Cuando tenía cinco años, mi padre se jubiló y se quedó en casa cultivando verduras y criando pollos para ganar un ingreso extra. Mi padre se pasaba el día ocupado con los huertos, a veces tallando bambú para tejer cestas y bandejas. Mi padre estaba ocupado todo el día, mientras yo merodeaba a su alrededor, charlando de todo. De pequeño, no tenía amigos; la mayoría de las veces, solo me quedaba pegado a las piernas de mi padre como un cachorro a las de su dueño. A veces le pedía a mi padre que me llevara en su lomo como a un caballo, otras veces me quejaba y le pedía que hiciera una cometa de papel para volar. En los días que mi padre estaba libre, yo saltaba y escuchaba, aunque no entendía nada.
Todas las mañanas, cuando mi padre iba al mercado a vender pollos, me llevaba en la barra delantera de su descolorida bicicleta, con dos jaulas para pollos detrás. Mientras esperaba a que vendiera, corría por los puestos. Había banh duc, banh beo, banh bot loc, che tam cam, xu xoa… Después de terminar un plato, me quejaba y pedía otro. Una vez, al mediodía, cuando no había clientes, le di la lata a mi padre en la oreja, así que se enfadó un poco y tomó la hoja de plátano que tenía a su lado para amenazarlo con golpearlo. Los socios de mi padre me querían tanto que alguien me tapó para protegerme de la paliza. Aquella tarde se convirtió en una anécdota divertida que la gente aún recuerda.
Aunque la brecha generacional es bastante grande, mi padre y yo somos muy unidos. Quizás porque a menudo miman más a la hija menor. Por las noches, cuando estudio hasta tarde, mi padre va en bicicleta a comprarme huevos balut o maíz asado. Al tener a mi padre trasnochando conmigo, me siento más motivado para esforzarme en estudiar. Durante mis años de preparatoria, traje a casa muchos certificados de mérito, que mi padre colgó por todas las paredes de la casa. Parece que mi padre está muy orgulloso de mí y sonríe feliz cada vez que asiste a las reuniones de padres y maestros. Tener una hija que estudia bien lo hace presumir ante todos sus familiares.
En mi memoria, el cabello de mi padre siempre estaba veteado de canas. Día a día, su cabello se volvía más gris. Pero no fui lo suficientemente perspicaz como para notarlo. Pensé que siempre sería así, acompañándome lentamente a través de los años. Esa tarde, el dolor lo golpeó de repente y lo derribó. El padre era viejo y el niño pequeño; el niño aún no había crecido cuando estaba a punto de morir. Estaba en mi tercer año de universidad cuando recibí la noticia de la muerte de mi padre. El día que me despedí de mi padre, quise cumplir mi promesa de no llorar. Pero la hija menor de mi padre seguía tan débil y se lastimaba con facilidad como antes. Porque a partir de ahora, no habría nadie a su lado para consolarla como antes.
Han pasado 9 años desde que mi padre se fue. Cada vez que llego a casa, ya no lo veo apoyado en la puerta con la típica pregunta: "¿Ya comiste?". Solo hay una persona esperando, una voz preguntando, una mirada llena de confianza y amor ausente, y la casa está vacía y triste. Nada puede llenar ese vacío.
Para cuando crecí y fui lo suficientemente fuerte como para cuidar de mi padre, él ya había fallecido. Ahora solo puedo buscarlo en el caos de recuerdos que aún perduran y en mis sueños llorosos cada noche.
Hola amor, temporada 4, tema "Padre" se lanzó oficialmente a partir del 27 de diciembre de 2024 en cuatro tipos de prensa e infraestructura digital de Radio - Televisión y Periódico Binh Phuoc (BPTV), prometiendo llevar al público los maravillosos valores del sagrado y noble amor paternal. |
Fuente: https://baobinhphuoc.com.vn/news/19/173964/cha-gia-con-mon
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