El incendio forestal se desató inesperadamente antes del amanecer y continuó hasta la tarde del 9 de agosto (hora local) en las islas de Maui y Hawái (o la Isla Grande) en el estado de Hawái, en medio de fuertes vientos provocados por el lejano huracán Dora, que intensificaron aún más el fuego. Además de las 36 personas fallecidas y las decenas de heridos, al menos 271 estructuras resultaron quemadas o dañadas, según las autoridades hawaianas.
Paisaje apocalíptico
El gobernador de Hawái, Josh Green, quien acortó sus vacaciones para regresar a ocuparse del desastre, declaró ayer que gran parte de la ciudad de Lahaina, en la isla de Maui, ha quedado destruida y cientos de familias locales han sido evacuadas. Según CNN, planea presentar una solicitud de declaración de desastre al presidente estadounidense, Joe Biden, tras una evaluación preliminar de los daños, posiblemente en uno o dos días.
La imagen satelital del 9 de agosto muestra una zona devastada por el fuego en Lahaina.
Aún se desconoce la causa exacta del incendio, pero varios factores, como los fuertes vientos, la baja humedad y la vegetación seca, podrían haber contribuido al desastre, según el general Kenneth Hara, del Departamento de Defensa del Estado de Hawái. Al parecer, el incendio quemó primero la vegetación y luego se propagó rápidamente a zonas residenciales, acompañado de vientos de hasta 96 kilómetros por hora. Posteriormente, el fuego se extendió a Lahaina, destruyendo edificios de madera en el centro de la ciudad, que data del siglo XVIII y está declarada Monumento Histórico Nacional.
Imágenes aéreas mostraron decenas de casas y negocios en Lahaina destruidos por el fuego, incluyendo estructuras en la popular calle turística Front Street. Imágenes satelitales de Maxar mostraron varios sitios históricos de Lahaina calcinados, incluyendo uno de los banianos más grandes de Estados Unidos, traído de la India en 1873. "Acabamos de sufrir el peor desastre que he visto. Toda Lahaina quedó reducida a cenizas. Fue como el fin del mundo", declaró Mason Jarvi, residente de Lahaina, citado por The Guardian .
"Paraíso" cerrado
Más de 11.000 turistas fueron evacuados de Maui el 9 de agosto, según informó el Departamento de Transporte de Hawái. Aunque al menos 16 carreteras estaban cerradas, el aeropuerto de Maui permaneció abierto y las aerolíneas redujeron drásticamente las tarifas para intentar que los turistas abandonaran la isla. Se esperaba que unas 1.500 personas salieran de Maui el 10 de agosto. Se desplegaron helicópteros militares estadounidenses para controlar el incendio. La Guardia Costera estadounidense fue enviada a Lahaina para rescatar a las personas que se lanzaron al mar para escapar. Doce personas fueron rescatadas y trasladadas a una embarcación.
Si bien la recuperación de los incendios forestales podría llevar años, Green afirmó que el condado de Maui no cuenta con la infraestructura necesaria para albergar a los desplazados a largo plazo. También instó a los turistas a no visitar Maui en este momento, ya que muchos hoteles y otros alojamientos tendrán que ser requisados para alojamiento temporal. "Recibiremos a los visitantes de nuevo en este paraíso después de que terminen los incendios forestales y podamos reconstruir", declaró Green a CNN.
Verano de incendios forestales
La situación en Hawái refleja la devastación sufrida en otras partes del mundo este verano. Incendios forestales, alimentados por calores récord, han obligado a decenas de miles de personas a evacuar en Grecia, España, Portugal y otras partes de Europa, mientras que el oeste de Canadá ha sufrido incendios inusualmente graves. Los científicos afirman que el cambio climático antropogénico, impulsado por el uso de combustibles fósiles, está aumentando la frecuencia e intensidad de estos fenómenos meteorológicos extremos.
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