Llegaron las vacaciones de verano. Los niños están deseando cumplir sus sueños. Los padres también tienen planes de verano para sus hijos. A veces, no se ponen de acuerdo. ¿Cómo lograr un verano satisfactorio para ambos?
Pasión de niños, experiencia de adultos
Después de nueve largos meses de duro trabajo y estudio, muchos niños están ansiosos por que llegue pronto el verano, para poder hacer realidad sus planes personales que siempre han deseado.
Podría ser el deseo de ir a nadar todos los días, disfrutar del frescor de la piscina de verano y divertirse y jugar al máximo. Podría ser el deseo de apuntarse a clases de arte para bailar y cantar, sumergirse en la música y las infinitas tendencias de la infancia.
Para que el verano sea realmente significativo, los adultos deberían vivirlo con sus hijos. (Foto: Thanh Huyen) |
También podría ser el deseo de volver a la ciudad natal de tus padres o de tu madre, de visitar los espacios verdes de tu infancia, en lugar de los aburridos muros de hormigón de la ciudad. O podría ser el deseo de asistir a clases de pintura, de fascinarte con las líneas y los colores, de dibujar nuevas perspectivas infantiles...
Sin embargo, las pasiones de los niños no siempre coinciden con las de sus padres. De ahí surgen los conflictos estivales.
Nosotros los padres tenemos a menudo la sensación común de que debemos elaborar un plan de verano para nuestros hijos, para evitar que vayan por caminos equivocados, no adecuados a las exigencias de desarrollo de la sociedad.
Con la experiencia de la vida, solemos asumir que sabemos en qué son buenos y malos los niños, qué necesitan y qué deben hacer. Por lo tanto, solemos asumir que, para tener un buen futuro, los niños deben escuchar las recomendaciones de los adultos, incluyendo cómo pasar el verano.
Por otro lado, los niños suelen tener necesidades y expectativas diferentes a las esperanzas y planes de los adultos. Durante los nueve meses del curso escolar, han intentado seguir las instrucciones de sus padres, y ahora que llega el verano, sienten la necesidad de espacio y tiempo para satisfacer sus propios deseos.
Y cuando no se puede encontrar un terreno común, los conflictos surgen uno tras otro.
Verano para toda la familia
Los psicólogos y sociólogos modernos recomiendan que los adultos nos comuniquemos con los niños para encontrar consensos, en lugar de la tendencia de los adultos a imponer según el modelo tradicional de educación familiar.
Para encontrar un punto común, podemos considerar las siguientes tres sugerencias:
En primer lugar, esté siempre dispuesto a escuchar e intentar comprender el punto de vista del niño. Y viceversa, también es necesario explicarle que también necesita escuchar y comprender las opiniones de los adultos.
La comunicación bidireccional es esencial para compartir y dialogar. Para lograr buenos resultados en la confianza, los adultos deben usar un lenguaje apropiado para la edad de sus hijos, evitando expresiones complejas.
En segundo lugar , necesitamos una actitud abierta para alcanzar el consenso, aceptando las voces de los niños. Si no estamos de acuerdo, debemos convencerlos con argumentos sólidos y ejemplos vívidos, en lugar de imponer una actitud unilateral. También debemos buscar una solución de compromiso, razonable y lógica, en lugar de dejar que ambas partes resuelvan los conflictos psicológicos que puedan surgir.
Finalmente, para que el verano sea realmente significativo, los adultos deberían vivirlo con sus hijos. Si los adultos solo hacen planes y les piden a los niños que lo hagan solos, los resultados no serán los esperados.
El verano no es solo para niños. El verano no es solo para padres. El verano es para toda la familia. Las actividades deben ser experiencias compartidas.
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