La historia ocurrió en una tarde soleada y sin lluvia, un día normal en mi oficina. Un hombre entró; su actitud era tranquila, pero sus ojos reflejaban algo indescriptible. Vino a agradecernos a mí y a mis colegas por defenderlo; un esposo que había sido acusado por su esposa de robar propiedad de la empresa, que irónicamente, ambos habían construido juntos.
Estuvo encarcelado más de un año por esa acusación. Un año de injusticia, pérdida y quizás un profundo trauma en su vida. Cuando el expediente llegó a nosotros, los periodistas, todo era como un nudo que había que desatar. No hicimos nada grave, simplemente buscamos la verdad y la sacamos a la luz. Afortunadamente, la opinión pública intervino, las autoridades intervinieron, y finalmente, fue liberado; su honor fue restaurado.
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Cuando llegó, pregunté:
– ¿Vas a demandar por difamación?
Él meneó la cabeza, con la mirada perdida en lontananza, suavemente:
—Oh, déjalo pasar. Después de todo, era mi esposa, la madre de mis hijos. Si vuelvo a demandar, ¿qué conseguiré? Cuando me absuelvan, cuando salga de la oscuridad, creo... basta.
Esa frase me dejó en silencio por un largo rato. Un sentimiento extraño surgió de repente en mi corazón, conmovido y respetuoso a la vez. En medio del ajetreo de la vida, hay personas que eligen perdonar y dejar ir. Él no elige vengarse, no guarda rencor. Elige la bondad, algo que no todos pueden hacer.
Y en ese momento, me sentí profundamente agradecida por haber elegido el periodismo como carrera. No solo porque podía reflejar la realidad o hablar por los olvidados, sino porque esta profesión me dio la oportunidad de presenciar historias de vida y ser un puente para la justicia, la fe y la bondad.
Con motivo del Día de la Prensa Revolucionaria de Vietnam, quiero expresar mi gratitud a la profesión. Gracias a quienes han confiado la verdad a la prensa. Gracias a mis colegas que no han dudado en soportar las dificultades para investigar cada línea de información hasta el final. Y gracias a esta vida misma, porque a pesar de los muchos cambios, todavía hay personas que saben perdonar, que saben dejar ir, que saben mirarse con humanidad.
Fuente: https://baophapluat.vn/giua-dong-doi-con-do-nhung-nguoi-biet-tha-thu-post551137.html
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