Es probable que la publicación se produzca poco después de que el primer ministro Fumio Kishida se reúna con el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol en Estados Unidos la próxima semana. El objetivo de la reunión es explicar la seguridad del agua tratada.
La central nuclear de Fukushima Dai-ichi vista desde lejos. Foto: Reuters
El regulador nuclear de Japón aprobó el mes pasado al operador Tokyo Electric Power para que comience a liberar el agua, que Japón y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) consideran segura, pero que los países vecinos temen que pueda contaminar los suministros de alimentos.
Se espera que la pesca de arrastre de fondo comience en septiembre frente a Fukushima, al noreste de Tokio, y las autoridades pretenden liberar el agua antes de que comience la temporada de pesca, informó el diario Asahi Shimbun.
El 11 de marzo de 2011 se produjo un accidente nuclear en la central nuclear de Fukushima Daiichi, en la ciudad de Okuma, prefectura de Fukushima, en la costa oriental de Japón, a unos 220 kilómetros de Tokio.
La causa inmediata del desastre fue el terremoto de Tohoku, cuyo epicentro se encontraba a unos 100 kilómetros de la central, lo que desencadenó un potente tsunami. Olas de entre 13 y 14 metros de altura azotaron la costa de Okuma y la central, dejando sin suministro eléctrico y dañando los generadores diésel de emergencia.
Esto provocó una falla en el sistema de refrigeración del reactor, lo que provocó el sobrecalentamiento y la fusión del combustible nuclear en tres de ellos. Las explosiones subsiguientes sacudieron la central los días 14 y 15 de marzo, provocando un incendio en un reactor y liberando material radiactivo a la atmósfera y al mar.
Las autoridades japonesas respondieron con rapidez para evitar que el desastre se propagara, evacuando a casi medio millón de personas en un radio de 20 kilómetros de la central. Tras frenar con éxito el desastre, el gobierno japonés anunció una hoja de ruta para abordar el accidente nuclear de Fukushima, con el objetivo de desmantelar completamente los cuatro reactores en un plazo de 30 a 40 años.
El OIEA clasificó el desastre de Fukushima como un desastre de nivel 7, el más alto, y el segundo desastre nuclear más grave de la historia, después del accidente en la central nuclear de Chernóbil en Ucrania en 1986.
Mai Anh (según Reuters)
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