Hace unas tres semanas, el Sr. P. presentó síntomas de sangre fresca en la orina con coágulos. Acudió al médico, quien le detectó un tumor en el riñón izquierdo.
En el Hospital Binh Dan, mediante una tomografía computarizada de masas (TCMC), los médicos descubrieron que tenía un tumor en el riñón izquierdo de 68 x 49 mm que había invadido el tejido adiposo circundante. Este tumor tenía un brote que se extendía a la vena cava, acercándose a la aurícula derecha. La cirugía era la única forma de salvarle la vida al paciente antes de que el brote invadiera el corazón o causara una embolia pulmonar.
Alto riesgo de muerte
El Dr. Ho Khanh Duc, jefe del Departamento de Cirugía Cardiovascular del Hospital Binh Dan, explicó que se trataba de una cirugía muy compleja, que requirió la coordinación de médicos de diversas especialidades, como urología, vascular, cardiovascular, hepatobiliar, medicina interna y el equipo de anestesia y reanimación. Este procedimiento quirúrgico también requiere el apoyo de un sistema de circulación extracorpórea para controlar y aislar el corazón, impidiendo el retorno de la sangre a la vena intervenida para que los médicos puedan operar con precisión.
"Si no se opera a tiempo, el paciente corre el riesgo de morir en pocos días si el tumor obstruye el flujo sanguíneo al corazón o provoca una embolia pulmonar a causa de la diabetes y la aterosclerosis coronaria", explicó el Dr. Duc.
Médicos durante la cirugía a un paciente.
La cirugía duró aproximadamente 6 horas, con un tiempo total de circulación extracorpórea de 60 minutos. La apertura de la aurícula y la vena cava para extirpar el tumor tardó aproximadamente 20 minutos. Tras la cirugía, los médicos aseguraron la hemodinámica del paciente, extirparon el tumor por completo, aplicaron los principios del tratamiento del cáncer de riñón y evitaron que el tumor se desplazara al corazón y obstruyera la arteria pulmonar. Al mismo tiempo, el paciente no sufrió una gran pérdida de sangre.
Esta fue una cirugía difícil, con patologías subyacentes complejas y un riesgo de mortalidad del 90%. Gracias a la determinación de la dirección del hospital, la buena coordinación de múltiples especialidades en cardiología y urología, y la importante función de la anestesia y la reanimación, la cirugía fue un éxito. El primer día postoperatorio, el paciente pudo retirar el tubo endotraqueal, respirar por sí solo y todos los signos vitales se mantuvieron estables. El paciente fue dado de alta al séptimo día postoperatorio, comentó el Dr. Ho Khanh Duc.
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