Ha Giang, con su meseta de piedra Dong Van, se ha convertido en un destino predilecto para quienes disfrutan de viajar por el país. Al llegar aquí, los visitantes no solo se maravillan con el majestuoso paisaje de capas de montañas rocosas en una extensa área, reconocida como Geoparque Global, sino que también experimentan la vida de las minorías étnicas en la zona más septentrional del país. Esta imagen nos evoca un hermoso momento de silencio en medio de la meseta de piedra...
Al pasar el peligroso paso de montaña, con sus vertiginosos giros, la meseta de piedra de Dong Van se presenta con una gran cantidad de emociones. Abrumado por el paisaje agreste pintado por montañas rocosas, salpicado de nubes que penden perezosamente como suaves cintas de seda.
Me conmueve lo que la gente de aquí ha creado con resiliencia, desde los campos en terrazas que se extienden a lo largo de las laderas de las montañas o las casas hechas de tierra, las cercas de piedra y, especialmente, las prácticas agrícolas en los campos rocosos de las minorías étnicas.
Con una superficie de aproximadamente 2356 kilómetros cuadrados, la meseta kárstica de Dong Van es una zona montañosa rocosa de más de 1000 metros de altitud. Según la evaluación del Consejo Asesor de la Red Mundial de Geoparques (UNESCO), la meseta kárstica de Dong Van es una de las zonas montañosas de piedra caliza más especiales, un tesoro histórico del complejo y prolongado desarrollo geológico de la corteza terrestre. La meseta kárstica de Dong Van alberga cientos de patrimonios geológicos, topográficos y geomorfológicos, que se consideran diversos y bien conservados en las condiciones naturales de la zona.
El geoparque no solo posee un gran valor científico , sino que también ejerce un atractivo especial para la industria turística gracias a su paisaje. Es como perderse en un terreno rocoso, salvo por el camino que hay frente a ti; al girar a la izquierda y a la derecha, se encuentran cordilleras de afiladas orejas de gato, majestuosos acantilados verticales y profundos abismos. En medio de las inmensas montañas rocosas, los humanos parecen diminutos.
La gente de aquí vive entre rocas, y junto con ellas construyen una vida resiliente al enfrentarse a la crudeza de la naturaleza. El gris de las rocas de la montaña ya no es sombrío, pues de sus hoyos brotan árboles verdes que dan lugar a campos de col, maíz, frijoles y arroz. El conocimiento del cultivo en hoyos de roca de los habitantes de la meseta de Ha Giang ha sido reconocido por el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Para las minorías étnicas de la zona, el conocimiento del cultivo en hoyos de roca es simplemente la experiencia y las habilidades agrícolas adaptadas a las condiciones naturales, transmitidas y resumidas de generación en generación para su uso en la vida.
Pero con el tiempo, y a lo largo de muchas generaciones, los valores culturales que se han formado junto con estas prácticas agrícolas, como las creencias y costumbres agrícolas, se han convertido en identidades únicas. Imágenes de exuberantes campos de maíz, campos de flores de mostaza amarilla y ocasionales figuras encorvadas en los campos, o de mujeres acarreando tierra diligentemente, serán una prueba conmovedora del espíritu humano que se alza ante las dificultades.
Cuanto más viajas, más admiras. Quien visita la meseta de piedra admira la voluntad y determinación de su gente al construir una carretera que conecta cuatro distritos ubicados íntegramente dentro del Geoparque de la Meseta de Piedra de Dong Van: Quan Ba, Yen Minh, Dong Van y Meo Vac. La Carretera de la Felicidad, de más de 180 km de longitud, se construyó durante seis años con el esfuerzo y la dedicación de decenas de miles de jóvenes voluntarios, incluidos muchos niños de minorías étnicas de la región montañosa del norte.
La carretera llamada Felicidad, de más de 180 km de longitud, llevará a los visitantes a través de imponentes pasos, donde parece que se puede tocar la superficie de las nubes. Y especialmente a través de uno de los "cuatro grandes pasos de montaña" del norte, el paso de Ma Pi Leng. En la cima del paso, muchos visitantes se detienen a admirar el paisaje: una región montañosa se abre ante sus ojos, con majestuosas montañas y nubes mágicas. A lo lejos, el verde río Nho Que fluye apaciblemente como si la naturaleza salvaje hubiera existido allí durante miles de años. El paisaje de este lugar se considera el más hermoso de todo el viaje a la meseta de piedra de Dong Van.
Revista Heritage
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