La educación es la base
Recientemente, toda la sociedad se ha visto sacudida al ser testigo de muchos casos relacionados con los negocios: el dueño de una corporación a escala nacional se aprovechó de la confianza, engañando a los consumidores por miles de miles de millones de dongs; una corporación inmobiliaria se apropió ilegalmente de capital, causando sufrimiento a decenas de miles de inversores; una compañía farmacéutica que fabrica medicamentos falsos que se beneficia del dolor de los pacientes; "emprendedores de caridad virtuales", inversiones financieras disfrazadas, movilización de capital de múltiples niveles...
Las autoridades también descubrieron numerosos establecimientos que producían productos falsificados, mercancías falsificadas, personas que comerciaban con alimentos contaminados, publicidad engañosa... Entre ellos, había negocios que antes tenían buena reputación o personajes famosos que eran confiables y queridos por el público.
Las continuas revelaciones parecen estar socavando la confianza de la sociedad. La gente se desconcierta cuando valores que parecían sostenibles se desmoronan repentinamente. La pregunta es cómo lograr que cada persona se incorpore al mundo empresarial con integridad, cómo los empresarios honestos pueden convertirse en el modelo de la nueva era, cómo la ética empresarial puede convertirse en el criterio más importante, equiparándose a los criterios de rentabilidad e ingresos... Quizás, ahora mismo, debamos empezar con la educación, con un mecanismo de supervisión y un reconocimiento oportuno para cultivar una generación de empresarios honestos que impulsen un negocio próspero.
Al hablar sobre la educación en ética empresarial, un experto comentó: «Nos centramos demasiado en enseñar a los estudiantes a ganar dinero y no lo suficiente en cómo hacerlo honestamente. Esta es una gran brecha en la educación».
En muchas de las principales escuelas de negocios del mundo , la Ética Empresarial no es una asignatura secundaria, sino una parte importante del programa de formación empresarial. Se enseña a los estudiantes a tomar decisiones en situaciones donde los intereses y la ética entran en conflicto, y se analizan situaciones reales para identificar los límites entre lo correcto y lo incorrecto, lo ético y lo no ético.
Recientemente, muchas universidades de nuestro país han incluido asignaturas de Ética Empresarial y Responsabilidad Social en sus planes de estudio oficiales. Sin embargo, muchas universidades que imparten formación en negocios y administración de empresas aún subestiman el papel de la ética en sus planes de estudio.
Necesitamos más que eso: una filosofía educativa que promueva la integridad, fomente un sentido de comunidad e inspire un espíritu de compromiso con el progreso social en lugar de perseguir logros o una mentalidad de "enriquecerse rápidamente".
Según los expertos, además de centrarse en la educación ética empresarial en las escuelas, los centros de capacitación empresarial y los programas nacionales de startups también deberían complementar el contenido educativo sobre ética profesional, derecho empresarial y el impacto social de las decisiones empresariales, formando así una generación de jóvenes emprendedores con una base ideológica sólida.
Vigilar y honrar a las empresas honestas
Para tener un entorno empresarial decente, no podemos depender únicamente de la voluntariedad. Un entorno empresarial sin un mecanismo de supervisión eficaz, donde los delincuentes puedan eludir fácilmente la ley para obtener beneficios, dificultará la supervivencia y el desarrollo de las empresas honestas. Construir un sistema legal transparente, justo y disuasorio es fundamental para proteger a las empresas honestas.
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Además de centrarse en el cálculo empresarial, las empresas decentes también deben promover la responsabilidad social. (Fuente: RSE) |
De hecho, en los últimos tiempos, Vietnam ha logrado muchos avances en el fortalecimiento de la supervisión de las actividades empresariales, desde la lucha contra los precios de transferencia y la evasión fiscal hasta la gestión rigurosa de los actos de fraude comercial, la destrucción del medio ambiente y la destrucción de productos falsificados. Sin embargo, todavía existe una "brecha" en la supervisión de la ética empresarial: ¿cómo distinguir claramente entre empresas con beneficios legítimos y empresas con beneficios no éticos?
Aquí es donde entra en juego la necesidad de contar con índices de evaluación corporativa basados en estándares éticos, responsabilidad social y transparencia. Herramientas como el Certificado de Integridad Corporativa, el Rating de Responsabilidad Social o el Kind Business Award, si se organizan adecuadamente y se comunican de forma eficaz, serán un valioso “pasaporte” para ayudar a las empresas con buena reputación a ganarse la confianza de consumidores e inversores.
En 2023, la Cámara de Comercio e Industria de Vietnam (VCCI), en colaboración con la Organización Towards Transparency, lanzó la Iniciativa de Integridad Empresarial (VBII), creando una red de empresas comprometidas con la lucha contra el soborno, la corrupción y la transparencia en la gobernanza.
La Resolución 68-NQ/TW, del 4 de mayo de 2025, también estableció un conjunto de criterios para evaluar a las empresas privadas según estándares internacionales: cumplimiento de la ley, creación de empleo, contribución al presupuesto estatal y participación en la seguridad social. Estos son los puntos fuertes que sientan las bases para un entorno empresarial transparente y digno.
En el camino hacia la creación de un entorno empresarial decente que promueva la ética empresarial, la cobertura mediática también es un factor crucial. Es evidente que los medios de comunicación aún muestran una tendencia excesiva a elogiar los logros empresariales mediante cifras de ingresos "enormes". En las redes sociales, a menudo se habla de los jóvenes "emprendedores" no tanto por sus esfuerzos y contribuciones a la sociedad, sino por factores como "supercoches", fiestas de lujo, citas con celebridades... Esta información distorsiona inadvertidamente la visión de los empresarios, glorificando el materialismo y el disfrute.
Necesitamos una comunicación más decente, que no se limite a brindar información para atraer la atención, sino también a aclarar las deficiencias y contribuir a fomentar el modelo de empresarios responsables. Estas son historias de empresarios que tratan a sus trabajadores con amabilidad, empresarios que aceptan menores beneficios para mantener precios estables, empresarios que eligen el difícil camino para ofrecer productos de calidad y seguros a los consumidores... Este es el contenido que debe comunicarse para inspirar firmemente a generaciones de empresarios, ayudando a la sociedad a moldear los estándares de los verdaderos empresarios.
Los medios de comunicación también deben ser más fuertes en su papel de “guardianes de la ética”, diciendo no a los incentivos para que los empresarios se luzcan y “pulan” sus nombres a través de trucos caritativos no transparentes o “hipocresía” bajo el disfraz de la RSE (responsabilidad social corporativa).
En una era en la que los consumidores tienden cada vez más a elegir productos de empresas transparentes, ecológicas, limpias y saludables, la ética no sólo es una necesidad, sino también una ventaja competitiva sostenible.
Ya no es sólo un eslogan: a muchas grandes corporaciones del mundo se les exige publicar informes de impacto social y responsabilidades ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) como condición para acceder a capital de inversión y socios globales.
En Vietnam, las empresas se están dando cuenta gradualmente de que hacer negocios honestamente es la única manera de llegar lejos. Tenemos la fortuna de contar con muchas generaciones de empresarios honestos, íntegros y talentosos. Estos empresarios han creado "marcas nacionales" en diversos ámbitos. No solo se enriquecen a sí mismos y a sus familias, y contribuyen a la creación de empleo para millones de trabajadores, sino que también tienen una responsabilidad con la sociedad al ofrecer productos y servicios de calidad y participar en actividades benéficas. Sus actividades empresariales contribuyen al enriquecimiento del país. Son prototipos vivientes de las lecciones de ética empresarial que las escuelas deben enseñar y los medios de comunicación deben destacar.
En la nueva era, los emprendedores no solo asumen la responsabilidad de generar ingresos, sino también de cocrear la sociedad. La nueva era exige un nuevo estándar, y la ética empresarial es la base para construir un Vietnam que no solo se desarrolle, sino que también lo haga en la dirección correcta y de forma humana.
Durante su vida, el presidente Ho Chi Minh prestó gran atención a la comunidad empresarial. En numerosas ocasiones, se reunió, contactó y asesoró a la comunidad empresarial sobre cómo hacer negocios de una manera que "beneficiara al país y a la gente". El presidente Ho siempre valoró la ética empresarial. Enfatizó que la comunidad empresarial debe construir una economía sólida y próspera mediante la honestidad, la legalidad y el beneficio del país y la gente. Instó a los empresarios a "invertir capital en proyectos que beneficien al país y a la gente", es decir, no solo con fines de lucro, sino también para la prosperidad común de la nación. Este es el primer principio de la ética empresarial: los empresarios son inseparables de la responsabilidad social y no pueden enriquecerse a costa de las dificultades de la comunidad.
Fuente: https://baophapluat.vn/dao-duc-kinh-doanh-can-duoc-vun-boi-tu-goc-post551049.html
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