Cada puntada meticulosa en los artículos hechos a mano siempre evoca viejos recuerdos, al tiempo que aporta nuevas emociones al usuario.
Pedazos de memoria
La Sra. Do Thi Lan Anh (Pham Van Dong, 19, ciudad de Pleiku) es una de las personas que "iniciaron" la moda de coser a mano en el pueblo de montaña. Por casualidad, al ver a una modelo con un vestido de noche hecho con impresionantes piezas hexagonales de tela, la Sra. Lan Anh pensó en la manta que su madre solía coser de niña. "¿Por qué no intento coser una manta con hexágonos?", esa pregunta la impulsó a empezar a confeccionarla.

Para completar una manta, necesitó 350 flores, cada una con 6 pétalos y 1 pistilo, hechas con pequeños trozos hexagonales de tela. El reverso estaba acolchado y forrado con tela. Todas las etapas fueron cosidas completamente a mano. Tras dos meses de coser, "olvidándose de comer y dormir", cosiendo meticulosamente cada puntada, la manta quedó terminada para su propia sorpresa.
Nunca pensé que podría hacerlo. Coser a mano requiere paciencia, meticulosidad y buen gusto. Pero cuando vi el producto terminado —una manta que no es solo para cubrir, sino que es como una obra de arte con flores de colores—, me sentí realmente feliz —compartió Lan Anh—.

Aunque trabaja en una agencia gubernamental, la Sra. Lan Anh aún dedica un pequeño espacio a su pasión por la costura. No se limita a confeccionar mantas y fundas de almohada, sino que también confecciona bolsos, mochilas, carteras, artículos personales, etc. Todos están cosidos a mano, lo que le da un toque único a cada producto.
Según ella, el quilting, el arte de acolchar telas, existe desde hace mucho tiempo y se aplica ampliamente en muchos países alrededor del mundo .
El acolchado consiste en coser pequeños trozos de tela para crear artículos grandes como mantas, almohadas, alfombras, bolsos, etc. Existen muchas técnicas, pero me gustan especialmente los hexágonos por la flexibilidad y la emoción que transmiten las combinaciones de colores. Cada producto es único, una improvisación del color y la atmósfera del creador, explicó Lan Anh.
Cuando publicó fotos de sus productos en redes sociales, no esperaba recibir tantas críticas positivas. Algunas publicaciones en TikTok incluso se volvieron virales, con cientos de miles de visualizaciones y compartidos.
“Hay quienes dicen que la imagen de la manta les recuerda su infancia, a su madre cosiendo bajo la lámpara de aceite. Otros me piden que haga productos basados en sus propias preferencias y recuerdos. Me siento conectada con muchas almas afines a través de este arte de la costura artesanal”, compartió Lan Anh.
Difundiendo el valor espiritual de los productos hechos a mano
Gracias a su pasión personal, la Sra. Lan Anh fue ganando clientes en todas partes, pero no lo consideraba una profesión para ganarse la vida. Dijo: «Coser a mano es un proceso lento. Los clientes tienen que ser muy pacientes. Algunos hacen pedidos y se olvidan porque ha pasado demasiado tiempo, y cuando les entrego, se llevan una gran sorpresa. Por suerte, todos los que piden entienden el esfuerzo que supone, así que están dispuestos a esperar».
Actualmente, un conjunto de materiales para coser una manta cuesta varios millones de dongs; el producto terminado cuesta entre 5 y 7 millones de dongs, dependiendo del tamaño y la complejidad del patrón. El tiempo de finalización también toma varios meses, por lo que la Sra. Lan Anh solo acepta entre 3 y 4 pedidos de costura de mantas al año.
Ella cree: «Hacer una manta cosida a mano es un viaje de reunir pequeños fragmentos de tiempo, emociones y recuerdos para tejer algo verdaderamente único y completo. Sin pasión, nadie tiene la perseverancia para llegar hasta el final. Además, el precio no es barato. Por lo tanto, quien posea la manta debe ser alguien que comprenda y ame la belleza del arte del acolchado».

Muchos de los productos hechos a mano de Lan Anh tienen su propia historia. Algunas personas le envían ropa vieja de sus hijos para que ella la corte y la cosa en una manta de recuerdo. Otras encargan mantas de flores para preservar los recuerdos de sus seres queridos... «Cada puntada es una historia. Cada pieza de tela es un recuerdo. La manta no solo es para abrigarse, sino también para amar», concluye Lan Anh.
Para la Sra. Lan Anh, coser no es solo un pasatiempo, sino también una terapia "curativa". Confesó: "Encuentro paz cuando me siento a coser. Especialmente cuando mezclo colores para crear bolsos y mantas coloridas; es como un juego de colores, muy relajante para la mente. Si el producto satisface al cliente, soy muy feliz. Coser a mano me trae muchas emociones indescriptibles, me llena de entusiasmo y me llena de amor por la vida".

Como amante de los productos hechos a mano y clienta fiel de la Sra. Lan Anh, la Sra. Nguyen Thi Kim Phuong (Ciudad Ho Chi Minh ) comentó: «Cualquiera que vea alfombras o mantas cosidas a mano quedará maravillado. No son solo artículos cotidianos, sino verdaderas obras de arte, creadas con meticulosidad, ingenio y delicadas combinaciones de colores».
La comunidad de entusiastas del quilting en el pueblo montañoso de Pleiku es actualmente bastante grande, especialmente tras la pandemia de COVID-19. La Sra. Lan Anh siempre está dispuesta a apoyar a los miembros con técnicas y experiencia para que todos puedan completar el producto a su entera satisfacción. A cambio, también aprende más sobre la combinación de colores y la creación de patrones para crear productos de quilting más diversos y hermosos.
En el mundo acelerado de hoy, donde todo está al alcance de la mano, pocas personas tienen la paciencia de sentarse durante horas a coser y ensamblar meticulosamente pequeños trozos de tela. Por eso, los productos hechos a mano, como el acolchado, tienen un valor intrínseco.
Fuente: https://baogialai.com.vn/song-lai-ky-uc-cung-san-pham-ghep-vai-khau-tay-post329933.html
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