Los teatros de ópera no solo son un símbolo de atracción turística en cada destino, sino que también contribuyen a la preservación del patrimonio y se convierten en el alma de muchos países. Dondequiera que haya un teatro icónico, se honrará la cultura.
Nombrando la mundialmente famosa "catedral del arte"
Al preguntarle a cualquier australiano sobre el orgullo de Australia, la respuesta más común probablemente sea la Ópera de Sídney. Si se hiciera la misma pregunta en el centro cultural de Europa, Milán, Italia, la respuesta sería La Scala. En Londres, la Royal Opera House sería un edificio comparable al Big Ben y al Tower Bridge. Cada año, millones de turistas visitan estos teatros de fama mundial, y no todos lo hacen por su historia, importancia o las obras clásicas que albergan. Es su arquitectura única y el título de "iconos de todos los tiempos" lo que convierte a los teatros famosos en "destinos para toda la vida".
La UNESCO describe la Ópera de Sídney como una "obra maestra de la arquitectura del siglo XX" o un "icono arquitectónico de fama mundial". Con este título, hasta 8 millones de turistas la visitan cada año. Construido hace unos 200 años, el Teatro de La Scala es el orgullo de Milán (Italia), la capital del arte, y es conocido como la catedral de la ópera por sus representaciones clásicas.
Muchos países siguen invirtiendo cientos de millones de dólares en la construcción de teatros, seleccionando los diseños más singulares para que se conviertan en un lugar para celebrar eventos importantes y un símbolo de la ciudad y el país. Ejemplos típicos incluyen obras icónicas del siglo XXI: la Filarmónica del Elba en Hamburgo (Alemania) o el Gran Teatro Nacional de Pekín, con su singular diseño de media elipse.
Un lugar para honrar la cultura
Los teatros de fama mundial no solo poseen una arquitectura icónica, sino que se han convertido en el corazón de la vida cultural de un país. Subirse al escenario de un teatro famoso es también el sueño de grandes artistas. La Royal Opera House, la "catedral" de la ópera y el ballet en Inglaterra, se construyó en Covent Garden, la plaza central y un famoso destino turístico cultural de Londres. En sus primeros años de apertura, el teatro estuvo asociado con el nombre de George Frideric Handel, uno de los grandes compositores del Barroco.
La soprano Maria Callas, una de las cantantes de ópera más influyentes del siglo XX, consideró en su día La Scala su hogar artístico y se mantuvo fiel a ella durante toda la década de 1950. Aunque decayó en el siglo XIX debido a la crisis de la ópera en Italia, el teatro consolidó su posición como centro artístico y orgullo del país con forma de bota, cuando Giuseppe Verdi, Giacomo Puccini y otros grandes compositores estrenaron sus obras aquí.
En China, el Gran Teatro Nacional de Pekín, inaugurado en 2007 con la forma de una perla gigante, se ha convertido en un nuevo edificio emblemático del país de mil millones de habitantes. Inicialmente, el teatro atraía a visitantes solo por curiosidad y para tomar fotos, pero ahora organiza con éxito cada año hasta 1.000 funciones comerciales y 1.000 sesiones de educación artística, y atrae a unos 3 millones de visitantes. Artistas de renombre mundial como Maurizio Pollini, Claudio Abbado, Simon Rattle, José Carreras, Lang Lang..., u orquestas de renombre como la Filarmónica de Berlín y la Orquesta Sinfónica de Chicago... han venido a actuar aquí. El Sr. Wang Zhengming, secretario del comité de construcción del teatro, declaró al Guangzhou Daily, tras tres años de éxitos en el teatro: «Antes, la controversia en torno a la construcción del teatro era algo habitual. En aquel entonces, el concepto no era abierto. Mirando hacia atrás, 3.000 millones de yuanes para construir un centro nacional de arte fue una inversión muy valiosa».
De hecho, lo que ha logrado el Gran Teatro Nacional de Pekín no es sólo una enorme fuente de ingresos, sino, lo que es más importante, una imagen de China -un lugar donde convergen la quintaesencia cultural y artística- que se ha afirmado en todo el mundo.
Los géneros operísticos de países con una música académica desarrollada, como Italia, Alemania, Francia y Rusia, se introdujeron en Vietnam entre los años 60 y 80 del siglo XX. Los primeros teatros vietnamitas se construyeron a principios del siglo XX, siendo los más grandes la Ópera de Hanói y el Teatro de Ciudad Ho Chi Minh. Siendo sede de programas culturales y artísticos, así como de importantes representaciones de ópera, los teatros vietnamitas aún se encuentran a la altura de ofrecer programas artísticos a nivel nacional, sin poder convertirse en el motivo de visita de figuras internacionales de renombre en el ámbito cultural y artístico.
Recientemente, el Teatro Hoan Kiem, con su magnífica arquitectura y su equipo de sonido de vanguardia, ha ofrecido al público numerosos programas con la participación de artistas famosos de Inglaterra, Francia, Austria, Estados Unidos, Rusia, etc., especialmente de música clásica. Entre los ejemplos más destacados se incluyen el Concierto de las Cuatro Estaciones, con la participación de artistas de la Ópera Real de Versalles; el concierto "El regreso de Dang Thai Son"; el Concierto de Viena; el Concierto de Mozart; y el concierto "De la lucha al triunfo"...
Además de la programación internacional, el Teatro Ho Guom acoge la reposición de la ópera clásica "Carmen" y el musical "La Traviata". Mientras que "Carmen" es una reposición de su obra original de 1875 a cargo de artistas del Teatro Real de Versalles, el Centro de Música Romántica Francesa Palazzetto Bru Zane y el Teatro Normandie de Ruán, "La Traviata", basada en la famosa novela "La Dama de las Camelias", se presenta exclusivamente en el Teatro Ho Guom.
Aunque solo está en funcionamiento desde julio de 2023, el Teatro Hoan Kiem fue clasificado entre los mejores teatros de ópera del mundo por los World Travel Awards a finales de 2023.
Hanói pronto contará con otra Ópera moderna y de gran escala. El Comité Popular de Hanói aprobó recientemente la evaluación preliminar de la capacidad y la experiencia del inversor para el proyecto de la Ópera de Hanói y el parque cultural y artístico, con un capital de 500 millones de dólares estadounidenses, en Quang An, distrito de Tay Ho.
El mundialmente famoso arquitecto italiano Renzo Piano diseñó este proyecto. Es autor de proyectos emblemáticos como el Centro Georges Pompidou de París (Francia) y The Shard de Londres (Inglaterra).
A sus casi 90 años, el arquitecto Renzo Piano siente un amor especial por la cultura y el patrimonio histórico de Hanói, una civilización milenaria. Desea volcar todo su corazón, energía y esencia en el proyecto que considera su última obra, y dedicarlo a Hanói.
El arquitecto Renzo Piano ideó la arquitectura del teatro con una forma que evoca las olas en la superficie del Lago del Oeste. La cúpula del teatro posee una belleza suave y poética, con audaces características contemporáneas. La cúpula también utiliza un efecto perlado, que permite que los momentos cambiantes del tiempo, como el amanecer y el atardecer, se reflejen en la superficie del Lago del Oeste, creando una belleza única.
Al igual que las mundialmente famosas Óperas, todas crean su propia huella única a partir de su ADN creativo. La cúpula curva de la Ópera de Hanói está recubierta de una capa de cerámica con efecto perlado con la tecnología de diseño más innovadora. Este diseño ultrafino de la cubierta del techo no solo le otorga al teatro una belleza única y elegante, creando un espacio amplio que favorece la circulación natural del viento en las zonas del vestíbulo, evitando así la necesidad de aire acondicionado, sino que también proporciona la mejor experiencia de filtrado de sonido durante las representaciones musicales, uno de los requisitos más importantes para los teatros internacionales.
La Ópera de Hanói no solo cuenta con la cubierta de techo más singular del mundo, sino que también aplica numerosas tecnologías y técnicas de diseño avanzadas. Toda la pared del auditorio principal está equipada con un sistema de paneles acústicos de accionamiento mecánico. Para cada tipo de espectáculo, los paneles acústicos se controlan para abrir, cerrar, subir y bajar en diferentes direcciones y posiciones.
Con la Ópera de Hanói, la belleza y singularidad de su arquitectura revitalizarán un Hanói civilizado, no solo con valores culturales que han perdurado a lo largo del tiempo, sino también con una cultura avanzada, acercándose a los valores de la élite mundial. Se puede decir que no solo esperamos una obra cultural que sea un símbolo de Hanói, sino también el respeto y la admiración del mundo ante una obra maestra del legendario Renzo Piano.
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