Los niños que consumen muchos alimentos azucarados son propensos a aumentar de peso y corren el riesgo de sufrir enfermedades dentales y diabetes.
El consumo moderado de dulces y refrescos en los niños no tiene un gran impacto en su salud, pero consumirlos con demasiada frecuencia puede ser perjudicial. Consumir mucha azúcar aumenta el riesgo de obesidad y enfermedades crónicas como cardiopatías, diabetes y cáncer. Las personas con sobrepeso pueden sufrir gota, dolor articular e hígado graso debido al consumo excesivo de azúcar.
Los niños que adoran los dulces también son susceptibles a enfermedades dentales como caries y gingivitis. Si no se trata, esta enfermedad puede provocar infecciones graves y otros problemas de salud.
El exceso de azúcar en el cuerpo también reduce la capacidad del cuerpo para absorber otros nutrientes. Las calorías vacías del azúcar también hacen que los niños se sientan saciados rápidamente, lo que facilita que ignoren otros alimentos nutritivos necesarios para su crecimiento y desarrollo.
Los edulcorantes pueden acelerar el acortamiento de los telómeros. Estos son los segmentos de ADN que protegen los cromosomas del daño y previenen la degeneración. Cuanto más cortos sean los telómeros, más se deteriora la función celular y más rápido envejece. Aunque este acortamiento ocurre de forma natural durante el envejecimiento, el consumo excesivo de azúcar tiene un impacto significativo.
Los niños que comen muchos dulces son propensos a subir de peso y a tener problemas dentales. Foto: Freepik
Los padres animan a sus hijos a elegir alimentos con poco o nada de azúcar para crear hábitos alimentarios saludables y prevenir enfermedades crónicas en la edad adulta.
La Asociación Americana del Corazón recomienda que los niños y adolescentes no consuman más de 25 gramos de azúcar, o unas 6 cucharaditas, al día. Esta cantidad equivale aproximadamente a la que contiene una barra de chocolate pequeña y menos que una lata de refresco. Los niños menores de dos años no deben consumir azúcar añadido en sus dietas.
La manera más fácil de limitar el consumo de azúcar es preparar comidas saludables en casa, evitando las precocinadas. Por ejemplo, sustituye los refrescos, las bebidas energéticas, los zumos de fruta y los tés azucarados por agua o variedades sin azúcar. Endulza el yogur con frutos rojos y anima a tu hijo a comer la fruta directamente en lugar de zumos o batidos azucarados. Elige salsas, mantequillas de frutos secos y salsas de tomate sin azúcar. Acostúmbralo a beber agua y leche entera, en lugar de leche de sabores, para una mejor salud.
Al comprar alimentos en el supermercado, los padres deben leer atentamente las etiquetas de los alimentos y verificar las listas de ingredientes para detectar posibles ingredientes azucarados, como jugo de caña evaporado, jarabe de maíz, azúcar sin refinar y sólidos cristalinos.
Algunas familias suelen usar dulces como piruletas, pasteles, caramelos y bebidas dulces como recompensas para animar a los niños a completar las tareas asignadas. Esto, sin querer, hace que los niños piensen que estos alimentos son más deliciosos que otros. Los padres pueden recompensar a sus hijos con ensaladas de verduras, pescado, etc., bellamente decorados para motivarlos sin afectar su salud.
Además de limitar los alimentos azucarados, enseñar a los niños a cepillarse los dientes desde pequeños ayuda a eliminar la placa y fortalecer los dientes. Esto les ayuda a adquirir el hábito de cepillarse los dientes con más frecuencia.
Bao Bao (según Very Well Health, Healthline )
Los lectores hacen preguntas sobre enfermedades infantiles aquí para que los médicos las respondan. |
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