De los telescopios a los planetas imaginarios

Ilustración de la publicación "Planeta Marte" de Camille Flammarion (Foto: Wikimedia Commons).
Hoy en día, se pueden enviar fácilmente imágenes de Marte a la Tierra con gran nitidez y detalle desde sondas como Perseverance o InSight. Pero es difícil imaginar que hubo una época en que la gente solo conocía el Planeta Rojo a través de las imágenes borrosas de los telescopios.
En la segunda mitad del siglo XIX, una época sin cohetes ni satélites, los astrónomos sólo podían utilizar su imaginación para llenar los vacíos en el conocimiento.
En este contexto, Camille Flammarion, astrónomo francés, desempeñó un papel especial. Incorporó la ciencia ficción a las observaciones astronómicas para pintar una imagen vívida del mundo más allá del cielo.
La famosa obra de Flammarion , «La planète Mars» (1892), se considera la obra más completa sobre Marte de este período, basada en 572 dibujos y observaciones que se remontan a la época de Galileo. La obra describe tierras, canales, mares y posibles indicios de vida... muchos de los cuales fueron fruto de la imaginación, debido a las limitaciones de los equipos de observación.
A diferencia de muchos astrónomos de su tiempo, Flammarion no sólo estaba interesado en si podría existir vida en Marte, sino también en preguntarse: si así fuera, ¿cómo sería esa vida?
Para él, Marte es un planeta más antiguo que la Tierra, que podría haber pasado por etapas evolutivas similares mucho antes que nosotros. Cree que, si existe vida inteligente allí, es probable que haya evolucionado a un nivel más avanzado que el de los humanos.
La ciencia ficción es el puente a Marte

Hoy en día, Marte es fácilmente observable. Pero en el siglo XIX, los investigadores no contaban con la tecnología necesaria (Foto: NASA).
Sin limitarse a los mapas astronómicos, Flammarion también incluyó a Marte en sus obras de ciencia ficción. En Urania (1889), narra el viaje de un personaje ficticio a Marte, tras reencarnarse en una criatura luminosa, alada y de seis extremidades.
Desde la perspectiva del autor, las criaturas de Marte son completamente diferentes a las de la Tierra. También se adaptan a condiciones ambientales diferentes y poseen una civilización muy superior a la nuestra.
La idea de Flammarion sobre la vida en Marte refleja su anhelo de una sociedad ideal: libre de guerra, libre de pobreza, no asfixiada por preocupaciones triviales.
No se trata simplemente de una ficción especulativa, sino también de una profunda metáfora de la sociedad francesa de la posguerra, ya que Flammarion sueña con un mundo donde la gente vivaen paz con el conocimiento y la ciencia.

Xilografía de una obra sobre Marte de Camille Flammarion, publicada en 1888 (Foto: Wikimedia Commons).
Aunque no es un investigador especializado, la influencia de Flammarion en la percepción pública del universo es innegable. Más importante aún, es la pasión y el deseo ardiente de la humanidad en su viajepor explorar el vasto e inmenso universo.
Una vez escribió: “Lo conocido no es más que una pequeña isla en el océano de lo desconocido”.
Allí, el legado de Flammarion no reside en la precisión científica de sus descripciones de Marte, que ya estaban bien establecidas, sino en el modo en que forjó un vínculo entre la ciencia y la fantasía, entre el descubrimiento físico y la reflexión filosófica.
Permitió al público pensar en Marte no sólo como un objeto distante, sino como una posibilidad, un símbolo de la propia evolución de la humanidad si se coloca en las condiciones adecuadas.
Hoy, mientras las misiones espaciales se preparan para un futuro que enviará humanos a Marte, el mundo pintado por Camille Flammarion hace más de un siglo todavía resuena como una invitación a explorar no sólo otros planetas sino también a nosotros mismos.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/nha-thien-van-hoc-the-ky-19-da-tuong-tuong-ve-sao-hoa-ra-sao-20250630083127709.htm
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