Soldados del ejército en una base de entrenamiento del Ministerio de Defensa británico en el sur del país.
Los impactos del calentamiento global causados por el cambio climático son generalizados en todos los aspectos de las operaciones de las fuerzas armadas británicas. Por ejemplo, las altas temperaturas hacen que centros de entrenamiento como Chipre sean inutilizables en ciertas épocas del año.
El calor está afectando a las unidades que participan en misiones en el extranjero. Los vehículos blindados pueden sufrir daños por el aumento de temperatura.
«Las fuerzas armadas, las adquisiciones de defensa y los bienes inmuebles militares, tanto en el Reino Unido como en el extranjero, deberán adaptarse a los efectos del cambio climático en las próximas décadas», cita The Guardian según un informe del Comité Militar del Parlamento británico publicado el 18 de agosto.
De lo contrario, las áreas afectadas incluirán la geoestrategia, la preparación para el combate, la resiliencia y la capacidad de ofrecer eficacia militar.
El informe señala que el aumento de las temperaturas del océano ha reducido la eficacia operativa de los buques de guerra británicos.
Los buques de guerra que operan en el Golfo dependen del agua de mar para refrigerar sus motores y así operar con normalidad. Sin embargo, el aumento de la temperatura del agua de mar complica el proceso de refrigeración, afectando el rendimiento de los motores.
Sin una acción oportuna para adaptarse, las capacidades de combate del ejército británico podrían verse erosionadas por el aumento de las temperaturas y las condiciones climáticas más duras, advirtieron los parlamentarios del comité.
El exsecretario de Estado estadounidense John Kerry, enviado especial del presidente estadounidense para el cambio climático, dijo a los parlamentarios británicos que la crisis climática plantea grandes riesgos para la defensa y la seguridad mundial, y que el ejército británico no es una excepción.
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