Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, que se celebrarán el 5 de noviembre, serán un enfrentamiento entre la vicepresidenta en ejercicio, Kamala Harris, y el expresidente Donald Trump. Este importante acontecimiento político puede marcar un punto de inflexión y tener un profundo impacto en la democracia estadounidense, así como en la visión del país sobre el mundo, especialmente en el contexto de conflicto y agitación global.
Aunque el Sr. Trump enfrenta numerosos desafíos legales, esto no ha disminuido el apoyo de los votantes. La posibilidad de que gane las elecciones sigue siendo bastante alta.
Y si esto sucede, la política exterior estadounidense será una preocupación primordial tanto para Estados Unidos como para el mundo .
Sobre política exterior
Si bien actualmente hay muchas preocupaciones de que si gana Trump habrá muchos cambios en la política exterior estadounidense, la mayoría de los expertos coinciden en que, independientemente de si gana Harris o Trump, no habrá demasiadas diferencias obvias en la política exterior estadounidense.
Si Trump gana, probablemente mantendrá el estilo diplomático errático y confrontativo, especialmente con los aliados de la OTAN, como lo hizo en su primer mandato. Sin embargo, en su segundo mandato, es posible que Trump no implemente una política exterior muy diferente a la de Estados Unidos bajo el liderazgo de Biden, especialmente en temas importantes para la agenda estadounidense como Ucrania, China u Oriente Medio.
Conflicto entre Rusia y Ucrania
Desde el comienzo del conflicto entre Rusia y Ucrania, la administración Biden-Harris ha hecho todo lo posible para apoyar a Kiev, a pesar de la oposición de muchos legisladores republicanos y las perspectivas cada vez más nefastas de que Kiev pueda ganar o recuperar el territorio perdido.
Sin embargo, los observadores políticos estiman que si Trump es reelegido, la política estadounidense hacia Ucrania cambiará significativamente y es muy probable que Estados Unidos recorte la ayuda a Kiev.
Sin embargo, no hay garantía de que Harris siga manteniendo la ayuda actual a Ucrania si gana, especialmente en el contexto de que la situación en el campo de batalla ucraniano ha cambiado en una dirección desfavorable en 2023.
En general, los expertos políticos internacionales coinciden en que tanto Harris como Trump intentarán presionar a Ucrania para que negocie el fin de la guerra después de enero de 2025 y que el acuerdo alcanzado puede estar más cerca de los objetivos de Rusia que de los de Kiev.
China y los problemas candentes en Asia
Durante su presidencia, Trump abandonó rotundamente la política de cooperación económica con China que Estados Unidos había implementado previamente para iniciar una costosa guerra comercial. La administración estadounidense, bajo la presidencia de Biden, ha continuado con esta política, incluso endureciendo las medidas contra China para obstaculizar los esfuerzos de Pekín en áreas clave como la tecnología y los semiconductores.
De hecho, la estrategia hacia China es uno de los pocos temas que goza de un sólido apoyo bipartidista en Estados Unidos. Tanto Biden como Trump coinciden en que China es la única potencia del sistema internacional con la intención y la capacidad de desafiar el orden mundial liderado por Estados Unidos. Por lo tanto, independientemente de si gana Trump o Harris, la política estadounidense hacia China no cambiará significativamente.
Mientras tanto, para los aliados asiáticos, si Trump gana, su estrategia podría ser más dura, ya que en su mandato anterior criticó repetidamente a sus aliados por depender demasiado de la protección estadounidense. Sin embargo, ciertamente no podrá abandonarlos, especialmente en el contexto de una competencia estratégica cada vez más feroz con China en la región.
Además, la estrategia política del Sr. Trump hacia Asia y temas regionales candentes como Taiwán, el Mar del Este y la competencia estratégica con China son cuestiones que deben ser monitoreadas.
El "horno" de Oriente Medio
Se puede ver que las administraciones de Trump y Biden tienen enfoques similares sobre la cuestión de Oriente Medio y, independientemente de quién gane la próxima carrera por la Casa Blanca, la política estadounidense hacia el mundo árabe no será muy diferente.
Como presidente de Estados Unidos, el Sr. Trump abandonó el acuerdo nuclear con Irán, también conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), el 8 de mayo de 2018, trasladó la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén y cerró la oficina consular estadounidense a cargo de los asuntos palestinos en Washington.
Trump ha impulsado la normalización de las relaciones de Israel con el mundo árabe, pero no ha hecho nada para abordar la difícil situación de millones de palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Mientras tanto, la política del gobierno de Biden sobre Oriente Medio no ha sido tan diferente como se esperaba. De hecho, el gobierno de Biden ha estado implementando una política que consiste tanto en apoyar la campaña de Israel contra Hamás como en promover una solución de "dos Estados" para buscar la paz y la estabilidad en la región, a pesar de la oposición de su aliado Israel. Si gana, se espera que Harris continúe con la política de su predecesor.
Hasta ahora, las acciones de Estados Unidos han sido principalmente reactivas a los acontecimientos sobre el terreno y no han logrado resolver la situación de fondo. Estados Unidos se encuentra actualmente en un dilema entre cómo proteger a su aliado Israel y apaciguar al mundo árabe.
Además, el dilema de Estados Unidos se ha acentuado tras la reciente escalada de tensiones entre Israel e Irán. Actualmente, Estados Unidos aboga por la paz y no por agravar la situación. Sin embargo, si la situación se complica, amenazando la seguridad de su aliado Israel y los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región, es posible que Estados Unidos solicite la intervención de sus aliados con fuerzas en Oriente Medio (como el Reino Unido y Francia).
A pesar de ocasionales descensos en la prioridad, Oriente Medio sigue siendo una de las zonas de mayor importancia estratégica para Estados Unidos. Por lo tanto, no habrá grandes diferencias en la política estadounidense hacia Oriente Medio en el futuro próximo.
Sin embargo, los cambios que Trump podría introducir en la política estadounidense en Oriente Medio serán significativos. Es posible que la administración Trump intensifique sus esfuerzos para debilitar la economía iraní, fortalecer los lazos con los países del Golfo para promover la normalización de las relaciones con Israel y fortalecer la cooperación para contener a Irán, con el objetivo final de debilitarlo.
También existe la posibilidad de que el Sr. Trump decida retirar las fuerzas estadounidenses de Siria e Irak. Y, por supuesto, la nueva administración Trump no acogerá con agrado a los refugiados, especialmente a los musulmanes.
Relaciones con la OTAN
Si bien la administración Biden-Harris aboga por una política para mejorar las relaciones con Europa, Donald Trump podría generar graves problemas para muchos países europeos si gana. Durante su presidencia, Trump ha criticado con frecuencia a la OTAN y ha querido recortar la contribución presupuestaria al bloque.
Es posible que Trump encuentre la manera de retirar a Estados Unidos de la OTAN a pesar de la oposición de los sectores diplomático y de defensa del país. Sin embargo, muchos expertos políticos creen que esto parece ser solo una "táctica de negociación" para presionar a los aliados de Estados Unidos a aumentar el gasto en defensa y reducir la carga sobre Washington. Además, algunos creen que declaraciones recientes muestran que Trump se muestra menos inclinado a mencionar la retirada de Estados Unidos de la OTAN como antes. Afirmó que Estados Unidos permanecerá "al 100% en la OTAN bajo su liderazgo mientras los países europeos jueguen limpio".
Europa sigue esperando con ansias los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses, pues es evidente que, si Trump gana, tendrán más de qué preocuparse. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha declarado que la reelección de Trump sería una "amenaza" para Europa.
Preparativos de Estados Unidos y sus aliados
El enfrentamiento entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, así como la posibilidad de una victoria de Trump, genera preocupación sobre la futura política exterior estadounidense. Por lo tanto, la actual administración estadounidense, así como sus aliados cercanos, están elaborando activamente estrategias para abordar posibles desafíos.
En el caso de Estados Unidos, es posible que el establishment político estadounidense esté llevando a cabo debates sobre posibles escenarios, con el Departamento de Estado, el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Defensa participando en actividades de planificación de escenarios para evaluar las posibles ramificaciones de diferentes resultados de políticas bajo una hipotética administración de Trump.
Sin embargo, desde el punto de vista legal, la administración Biden puede enfrentar obstáculos para restringir la aplicación de las políticas de Trump después de una posible derrota electoral, especialmente si la Cámara permanece en manos republicanas después de las elecciones.
A finales del año pasado, el Congreso estadounidense aprobó un proyecto de ley de presupuesto de defensa que incluía una disposición que impide al presidente retirarse unilateralmente de la OTAN sin el consentimiento del Congreso o una ley del Congreso. Esta disposición subraya el compromiso de Estados Unidos con la OTAN, que la administración Biden-Harris ha tomado más en serio que su predecesora, especialmente en el asunto de Ucrania.
Además, dada la postura de política exterior del Sr. Trump, es concebible que no solo el gobierno estadounidense, sino también otros países, especialmente sus aliados, estén adoptando medidas para adaptar sus políticas a la situación que se avecina. Actualmente, los aliados de EE. UU. están tomando medidas activas para proteger o promover sus intereses en caso de que el Sr. Trump regrese al poder.
Varias entrevistas de Reuters con diplomáticos y funcionarios gubernamentales de todo el mundo sugieren preparativos para un "escenario Trump 2.0". México, por ejemplo, ha considerado nombrar a un nuevo ministro de Relaciones Exteriores con conocimiento de Trump en las elecciones de junio, mientras que Australia ha debatido el papel de su enviado especial en la protección de los acuerdos submarinos.
Las autoridades alemanas se apresuran a acelerar las negociaciones con los gobernadores republicanos de EE. UU., ya que Alemania invierte fuertemente en la industria estadounidense. Mientras tanto, en Asia, Japón, aliado de EE. UU., también está tomando medidas para fortalecer su relación diplomática con una posible administración Trump, ante el temor de que Trump pueda reavivar el proteccionismo comercial y exigir que Japón contribuya más al presupuesto para el mantenimiento de las fuerzas estadounidenses en Japón.
Los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre son un evento que interesa no solo a los votantes estadounidenses, sino también a todo el mundo, ya que afectan no solo a la política interna estadounidense, sino también a asuntos internacionales. Además de los asuntos internos, importantes temas de la política exterior estadounidense, como Ucrania, Oriente Medio, China o las cuestiones transatlánticas, servirán como prisma para que los votantes estadounidenses evalúen el juicio y las futuras políticas del presidente estadounidense.
Cualquiera que sea el candidato que gane, podría señalar cambios en la política exterior estadounidense que podrían dar forma a la trayectoria de las relaciones internacionales en los próximos años.
Según FP, Economist, WSJ
Dantri.com.vn
Fuente: https://dantri.com.vn/the-gioi/du-bao-chinh-sach-doi-ngoai-cua-my-neu-ong-donald-trump-thang-cu-20241102231352126.htm
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