Quang Ninh Un niño de 5 años tiene un defecto congénito llamado abertura uretral baja, que le provoca dificultad para orinar y le obliga a sentarse para orinar como una niña.
Cuando nació el bebé, el médico recomendó supervisarlo y operarlo cuando tuviera más de dos años. El 15 de mayo, el Dr. Pham Viet Hung, jefe del Departamento de Cirugía del Hospital General de Quang Ninh, indicó que los 5 años del bebé eran el momento adecuado para la intervención. En ese momento, la abertura uretral del bebé se encuentra debajo del surco coronal, el pene es bastante curvado y se requiere cirugía para crear una abertura uretral.
"Si se deja que los niños se enfermen más tarde, cuando lleguen a la edad escolar, sabrán que son diferentes y serán objeto de burlas por parte de sus amigos, lo que afectará su psicología y aumentará el riesgo de complicaciones más adelante", afirmó el Dr. Hung.
Los cirujanos enderezaron el pene, suturaron la uretra y corrigieron la abertura uretral, cubriéndola con éxito con un colgajo de prepucio. Sin embargo, la cirugía de hipospadias es una cirugía plástica compleja, y después de la cirugía, el paciente presenta un alto riesgo de fístula, estenosis uretral y divertículo uretral.
Tras la operación, el paciente se encontraba estable, la herida quirúrgica estaba seca y la orina a través del catéter era clara. Tras dos semanas de tratamiento, el bebé podía orinar de pie como un varón normal.
El hipospadias es una malformación congénita del aparato genital masculino, que se localiza por debajo de la posición normal en la punta del prepucio, con deformidad del pene. Es una de las malformaciones genitales más comunes en los varones, con una incidencia de 1/300 niños.
Esta enfermedad debe detectarse a tiempo y tratarse a tiempo. La edad adecuada para la intervención es de 2 a 6 años. La cirugía es el método de tratamiento óptimo. En esta etapa, los tejidos del pene son suaves, elásticos y menos fibrosos, por lo que el proceso de cicatrización y curación de las heridas es rápido y la salud mental del niño no se ve muy afectada. La reconstrucción del pene no afecta la salud física ni mental del niño, lo que evita el riesgo de infertilidad posterior.
Los médicos recomiendan que los recién nacidos se sometan a una exploración general, que incluya los genitales. Las malformaciones uretrales se detectan fácilmente. La enfermedad no pone en peligro la vida, pero afecta la vida diaria, provocando en los niños cohibición, miedo a comunicarse e incluso infertilidad en el futuro. Además, las malformaciones pueden ir acompañadas de enfermedades en la zona genital, como hernia inguinal, criptorquidia, fisura escrotal y pene bajo en comparación con el escroto, que requieren tratamiento temprano.
Minh An
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