Los clubes brasileños vuelan alto en el Mundial de Clubes de la FIFA. |
No se dejen engañar por las llamativas presentaciones y los himnos previos al partido. Este Mundial de Clubes no es simplemente un "torneo estadounidense". De hecho, se está convirtiendo en una especie de festival del fútbol brasileño, y el resto del mundo probablemente debería darse cuenta.
Espectáculo del club brasileño
Desde la primera ronda, la presencia de Brasil fue evidente. 70 de los 508 jugadores en el campo eran brasileños, casi el 14%, la mayor participación de cualquier nacionalidad. Esta presencia no solo provino de los cuatro clubes brasileños participantes en el torneo, sino que también se extendió a todos los equipos: desde el Manchester City y el Real Madrid hasta el Urawa Red Diamonds, el Mamelodi Sundowns y el Pachuca. Brasil, como una superpotencia exportadora de fútbol, llevó sus mejores productos a los cinco continentes.
Las estadísticas son una cosa, los resultados son la mejor prueba. Ocho partidos, seis victorias, dos empates y ninguna derrota: ese es el historial de los representantes brasileños. El Botafogo doblegó al PSG. El Flamengo arrolló al Chelsea. El Fluminense jugó al ritmo del Dortmund. El Palmeiras empató con el Porto. Y lo más importante: todos son primeros de sus grupos.
Estas no son simples sorpresas coyunturales, sino que parecen reflejar un cambio más profundo. Brasil, tras años de rezago, está recuperando gradualmente su estatus de auténtico imperio del fútbol.
Flamengo sorprendentemente ganó al Chelsea en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. |
La historia de Brasil no está exenta de gloria a nivel de clubes. El Santos de Pelé fue bicampeón del mundo, el Flamengo venció al Liverpool en 1981 y el Corinthians ganó la primera edición del Mundial de Clubes en 2000. Pero durante más de una década, ha sido una serie de decepciones. Desde la humillante derrota del Santos ante el Barcelona hasta las finales donde Flamengo, Palmeiras y Fluminense fueron derrotados por representantes europeos.
El retraso es fácil de explicar. El fútbol europeo ha acelerado su crecimiento gracias a la inversión, la infraestructura, la ciencia del deporte y las estrategias comerciales. Mientras tanto, los clubes brasileños se han estancado, han perdido a sus mejores jugadores ante gigantes occidentales y se han estancado en una mentalidad de gestión anticuada.
Entonces, ¿qué está causando el terremoto en Estados Unidos este verano?
En primer lugar, está el timing. Los equipos brasileños están en plena temporada, frescos e inspirados. Los europeos, en cambio, llegan al torneo con las piernas cansadas tras una larga temporada. El clima caluroso y húmedo, condiciones habituales para los jugadores brasileños, también es una ventaja oculta.
La motivación también es un factor diferenciador. Para los clubes europeos, el Mundial de Clubes nunca ha sido una prioridad; no es comparable con la Champions League ni con las competiciones nacionales. Para los equipos brasileños, es un escenario excepcional para mostrar su clase al mundo. Juegan cada partido como si fuera una final. Y a veces, un poco más de ganas que el rival puede marcar la diferencia.
Aún más drástico es el cambio entre bastidores. Flamengo y Palmeiras, dos símbolos de la profesionalización, ahora cuentan con instalaciones modernas a la altura de los clubes europeos. Los equipos brasileños también han comenzado a retener a jugadores en su mejor momento. Gerson (28), quien regresó al Flamengo por 15 millones de euros procedente del Marsella, es un claro ejemplo.
El Botafogo también causó sorpresa al vencer al PSG. |
Otro punto positivo es el entrenamiento. El fútbol brasileño ya no está estancado en la misma rutina. Entrenadores portugueses, como Jorge Jesus o Abel Ferreira, han traído un soplo de aire fresco. El resultado: 4 de las últimas 6 temporadas de la Serie A brasileña han sido ganadas por entrenadores extranjeros.
El dominio de la Copa Libertadores lo demuestra. Seis títulos consecutivos de clubes brasileños. Cuatro finales íntegramente brasileñas. Equipos de Argentina, Colombia, Chile… parecen estar quedándose atrás, no solo en experiencia, sino también en recursos financieros. «Claramente tienen un poder económico que otros países no tienen», admite el entrenador del Inter Miami, Javier Mascherano.
Si bien aún existen obstáculos para el progreso del fútbol brasileño, como un calendario sobrecargado, canchas deficientes y una mentalidad cortoplacista en muchos lugares, este Mundial de Clubes nos recuerda que la brecha ya no es insalvable. Las victorias contra los mejores equipos de Europa, aunque no en general, inspiran confianza en que Brasil ha vuelto a la cima.
Como dijo Filipe Luis, entrenador del Flamengo: «Hay un grupo de ocho a diez clubes de otro nivel. Pero justo por debajo, los clubes brasileños están en la segunda división».
Es cierto, y una buena señal para una nación futbolística que antaño fue un referente mundial. Puede que ya no estén en la cima, pero han vuelto. Y el Mundial de Clubes de 2025 podría ser el escenario para demostrarlo.
Fuente: https://znews.vn/bong-da-brazil-thach-thuc-chau-au-tai-club-world-cup-post1563028.html
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