Las muelas del juicio son los octavos dientes ubicados en la parte posterior de la mandíbula, también conocidos como terceros molares. Se parecen a los primeros y segundos molares, pero a veces pueden ser un poco más pequeños, según The Conversation (Australia).
Las muelas del juicio generalmente no necesitan ser extraídas si están sanas y crecen en la posición correcta.
Se llaman muelas del juicio porque son los últimos dientes permanentes que salen de los 32 que reemplazan a los dientes de leche. Las muelas del juicio crecen entre los 17 y los 35 años. En esta etapa, somos más maduros y sabios, por eso se llaman muelas del juicio.
No a todas las personas les crecen las cuatro muelas del juicio en las cuatro posiciones posteriores de la mandíbula, y a algunas no les crecen en absoluto. La investigación odontológica ha descubierto la razón de la aparición de muelas del juicio.
Como muchos otros animales, los humanos compartimos algunos rasgos con la gran familia de los primates. Monos, gorilas y chimpancés tienen muelas del juicio. Hace varios millones de años, nuestros antepasados tenían mandíbulas y dientes más grandes que los humanos modernos. Por ejemplo, fósiles de la especie Australopithecus afarensis de hace 3-4 millones de años muestran mandíbulas y dientes más grandes y gruesos que los actuales.
Además, esta especie también poseía tres grandes molares con esmalte grueso. La estructura del cráneo también muestra que los músculos mandibulares eran muy fuertes. Los científicos creen que la razón por la que las mandíbulas y los dientes de nuestros antepasados eran más fuertes se debía a que sus alimentos, como la carne y las plantas, eran más duros y masticables que los de los humanos modernos.
Los humanos modernos hemos aprendido a cultivar, cocinar y conservar alimentos, por lo que nuestra comida es más blanda. Como solo tenemos que comer alimentos blandos y fáciles de masticar, nuestras mandíbulas y dientes trabajan menos. Como resultado, hemos desarrollado dientes más pequeños, y nuestros terceros molares, o muelas del juicio, ya no son necesarios.
Muchos estudios muestran que aproximadamente el 25% de las personas modernas han perdido por completo al menos una de sus cuatro muelas del juicio. En otras palabras, estas muelas no dejan de crecer, sino que nunca se formaron en la mandíbula.
Las muelas del juicio impactadas son más comunes en la mandíbula inferior que en la superior. Pueden causar dolor e inflamación de las encías. Deberían extraerse. Sin embargo, si las muelas del juicio crecen sanas y en la posición correcta, es posible que no sea necesario extraerlas, según The Conversation.
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