelven cada vez más complejas. Además, las acciones de algunos países importantes para echar leña al fuego han dejado aún sin definir la salida de los focos de tensión.
Algunos compromisos importantes en materia de lucha contra el cambio climático, la desigualdad y el aumento de impuestos a los superricos, entre otros, no se han regulado específicamente y carecen de mecanismos vinculantes para su implementación. Se han logrado resultados mediante acuerdos, pero siempre existe una brecha entre las declaraciones y las acciones. Muchos países desarrollados y grandes han intentado evadir la plena implementación de sus compromisos. El estancamiento en las negociaciones sobre la financiación del cambio climático en la COP29 en Azerbaiyán, debido a los desacuerdos entre los países desarrollados y las economías emergentes, es un ejemplo.
Sin mencionar que el cambio de gobierno tras las elecciones puede provocar un cambio radical en algunos países. El presidente electo Donald Trump, con su lema «América Primero», seguirá retirándose de muchos mecanismos multilaterales que se consideran perjudiciales para Estados Unidos, como en su primer mandato.
La competencia geopolítica y las tensas confrontaciones entre grandes países crean numerosas barreras que provocan una profunda división mundial, la dispersión de recursos y la ruptura de las cadenas globales de suministro y producción. Mientras tanto, la necesidad de combatir el cambio climático, la pobreza y la transición energética es enorme.
Sin embargo, los esfuerzos comprometidos y las tendencias positivas de la Cumbre del G20 de 2024 y otros eventos internacionales importantes demuestran aspiraciones comunes y son iniciativas necesarias, que crean gradualmente confianza, bases y motivación para el viaje de movimiento y desarrollo continuo de la humanidad.
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Fuente: https://baoquocte.vn/hoi-nghi-thuong-dinh-g20-cam-ket-xu-the-va-dong-luc-294587.html
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