Cada año, cuando llega el Tet, la gente está deseando volver a casa para celebrarlo. A menudo oímos a mucha gente quejarse de los atascos de tráfico en los días previos. Pero sin duda, sin importar cuánto tiempo tengan que esperar, la gente se siente emocionada y feliz al pensar en disfrutar de un cálido Tet con su familia y seres queridos.
A finales de año, los pacientes aprovechan el examen médico para volver a casa para el Tet.
Soy médico especializado en el tratamiento del cáncer. Mis pacientes con cáncer luchan cada día con la vida y anhelan volver a casa. A veces, ellos, o incluso los médicos, no están seguros de si este es su último Tet o no.
Durante más de 10 años tratando a pacientes con leucemia, cada año, con la llegada del Tet, me surgen muchas inquietudes. ¿Qué pacientes deberían permanecer hospitalizados para ponerse al día con el programa de tratamiento, ya que perderán unas vacaciones del Tet a cambio de muchas y saludables fiestas el próximo año? ¿O qué pacientes deberían regresar a casa para celebrar el Tet y estar con sus familias durante lo que podría ser su última fiesta?
Aunque se habían hablado y acordado previamente, cada Nochevieja, los pacientes cambiaban de opinión y corrían a que les dieran de alta. Decían: "Con este ambiente, solo quiero irme a casa, doctor. Doctor, por favor, deme unos días y luego podré volver para continuar el tratamiento".
O bien: "Doctor, por favor déjeme volver a casa para venerar a mis antepasados, dar dinero de la suerte a los niños y luego regresar".
Hay pacientes que están demasiado enfermos para irse a casa y tienen que quedarse en el hospital. Solo esperan mejorar cada día para poder irse a casa porque "mientras quede el primer día del año nuevo, todavía queda el Tet, doctor. Por favor, trate de que esté lo suficientemente sano para ir a casa para el Tet. Puedo irme a casa el tercer o cuarto día del año nuevo".
Hay pacientes que aceptan quedarse para el tratamiento, pero también contienen un suspiro: "Estoy enfermo, haré todo lo posible este año, el año que viene seguro que estaré lo suficientemente sano como para ir a casa para el Tet". Qué lástima oír eso.
Un Tet completo es probablemente la palabra clave más difícil para médicos y pacientes con cáncer. Pero, pase lo que pase, los pacientes siempre están acompañados por el personal médico . Durante estos días, el cariño, los saludos, un apretón de manos o una rama de flor de albaricoque o de durazno decorada en la sala pueden reconfortar al paciente.
Ellos - las personas que no pueden volver a casa para celebrar el Tet - estarán juntos, se animarán mutuamente y se darán el calor del amor familiar. El Tet aún se extiende por todas partes...
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