Los investigadoresdescubren una misteriosa asociación milenaria entre los pueblos indígenas australianos para cazar orcas que parece haberse extinguido.
Orcas cazando junto a humanos a principios del siglo XX. Foto: Charles E. Wellings
El estudio se basa en análisis genético. El pueblo Thaua, de la tribu aborigen costera Yuin, lleva generaciones cantando a las orcas mientras cazan ballenas barbadas en la bahía de Turembulerrer (Twofold), frente a la costa este de Australia. Las orcas solo roban sus labios y lenguas en un intercambio mutuamente beneficioso denominado "Ley de la Lengua", según el estudio publicado en la revista Heredity, según informó Business Insider el 22 de octubre.
En el siglo XIX, los colonos europeos aprovecharon esta relación para desarrollar la caza comercial de ballenas en el Golfo. Hay documentos que muestran que las orcas golpeaban el agua frente a los puestos de caza para señalar su presencia a los pescadores, incluyendo al pueblo Thaua. Conducían a los pescadores hasta las ballenas, a veces tirando de ellas con cuerdas, y luego usaban arpones para frenarlas, asegurando así una caza exitosa.
En la década de 1930, tras cazar junto a los humanos durante 1000 años, la población de orcas desapareció. Para saber más sobre ellas, los investigadores analizaron el ADN de una orca de 7 metros de largo de la manada llamada "Old Tom". Su ADN era lo suficientemente diferente al de las orcas actuales como para demostrar que su manada está extinta.
Steven Holmes, coautor del estudio, afirmó que el pueblo Thaua consideraba a las orcas como sus hermanas. El Viejo Tom apareció en la costa en 1930 y su esqueleto se conserva en el Museo de Orcas Eden. Isabella Reeves, estudiante de doctorado de la Universidad Flinders de Australia, dirigió el equipo de investigación, que acudió al museo para perforar los dientes y la mandíbula del Viejo Tom y obtener muestras de ADN. El equipo determinó primero que era macho. El papel activo del animal en la caza de ballenas es inusual, ya que las orcas macho suelen dejar que sus madres las cacen. Es probable que el Viejo Tom comparta un ancestro común con las orcas de Nueva Zelanda. Sin embargo, muchos de los rasgos del genoma del Viejo Tom no se encuentran en el ADN de ninguna población viva de orcas, lo que significa que se perdieron por extinción.
Los investigadores desconocen con exactitud cuándo y cómo comenzó la colaboración entre humanos y orcas. Los thaua y otros pueblos indígenas cazaban orcas mucho antes de que los europeos comenzaran su caza comercial en el siglo XIX.
An Khang (según Business Insider )
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