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El dilema de Europa en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China

Hubo un tiempo en que muchos creyeron que el presidente Trump podría ser la razón para que Europa y China se acercaran económicamente, pero eso no ha sucedido.

Báo Tuổi TrẻBáo Tuổi Trẻ07/07/2025


Europa - Foto 1.

La Unión Europea se ve arrastrada, sin quererlo, a la confrontación entre las dos principales economías del mundo - Foto: ASPENIA ONLINE

En el contexto de la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la perturbación del orden comercial mundial, la Unión Europea (UE) se enfrenta a un dilema cada vez más claro: quiere mantener relaciones estables con China, un importante socio comercial, pero no puede darle la espalda a Estados Unidos, un alias clave en materia de seguridad.

Cuanto más intenta Europa alcanzar el equilibrio, más siente los mientes de su ambición de "autonomía estratégica".

Añadir a 'pinzas'

Según el New York Times del 6 de julio, Estados Unidos, bajo el liderazgo del presidente Trump, está siguiendo una política comercial dura, imponiendo aranceles elevados a todas las importaciones, independientemente de los oponentes o aliados.

En el caso de la UE, según datos alternativos, de forma diferente, Washington tenía una relación similar con China, por lo que la geopolítica principal rivalizaba. Esto ha suscitado la preocupación en Bruselas de que la UE pueda sufrir daños colaterales en la lucha por recuperar las cadenas de suministro y el dominio industrial de Estados Unidos.

Loss of funcionarios de la UE están intentando actualmente negociar un acuerdo comercial preliminar con Estados Unidos, antes de que los altísimos aranceles recíprocos anunciados por Trump el 2 de abril entren en vigor oficialmente el 1 de agosto.

Pero para lograrlo, Europa podría verse obligada a aceptar condiciones delicadas, incluida una mayor presión sobre China, lo que podría tensar aún más las relaciones entre Bruselas y Pekín.

El problema es que, si bien la UE está de acuerdo con Estados Unidos en que China está incurriendo en prácticas comerciales desleales, la capacidad del bloque para presionar a Pekín es muy limitada.

Lo cierto es que la UE y China no tienen nada que ver con las condiciones económicas (como siempre, Francia e Italia dependen del origen de los bienes y materiales), así como tampoco con los sentimientos sobre el medio ambiente.

Esto hace imposible que Europa se "separe" o elija un bando decisivamente, a pesar de que tanto Washington como Pekín están presionando a la UE para que se incline hacia su lado.

No se puede ser duro con China y no se puede complacer a Estados Unidos.

Sin un palo que pueda usar como elemento disuasorio ni una zanahoria que pueda usar como moneda de cambio, la UE se está viendo arrastrada a un juego geopolítico entre las dos económicas mejillas grandes del mundo sin ninguna opción.

China aprovec rápidamente esta situación para exigir que la UE relaje sus controles a la exportación de productos de alta tecnología (como equipos para fabricar chips), que habían sido restringidos por funcionarios de la UE y Estados Unidos para impedir que China los utilizara con multas militares.

Por otro lado, Europa no está unificada en su enfoque hacia China. Alemania, la mayor economía de la UE, tiene profundos intereses comerciales con China, especialmente en la industria automotriz. Pero a medida que los productos baratos de empresas chinas como Shein y Temu inundan el mercado, muchos otros Estados miembros exigen controles más estrictos.

Europa - Foto 2.

Franceses hacen cola para comprar en la tienda Shein el 26 de junio - Foto: AFP

Las preocupaciones de Europa no son solo económicas. El apoyo indirecto de China a Rusia en su guerra contra Ucrania, al seguir comprando energía y bienes a Moscú, ha inquietado a Bruselas, especialmente en un momento en que la UE impone sanciones a Rusia.

Sin embargo, la UE tiene poca influencia para obligar a Pekín a cambiar su postura.

De cara a la cumbre en China prevista para finales de julio, las expectativas de un avance en las relaciones comerciales entre ambas partes son muy bajas.

Incluso muchos funcionarios de la UE no pudieron ocultar su engaño cuando la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó recientemente sin rodeos a China de utilizar una estrategia de "dominio, dependencia y chantaje".

Autonomía estratégica: más fácil decirlo que hacerlo

La Unión Europea esperaba que su papel de mediador entre Estados Unidos y China le otorgaría ventajas estratégicas y económicas. Pero la realidad es todo lo contrario: la UE se está convirtiendo en blanco de la competencia y la presión de ambas partes, lo quiera o no.

Incapaz de dar la espalda a EE.UU. por razones de seguridad, pero también incapaz de enfrentarse directamente a China deuda a su dependencia económica, Europa sigue siendo, en última instancia, la parte pasiva, que siempre tiene que "limpiar" las consecuencias de las decisiones de los dos centros de poder de arriba.

En un juego de gigantes, el intermediario siempre es el más peligroso. Para la UE, el sueño de la «autonomía estratégica» aún está muy lejos, y no será fácil escapar de la sombra tanto de Washington como de Pekín.

HA DAO

Fuente: https://tuoitre.vn/the-kho-cua-chau-au-giua-thuong-chien-my-trung-20250707145210961.htm


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