La planta de coque de Avdiivka era una fortaleza defensiva casi perfecta con un perímetro de 10 km que rodeaba un gran recinto, rodeado por tres lados por campos abiertos.
Nuevos soldados de la 3.ª Brigada de Asalto gritan consignas en una base militar cerca de Kiev, el 25 de septiembre de 2023. Foto: AP
Pero a finales de noviembre, durante una importante ofensiva rusa, las fuerzas ucranianas se dieron cuenta de que algo había cambiado. Los cielos estaban llenos de bombas planeadoras, gigantescas bombas no guiadas de la era soviética, equipadas con sistemas de navegación capaces de arrasar todo a su alrededor, así como de drones explosivos capaces de atacar edificios y cazar soldados.
Con el inicio del nuevo año, la planta de coque de Avdiivka empezó a sentirse más vulnerable. Decenas de bombas planeadoras estallaban a diario. Un soldado llamado Oleh contó una vez 74 ataques aéreos en un solo turno. Oleksander, comandante de compañía dentro de la planta, dijo que el impacto psicológico fue devastador.
«Todo el mundo conoce la artillería, pero las bombas guiadas por aire son algo nuevo y no estamos acostumbrados a ellas. Su poder destructivo es mucho mayor, y el impacto psicológico también es mayor», afirmó.
Al escasear la munición, los ucranianos contraatacaron con las balas que les quedaban. Pero Oleh dijo que por cada disparo de los ucranianos, los rusos respondían con ocho o nueve.
Además, las brigadas ucranianas suelen rotar a sus soldados fuera de las posiciones directas del frente cada pocos días o, como máximo, una vez por semana. Las brigadas que llevan mucho tiempo en combate se retiran para descansar y reabastecerse. Pero esto no ocurrió en Avdiivka.
A medida que los aliados occidentales dejaron de enviar armas, muchos soldados en el este comenzaron a sentirse abandonados. Sin refuerzos, municiones ni nuevas órdenes, la idea de la retirada empezó a rondar la mente de los soldados ucranianos.
Las fuerzas rusas cuentan con reservas aparentemente inagotables de hombres y municiones, y no temen desperdiciarlas. Entre los incesantes ataques aéreos y los avances terrestres rusos, los ucranianos vieron cómo sus opciones se reducían. Con la presión constante y la falta de apoyo, dijo Oleh, los soldados hablaban de retirarse. «Sus constantes ataques nos están agotando».
Imagen satelital tomada el 26 de febrero muestra la planta de coque de Avdiivka tras la retirada de las tropas ucranianas de la ciudad. Foto: Planet Labs
El 8 de febrero, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, destituyó al comandante del ejército ucraniano, el general Valerii Zaluzhnyi. Esta es la mayor reorganización del ejército desde el inicio del conflicto.
Al día siguiente, en las afueras de Avdiivka, los oficiales de combate se reunieron en un puesto de mando a pocos kilómetros de la planta de coque. Hubo una acalorada discusión, tras la cual el comandante y dos soldados se marcharon en un coche.
No se sabe con certeza qué sucedió después, pero uno de los dos soldados fue encontrado muerto cerca por una herida de bala. El comandante y el otro soldado no han sido encontrados.
El 15 de febrero, la 110.ª Brigada, que combatía desde marzo de 2022, recibió órdenes de retirarse de Avdiivka por la noche. El 17 de febrero, Rusia declaró el control de Avdiivka y de la planta de coque de la ciudad.
Hoai Phuong (según AP)
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