Al lanzar el 12º paquete de sanciones contra Rusia, ¿quiere la UE “tapar la laguna” o cambiar a una nueva estrategia?

Al lanzar el 12º paquete de sanciones contra Rusia, ¿puede la UE “tapar las lagunas” dejadas por las rondas de sanciones anteriores?

Aunque todavía no ha sido aprobado oficialmente, el 12º paquete de sanciones de la UE contra Rusia ha vuelto a generar desacuerdos entre los Estados miembros.

Algunos han sugerido que las últimas sanciones podrían marcar un cambio estratégico por parte de la UE, llenando los “vacíos” dejados por rondas de sanciones anteriores.

La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, y el presidente Zelensky en Kiev. (Fuente: AP)

Sin embargo, los críticos advierten que esta duodécima ronda de sanciones podría ser contraproducente, ya que afectará directamente a las industrias y a los consumidores de la UE en la región, más que a los exportadores rusos.

Por ejemplo, el alambre de aluminio procedente de Rusia, esencial para proyectos de energías renovables, también es un producto de importación importante para la UE. Entre los principales importadores se encuentran Polonia, España e Italia.

Una posible prohibición de dichas importaciones podría provocar un aumento de precios, lo que reduciría la competitividad de los productores de la UE frente a sus homólogos internacionales. Además, el alambrón de aluminio ruso se considera más respetuoso con el medio ambiente, y su exclusión podría aumentar las emisiones de carbono de la UE, lo que contravendría los objetivos de reducción de emisiones del Pacto Verde Europeo.

¿El Pacto Verde Europeo ha abierto de repente un nuevo y muy acalorado debate?

Entonces, ¿es el alto estándar del Pacto Verde Europeo un obstáculo importante que impide que la UE sancione a Rusia?

No… El Pacto Verde Europeo no es realmente el mayor problema entre las decenas de asuntos que preocupan a la UE. Al fin y al cabo, los mayores emisores de CO2 de la UE siguen teniendo vía libre para sus emisiones nocivas para el medio ambiente, las pymes y los ciudadanos de la UE.

Con las emisiones ideales de CO2 —supuestamente reducidas hasta en un 70 % gracias al aluminio ruso— potencialmente ignoradas, la contrapregunta que se le plantea a la propia UE es: ¿por qué debería el mundo seguir obligándose a pagar el precio de los "pecados" ambientales de los productores de acero, cemento y aluminio de fuera de la UE?

La República Checa, un importante centro de fabricación de automóviles, cuenta con numerosas empresas que dependen en gran medida del acero para su producto principal. A su vez, la industria automotriz también es muy importante para la economía checa, contribuyendo con alrededor del 10 % del PIB, una de las tasas más altas del mundo.

Mientras tanto, la rusa Novolipetsk es un importante proveedor de acero para las empresas checas. Esta siderúrgica rusa desarrolla la mayor parte de sus operaciones de laminación de acero en Europa, incluyendo Bélgica, Francia y Estonia.

Ante el aumento de los costes energéticos y los desafíos para encontrar alternativas al acero ruso, la República Checa pretende ampliar la prohibición transitoria de las importaciones de acero ruso hasta 2028. Este es uno de los ejemplos prácticos que muestra claramente las dificultades a las que se enfrentan las empresas europeas para sustituir los productos de acero rusos.

¿Qué está pasando ante los ojos de las autoridades europeas?

¿Por qué se siguen haciendo excepciones, sobre todo cuando se dice que la industria siderúrgica de la UE tiene el segundo mayor exceso de capacidad del mundo? ¿Preferirían dejar la puerta abierta que cerrarla?

¿Por qué en lugar de cooperar con sus socios, incluidos los aliados en Asia, optan por proteger su mercado interno por razones que no consideran razonables?

Se plantean muchas preguntas, en el contexto de que la undécima ronda de sanciones (desde febrero de 2022) impuesta por la UE a Rusia a partir de junio de 2023 aún revela numerosas lagunas, que se dice que Moscú ha aprovechado para "eludir la ley", desde límites de precios al crudo ruso hasta medidas de control de las exportaciones de la UE sobre la importación de microchips a Rusia... E incluso la constante insistencia de su aliada Ucrania para que adopte nuevas medidas para endurecer aún más la economía rusa.

Según los observadores, el nuevo paquete de sanciones contra Moscú también parece confundir a la CE, porque pone presión sobre los propios líderes de la UE, no menos que el objetivo de las sanciones adicionales, si no más.

El 4 de noviembre, en un discurso en Ucrania, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, declaró: «La semana que viene anunciaremos el duodécimo paquete de sanciones contra Rusia». Sin embargo, han transcurrido casi dos semanas y las restricciones contra Rusia siguen abiertas, ya que muchos miembros de la UE tienen «excepciones» similares al problema del acero mencionado anteriormente.

Esta es la sexta visita del presidente de la CE a Ucrania desde el estallido del conflicto ruso-ucraniano. En la red social X , Ursula von der Leyen publicó una foto con Zelenski y anunció: «Estoy aquí para hablar sobre la posibilidad de que Ucrania se una a la UE».

Sin embargo, para convertirse oficialmente en miembro de la UE, Ucrania no solo debe superar numerosas reformas políticas y legales para cumplir con los estándares establecidos por el bloque. La solicitud de adhesión a la UE también debe ser aprobada por los 27 miembros del bloque. Entre ellos, hay miembros muy difíciles de convencer, como Hungría, un país que mantiene una postura neutral en el conflicto entre Rusia y Ucrania.

La UE ya ha suministrado grandes cantidades de armas a Ucrania durante el año pasado y se ha comprometido a enviar equipo pesado al país, pero esto supone una enorme carga financiera para el bloque que no todos los estados miembros apoyan.

Por ello, según los observadores, la visita a Kiev de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se considera que responde a un doble plan.

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