Beber té de hibisco estimula la producción de colágeno, lo que retrasa el envejecimiento cutáneo. (Fuente: iStock) |
Té blanco
El té blanco se elabora a partir de los brotes y las hojas jóvenes de la planta del té. Dado que se cosecha cuando es joven, las hojas y los brotes aún están cubiertos por una capa de vello blanco en su exterior.
El té blanco es rico en antioxidantes, especialmente polifenoles y catequinas, que ayudan a neutralizar los radicales libres, los culpables que degradan el colágeno.
El té blanco también puede ayudar a inhibir las enzimas que descomponen el colágeno y la elastina, preservando así la estructura del colágeno y manteniendo la elasticidad de la piel.
Té rooibos
El té rooibos, también conocido como té rojo sudafricano, es de color rojo intenso al infusionarse y no contiene cafeína. Este té es rico en alfahidroxiácidos y zinc, que ayudan a la piel a regenerarse, reducir la inflamación y el enrojecimiento.
El té rooibos promueve la regeneración cutánea, mejorando así su suavidad y limitando el daño causado por los radicales libres. Al no contener ingredientes que afecten el sueño, el té rooibos se puede tomar por la tarde o por la noche.
Té de hibisco
El té de hibisco tiene un alto contenido de vitamina C, que combate los radicales libres, preserva la estructura del colágeno y estimula la producción de colágeno.
Este té también contiene antocianinas, que tienen un poderoso efecto combatiendo los radicales libres, retardando eficazmente el proceso de envejecimiento de la piel, previniendo las arrugas, protegiendo la piel y mejorando la elasticidad.
Similar al té Rooibos, este té no contiene cafeína, por lo que no afecta el sueño.
Fuente: https://baoquocte.vn/die-m-danh-3-loai-tra-khong-mat-ngu-tang-collagen-thanh-nhiet-mat-gan-319152.html
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