El Gran Órgano de Estalactitas está hecho de estalactitas del sistema de cuevas de Luray, lo que le da un sonido único en el mundo .
El instrumento musical más grande del mundo, el Gran Órgano de Estalactitas. Vídeo : Gran Historia
Las cuevas de Luray fueron descubiertas por el hojalatero Andrew Campbell y su sobrino el 13 de agosto de 1878. Es el sistema de cuevas más grande del este de los Estados Unidos, con innumerables estalactitas y estalagmitas.
La formación de la cueva comenzó hace cientos de millones de años, cuando la zona formaba parte de un antiguo lecho marino. Con el tiempo, los sedimentos se comprimieron, formando un tipo de piedra caliza llamada dolomita. Cuando dos continentes colisionaron hace entre 300 y 500 millones de años, formando los Apalaches, la roca fue empujada hacia arriba y se convirtió en la zona conocida hoy como Cave Hills. Las cuevas se formaron cuando el agua ácida se filtró a través de las grietas de la roca, y se desarrollaron estalactitas y estalagmitas a partir del carbonato de calcio depositado por las gotas de agua.
Poco después del descubrimiento de la cueva, la gente empezó a notar sus propiedades acústicas, e incluso se celebraban conciertos allí, según un libro de 1880. El autor del libro contaba que cuando un guía golpeaba las estalactitas con los dedos, estas emitían sonidos dulces y seductores.
En 1954, el matemático e ingeniero eléctrico Leland Sprinkle y su hijo visitaron las cuevas de Luray, donde un guía turístico demostró que las estalactitas de diferentes tamaños producían sonidos diferentes.
Sprinkle decidió construir el instrumento musical más grande del mundo, el Gran Órgano de Estalactitas. Pasó tres años raspando estalactitas para crear las notas correctas, dejando dos de las 37 estalactitas intactas porque el sonido ya era ideal. Luego creó un sistema para que, al pulsar las teclas del órgano, se transmitiera una señal eléctrica a un dispositivo de percusión, que golpeara la estalactita correspondiente.
Los resultados fueron impresionantes y variados, dependiendo de la ubicación del oyente en la cueva. «La acústica de las cuevas no es uniforme. En algunos lugares el rebote es bajo, en otros sí. Cuanto más porosas o irregulares sean las paredes de la cueva, menos reverberante será el sonido», explica el arqueólogo acústico David Lubman.
El gigantesco instrumento cubre una superficie total de unos 14.100 metros cuadrados y no es fácil de tocar, ya que el tiempo transcurrido entre pulsar las teclas y oír las notas es de casi un segundo. Además, las estalactitas se encuentran dispersas por toda la cueva, por lo que el tiempo que tardan las notas en llegar a los oídos del intérprete no es el mismo. Para mayor comodidad, el instrumento ahora está automatizado cuando toca para los visitantes.
Thu Thao (según IFL Science )
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