Desde su promesa de campaña para 2024, el presidente estadounidense Donald Trump ha tomado medidas para legitimar las criptomonedas como activo estratégico de Estados Unidos. El 2 de marzo, en la red social Truth Social, Trump reiteró su plan de establecer una reserva estratégica nacional. Dijo que había ordenado a los funcionarios estadounidenses establecer una reserva que incluya tokens de Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH), Ripple (XRP), Solana (SOL) y Cardano (ADA) y afirmó que "esto definitivamente convertirá a Estados Unidos en la capital mundial de las criptomonedas".

Este plan no solo conmovió a la comunidad de criptomonedas, haciendo que muchas criptomonedas volvieran a un fuerte aumento después de la caída anterior, sino que también planteó una gran pregunta: ¿puede Estados Unidos aprovechar sus reservas de criptomonedas para remodelar el poder financiero global, en el contexto de que el dólar estadounidense enfrenta nuevos desafíos?

Nueva dirección en la estrategia financiera de EE.UU.

Durante aproximadamente ocho décadas, desde la Conferencia de Bretton Woods en 1944, el dólar estadounidense ha sido la moneda de reserva mundial, inicialmente basada en el oro del Tesoro estadounidense. Sin embargo, el reciente auge de las economías emergentes, especialmente China, y la tendencia de los países a diversificar sus reservas de divisas están provocando un declive del papel del dólar estadounidense.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción del dólar estadounidense en las reservas de divisas de los bancos centrales mundiales ha caído del 72% en 2000 al 58% en 2023. Mientras tanto, según el Banco Popular de China (PBoC), el país ahora liquida el 25% de sus transacciones comerciales en renminbi (CNY).

Además, la aparición de la moneda digital Yuan emitida por el PBoC (e-CNY), así como el crecimiento explosivo de muchas otras monedas digitales como Bitcoin, han causado preocupación en EE. UU., ejerciendo una presión sin precedentes sobre la posición dominante del USD.

La propuesta de Trump de crear una reserva de criptomonedas, centrada en Bitcoin, Ethereum y otras monedas importantes, es vista como un esfuerzo estratégico de Estados Unidos no solo para adaptarse sino también para liderar la era financiera digital.

La reserva de moneda digital, de ser aprobada por el Congreso de EE. UU., no solo sería una mina de oro digital, sino que también se consideraría una herramienta para que EE. UU. consolidara su influencia económica. Esta idea surge de la percepción de que las criptomonedas se están convirtiendo gradualmente en una parte indispensable del sistema financiero global. Anteriormente, varias grandes instituciones financieras como BlackRock y JPMorgan han abierto fondos de inversión en Bitcoin, y próximamente también en Ethereum y otras monedas estables.

El tamaño del mercado de criptomonedas también ha aumentado considerablemente en los últimos años. La capitalización bursátil, a la tarde del 3 de marzo, superó los 3 billones de dólares. Esto también indica que, si el gobierno estadounidense se mantiene al margen, cederá el terreno a sus rivales geopolíticos.

Más que simplemente acumular Bitcoin o Ethereum, las reservas de criptomonedas también pueden contribuir al desarrollo de blockchain, la tecnología central de las monedas digitales.

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El presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a mencionar el plan para establecer una reserva nacional de moneda digital. Foto: tekedia

Impacto en el poder financiero global

Se puede ver que si Estados Unidos reconoce las criptomonedas como activos de reserva legal, esto podría desencadenar una ola de adopción similar en otros países, aumentando así la liquidez y el valor de las principales criptomonedas.

Además, esta reserva también podría convertirse en una herramienta de protección contra riesgos económicos. En un contexto donde la inflación global sigue siendo preocupante y las políticas descontroladas de impresión monetaria han generado controversia, Bitcoin, con una oferta fija de 21 millones, se considera un "oro digital" capaz de preservar su valor. Si Estados Unidos acumula una gran cantidad de Bitcoin, no solo protegerá sus activos de las fluctuaciones monetarias, sino que también presionará a otros países para que revaloricen sus reservas nacionales.

En la actualidad, el poder financiero de EE. UU. se basa en gran medida en el sistema SWIFT y en el papel del dólar estadounidense en el comercio internacional; la tasa de pago en dólares estadounidenses alcanza en todo el mundo aproximadamente el 50%.

Sin embargo, este sistema está amenazado por iniciativas como la blockchain transfronteriza de China y alianzas económicas emergentes como los BRICS (Rusia, China, Brasil, India y Sudáfrica…) que quieren reducir la dependencia del dólar.

Una reserva de moneda digital podría ser la respuesta de Estados Unidos para mantener su liderazgo. Al integrar las monedas digitales en sus reservas nacionales, Estados Unidos podría definir los estándares globales para la gestión y el uso de estas, controlando así una parte significativa de los flujos financieros digitales.

Sin embargo, el camino hacia una reserva digital no es fácil. En primer lugar, la volatilidad de las monedas digitales es un obstáculo importante. El precio del bitcoin puede dispararse hoy, pero también puede desplomarse inesperadamente, como ocurrió con la caída de su precio de 100.000 a 80.000 dólares en los últimos días, lo que supone un riesgo para las reservas nacionales. Esta inestabilidad dificulta que las monedas digitales cumplan con los estándares de un activo de reserva tradicional como el oro o el dólar estadounidense.

En segundo lugar, el marco legal en Estados Unidos sigue siendo incierto. A pesar del apoyo de Trump a las monedas digitales, el Congreso estadounidense, dividido entre ambos partidos, podría retrasar o negarse a aprobar la legislación necesaria. Los legisladores conservadores están preocupados por los riesgos de lavado de dinero y financiación del terrorismo. Sin consenso, el plan podría quedar en una simple idea.

Finalmente, la respuesta internacional también es importante. Algunos funcionarios del BCE han expresado su escepticismo sobre la inclusión de Bitcoin en sus reservas, argumentando que no es lo suficientemente líquido ni estable. Si aliados importantes como la UE no lo apoyan, Estados Unidos podría verse aislado en sus esfuerzos por reestructurar el sistema financiero global.

A pesar de los desafíos, si la reserva se implementa con éxito, Estados Unidos podría transformar las criptomonedas, pasando de ser un activo especulativo a una herramienta estratégica que no solo fortalezca el poder financiero, sino que también impulse la innovación tecnológica. La primera Cumbre de Criptomonedas de la Casa Blanca, programada para el 7 de marzo, será el lugar donde Trump y los líderes del sector debatirán cómo hacer realidad esta visión.

Además, la participación de figuras como Elon Musk, ferviente defensor de las criptomonedas, podría impulsar el crecimiento. Si Tesla u otras grandes empresas comienzan a acumular bitcoins como parte de su estrategia corporativa, podría impulsar una tendencia similar a nivel nacional, creando un efecto dominó global.

Trump advierte a Ucrania y confronta a China: La carrera por los minerales define el futuro . El suministro de minerales esenciales, especialmente tierras raras, ha sido durante mucho tiempo el talón de Aquiles de Estados Unidos en la carrera tecnológica y económica global. La administración de Donald Trump ha implementado numerosas soluciones para reducir la dependencia de China.