La historia de una madre
En una publicación en redes sociales, una mujer llamada Aila confesó honestamente que después de un año de sufrir acoso en el trabajo, comenzó a notar que se irritaba fácilmente y a menudo regañaba a su hijo de 8 años.
Al darse cuenta de que tenía problemas psicológicos y de comportamiento, la madre compartió su historia en las redes sociales, con la esperanza de recibir simpatía y consejos.
He estado sufriendo acoso laboral durante el último año. La competencia desleal en el trabajo es tan terrible que me genera estados negativos. Incluso cuando logro buenos resultados, no soy feliz. Mis compañeros chismean, envidian y me hacen jugarretas, lo cual ha afectado gravemente mi psicología.
Ante los problemas negativos en el trabajo, me volví irritable y regañaba a mi hijo pequeño con frecuencia. En retrospectiva, a menudo me encuentro siendo irrazonable e incluso cruel con él. "Temo que la negatividad en el trabajo me haya hecho perder la cordura...", confesó la madre.
La mujer dijo que valoraba mucho su trabajo y que no quería renunciar tan fácilmente. Había planteado el problema a sus superiores, pero la situación no había mejorado.
Aila dijo que aunque se daba cuenta de que tenía problemas con la forma en que trataba a su hijo, y a veces incluso se sentía arrepentida, cada vez que se enojaba, todavía no podía controlarse.
La historia de Aila está generando controversia en las redes sociales de Malasia, abriendo nuevas discusiones sobre el acoso laboral, así como sobre problemas de salud mental de los padres.
Muchas veces, el enojo de los padres no se debe a lo que han hecho sus hijos. La verdadera razón del enojo es la insatisfacción con la vida matrimonial, la presión laboral, las dificultades económicas... Los padres descargan fácilmente sus frustraciones psicológicas en sus hijos", comentó un internauta.
Los padres sólo deben enseñar a sus hijos cuando estén tranquilos (Ilustración: SCMP).
¿Cómo deben los padres controlar la ira?
Las presiones de la vida son una razón común por la que los padres pierden el control de sus hijos. Sin embargo, cuando nos tranquilizamos, a menudo nos damos cuenta de que las cosas se habrían manejado mejor si hubiéramos mantenido la calma.
Sin embargo, cuando la ira aumenta, la capacidad de los padres para controlarse disminuye considerablemente. Esto también es normal desde una perspectiva psicológica. Sin embargo, ser padres requiere saber controlarse, especialmente la ira, ya que la ira descontrolada es muy perjudicial para la crianza de los hijos.
Lo más importante que los padres deben recordar sobre la ira es no actuar cuando están enojados. En ese momento, los padres tienden a querer actuar de inmediato, quieren enseñar a sus hijos de inmediato, pero esa necesidad se debe a que la ira "se manifiesta".
Los padres solo deben enseñar a sus hijos cuando estén tranquilos. En ese momento, las enseñanzas serán más educativas y, por lo tanto, los niños las absorberán con mayor facilidad.
No regañe, enseñe ni castigue a su hijo cuando esté enojado. Los padres que se enojan con frecuencia harán que sus hijos aprendan de ellos. Mientras tanto, controlar su propia psicología y comportamiento es una habilidad muy importante.
Los niños observan la ira de sus padres. Los padres que saben manejar la ira les enseñarán a sus hijos las habilidades para controlarse incluso en momentos de ira. Para controlar la ira, los padres deben tener en cuenta algunos aspectos.
Poner límites a la ira
Los padres deben establecer límites a su enojo cuando se enfrentan a sus hijos, como por ejemplo no golpear, gritar, disciplinar o castigar a sus hijos mientras todavía están enojados.
Además, los padres también necesitan aprender a comunicarse con sus hijos cuando no están de buen humor. Díganles con cariño: "Papá, están cansados, por favor, guarden silencio, hagan sus tareas, no se porten mal en este momento". Estas instrucciones fáciles de entender y con cariño pueden tener efectos inesperados.
La presión de la vida es una razón común por la que los padres pierden el control sobre sus hijos (Ilustración: iStock).
Cálmate antes de actuar
Cuando te sientas enojado, dite a ti mismo: detente, respira hondo. Recuerda que no hay ninguna emergencia, no necesitas actuar de inmediato.
Busca un motivo para reír, aunque te fuerces a reír, crearás una señal positiva para el sistema nervioso, ayudando a calmar las emociones y te sentirás más tranquilo.
Si te enojas a menudo, dedica 20 minutos al día a sentarte en silencio. Cada vez que controlas tu ira, aumentas tu autocontrol.
De hecho, detrás de la ira siempre hay miedo, tristeza, decepción…, tendrás que entender tus emociones más profundas para solucionar el problema desde su raíz.
"Se retiró"
Cuando estés enojado, retírate temporalmente y regresa solo cuando estés más tranquilo. Cuando te enojes frente a tus hijos, los padres deberían regresar temporalmente a su habitación o rincón.
Si su hijo tiene la edad suficiente para sentarse solo, dígale con calma: "Estamos demasiado enojados para hablar contigo ahora. Hablaremos de esto nuevamente cuando estemos más tranquilos".
Pausar la conversación no significa que estés malcriando a tu hijo ni que te sientas indefenso. De hecho, pausar la conversación le ayudará a comprender la gravedad de la situación. Además, verá cómo te controlas cuando estás enojado.
Si tu hijo es pequeño y no quieres dejarlo solo, puedes sentarte lejos de él y respirar profundamente para calmarte.
Escucha la ira
La mejor manera de lidiar con la ira es intentar calmarse, identificar claramente el problema y qué debe cambiar para mejorar la situación. En la crianza de los hijos, el problema suele recaer en los propios padres. Quizás los padres deban brindar una mejor orientación y establecer reglas más claras para que sus hijos las sigan.
Cuanto más te desahogas, más te enojas.
Creemos que necesitamos desahogar nuestra ira para calmarla, pero en realidad, desahogarla solo nos hace perder el control y nuestra ira puede escalar a un nivel mucho más terrible de lo que esperábamos. Cuando nos calmamos, podemos sentirnos arrepentidos de haber lastimado a nuestros hijos en un momento de ira. La respuesta a cualquier enojo es calmarse primero.
Los padres enojados crearán una atmósfera negativa en la familia (Ilustración: Getty Image).
No te apresures a castigar a tu hijo.
Acostúmbrese a no reaccionar cuando esté enojado. Retrase la conversación y el castigo hasta que se calme. Durante ese tiempo, padres e hijos deben seguir trabajando y estudiando con normalidad.
Al conversar, es importante escuchar a su hijo y responder de forma apropiada y respetuosa. Lo más importante en cada conversación sobre los errores de su hijo es que padres e hijos establezcan límites juntos. Esto ayudará a su hijo a aprender a controlarse y a reducir las cosas que enfadan o molestan a sus padres.
No castigues a los niños
Los expertos en educación nunca apoyan la práctica de castigar a niños pequeños, porque esta acción tiene un impacto negativo en el desarrollo infantil y puede dejar efectos psicológicos a largo plazo.
Los padres siempre deben controlarse delante de sus hijos. Si sienten que están demasiado enojados y pueden perder el control, deben salir de la habitación. Si se han comportado de forma descontrolada con sus hijos y se sienten arrepentidos, deben disculparse sinceramente.
No amenaces
No golpeen, pero los padres no deben amenazar a sus hijos con palabras, ya que esto les infunde miedo. Además, las amenazas suelen ser exageradas; cuando los niños se dan cuenta de esta verdad, las palabras de los padres pierden autoridad y se vuelven más tercos y desobedientes.
Control de voz y lenguaje
Cuanto más intentes mantener la voz tranquila, más rápido recuperarás la compostura. Esto también calmará a tu hijo. Alzar la voz y usar palabras de enojo solo hará que tanto el padre como el hijo pierdan el control.
No te quedes enojado para siempre
Los padres enojados crean un ambiente familiar negativo, así que no te enojes fácilmente. Necesitas saber qué es importante en la crianza de los hijos.
Cosas pequeñas, como dejar cosas tiradas, pueden ser frustrantes, pero no te enojes por nimiedades. Recuerda: cuanto más alegre, cariñoso y comprometido seas con tu hijo, más probable será que te escuche.
Según SCMP/Psychology Today
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Fuente: https://dantri.com.vn/giao-duc/tam-su-chua-chat-cua-nguoi-me-hanh-ha-con-trai-vi-bi-bat-nat-noi-cong-so-20240913183327250.htm
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