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Los pequeños comercios cierran puestos masivamente por el efecto "miedo a equivocarse"

Nunca antes los mercados tradicionales, antaño símbolos vibrantes del comercio a pequeña escala, habían caído en una situación tan sombría como recientemente. La Plaza Saigón, la Plaza An Dong, el Mercado del Dragón de Nam Dinh, el Mercado de Ninh Hiep, el Mercado de Farmacias del Distrito 10... todos cerraron sus puertas con llave.

Báo Phụ nữ Việt NamBáo Phụ nữ Việt Nam13/06/2025


La razón no es sólo el bajo poder adquisitivo, sino también la campaña para acabar con los productos falsificados, los productos falsificados, los productos sin factura y para reforzar la recaudación de impuestos mediante facturas electrónicas generadas desde cajas registradoras.

Este es un paso en la dirección correcta, ya que nadie puede negar que el contrabando, el fraude comercial y la evasión fiscal han erosionado la confianza del mercado y sofocado la competencia leal. Sin embargo, ¿acaso este enfoque está imponiendo la carga de la reforma a un grupo inherentemente vulnerable, con escaso acceso a la información y sin recursos suficientes para transformarse?

Los pequeños comerciantes están confundidos a la hora de convertir y adaptarse.

Una serie de puestos en los mercados de Tan Binh y An Dong (Ciudad Ho Chi Minh), e incluso en centros del norte como los mercados de Ninh Hiep y Rong... cerraron porque no sabían cómo emitir facturas electrónicas, no contaban con insumos válidos y no sabían cómo cumplir adecuadamente.

"No estoy en contra de la política, simplemente no sé cómo hacerla bien": ese simple comentario es suficiente para esbozar el panorama completo: la gente no está en contra de la reforma, pero está confundida acerca de la transformación y la adaptación.

La paradoja es que la mayoría de los productos que se venden en el mercado provienen de pequeñas fábricas textiles, sin facturas, códigos fiscales ni maquinaria. Si la información ingresada no es válida, ¿cómo puede ser legal la salida? El software de facturación electrónica solo sirve a quienes ya tienen una base, mientras que los puestos que firman cuadernos están "congelados".

Además, para los comerciantes de mayor edad, acostumbrados a los métodos comerciales tradicionales, mantenerse al día con la tecnología —como la creación de facturas desde las cajas registradoras y la conexión con las autoridades fiscales— supone un verdadero reto. Algunos programas de soporte aún no son fáciles de usar, por no mencionar el coste de la compra de equipos, la formación y las actualizaciones, que se convierte en una carga en un contexto de bajo poder adquisitivo y un mercado de consumo en declive.

Luchar contra las falsificaciones, los productos falsificados y la evasión fiscal es correcto. Pero si se implementa sin una guía ni un mecanismo que apoye a las personas en la conversión, es probable que genere el efecto de "temer más a los errores que a las malas acciones". La realidad demuestra que esto es cierto: muchas personas optan por "cerrar sus puertas y esperar a que la situación evolucione" en lugar de arriesgarse a abrir sus tiendas ante el riesgo de inspecciones y sanciones.

¿Están realmente obsoletos los mercados tradicionales?

Cuando las plataformas de comercio electrónico toman el trono, TikTok Shop, Shopee, Lazada... copan el mercado, los mercados tradicionales no solo se quedan atrás en tecnología sino que carecen de herramientas para competir: sin facturas, sin conocimientos de embarque, sin promociones, sin publicidad.

Sin embargo, a diferencia de los locales comerciales, los mercados tradicionales son el lugar donde millones de personas se ganan la vida: desde mayoristas hasta minoristas, desde importadores hasta repartidores.

Por lo tanto, sanear el mercado no puede ser como cerrar una aplicación. Se trata de reestructurar toda la cultura empresarial, lo que requiere una hoja de ruta, acompañada de políticas de apoyo específicas: desde la formación en habilidades digitales hasta la creación de un sistema de facturación sencillo y fácil de usar, adaptado a las características de las pequeñas empresas.

Las políticas de gestión también deben ser lo suficientemente sofisticadas como para distinguir entre comerciantes tradicionales y contrabandistas, entre pequeños vendedores y evasores fiscales profesionales, a fin de no provocar el cierre de puestos y el declive de toda una industria de distribución tradicional, que solía ser la "columna vertebral" de la economía urbana.

Se necesitan urgentemente ajustes de política oportunos si no queremos mirar atrás de repente y darnos cuenta de que el mercado ya no es un lugar para ganarse la vida, sino sólo un recuerdo.

Fuente: https://phunuvietnam.vn/tieu-thuong-dong-loat-dong-quay-vi-hieu-ung-so-sai-20250613112648475.htm


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