1. Mano
Cuanto más flexibles sean las manos de un niño, más estimulado estará su cerebro. Foto ilustrativa.
En el cuerpo, la mano es el lugar donde se distribuyen muchos nervios, diez veces más que el pie, por lo que esta parte también se considera el segundo cerebro del niño. Cada movimiento de la mano necesita ser procesado por el cerebro.
Por lo tanto, cuanto más flexibles sean las manos del niño, más estimulado estará el cerebro, lo que demuestra en parte que el niño tiene una mejor actividad cerebral y puede volverse más inteligente.
Por otro lado, incluso si los padres notan que los dedos de su hijo no son flexibles, no hay de qué preocuparse. El desarrollo cerebral se entrenará y mejorará día a día durante el crecimiento.
A medida que pasa el tiempo, los niños reciben una nutrición adecuada y también se entrenan sus manos, lo que contribuye a estimular el cerebro para que se mueva más.
2. Ojos conmovedores
Los niños con ojos brillantes suelen concentrarse mejor, aprender cosas nuevas más rápido y estudiar mejor que otros niños. Foto ilustrativa.
Los ojos son el espejo del alma. Por lo tanto, la inteligencia de un niño depende de si sus ojos brillan con un espíritu radiante. Cuando un niño mira fijamente a una persona u objeto, sus ojos revelan un pensamiento concentrado, que constituye su temperamento y vitalidad.
Los niños con ojos brillantes tienden a concentrarse mejor, aprender cosas nuevas más rápido y estudiar mejor que otros niños.
Los ojos flexibles de un niño muestran una observación cuidadosa y una fuerte capacidad de pensamiento; generalmente, los niños que poseen esto a menudo reaccionan más rápido que otros niños de la misma edad.
3. Humorístico, le gusta reír.
Según una investigación realizada por expertos médicos de la Universidad de Washington (EE. UU.), se ha descubierto que cuanto más temprano y con más frecuencia se ríen los niños, más inteligentes son. Foto de ilustración.
A algunos niños les encanta reír especialmente: se ríen cuando ven hojas arrastradas por el viento, se ríen cuando oyen a su madre hablar y cantar, y se ríen cuando ven cosas bonitas.
Según una investigación realizada por expertos médicos de la Universidad de Washington (EE. UU.), se ha descubierto que cuanto más temprano y con más frecuencia sonríe un niño, más inteligente es. El pediatra estadounidense Ilin Wolff observó y descubrió que un bebé que sonríe mucho al tercer día de vida tiene un coeficiente intelectual de 180 a los 6 años.
Desde una perspectiva psicológica, los niños inteligentes responden positivamente a los estímulos externos. Sus expresiones y lenguaje corporal vívidos indican un coeficiente intelectual e inteligencia emocional más altos. Y la risa es la forma más sencilla para que los niños expresen sus emociones.
4. Fuerte curiosidad
Los niños con una gran curiosidad buscarán activamente el conocimiento y la información, y satisfarán sus deseos más profundos mediante laexploración . Foto ilustrativa.
Los niños inteligentes suelen tener una gran curiosidad por lo que les rodea y un deseo de explorar. Les gusta hacer preguntas, observar y probar cosas nuevas, descubriendo constantemente los misterios del mundo .
Los niños con fuerte curiosidad buscarán activamente conocimientos, información y satisfarán sus deseos internos a través de su propia exploración.
Los niños con gran curiosidad suelen ser muy innovadores y creativos, y pueden generar nuevas ideas y maneras de resolver problemas. Son buenos observadores y reflexivos, pueden analizar los problemas desde diferentes perspectivas y encontrar soluciones adecuadas.
Esta creatividad ayuda a los niños inteligentes a lograr avances y logros importantes en la ciencia, la tecnología, las artes y otros campos.
5. Habla animadamente
Los niños que son comunicativos, les gusta hablar y hablan continuamente, suelen tener fuertes habilidades lingüísticas, lo que representa inteligencia. Foto ilustrativa.
Que un niño que habla a temprana edad sea inteligente o no depende de muchos factores. Sin embargo, según la Asociación para Niños Superdotados, los niños inteligentes pueden empezar a hablar a partir de los 9 meses.
Los expertos han señalado que si un bebé puede entender lo que dicen los adultos y puede decir algunas palabras antes de cumplir 1 año, significa que su cerebro está bien desarrollado.
Por lo tanto, los niños comunicativos que disfrutan hablando sin parar suelen tener una gran capacidad lingüística, lo que representa el desarrollo de la inteligencia y el cerebro. En ese momento, los padres deben escuchar y hablar con sus hijos para estimular este proceso de forma más eficaz, no para impedir que hablen.
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Fuente: https://giadinh.suckhoedoisong.vn/khong-can-doi-con-di-hoc-moi-biet-co-iq-cao-hay-khong-chi-nhin-vao-5-diem-dac-sac-nay-se-ro-172240614153111313.htm
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