Una familia armoniosa y amorosa ayudará a los niños a sentirse seguros y confiados, integrándose fácilmente y desarrollándose integralmente. (Foto: Tran Hao) |
Empieza desde lo más pequeño
El Día de la Familia Vietnamita (28 de junio) no es sólo una ocasión para honrar el valor sagrado de la familia, sino también una oportunidad para mirar atrás: la familia es el primer entorno de aprendizaje y tiene influencia en la formación de la personalidad de los niños.
Desde los primeros años de vida, los niños no aprenden a través de los libros ni de la escuela, sino del comportamiento de sus padres en todas las situaciones de la vida. La forma en que los adultos muestran cariño, saben escuchar y saben encontrar el equilibrio entre el cariño y la libertadde explorar , es la base fundamental de la inteligencia emocional.
Los niños no crecen con moralejas áridas, sino con la seguridad que sienten cuando sus padres los abrazan, con las palabras de aliento cuando tropiezan o simplemente con la mirada tierna cuando prueban algo nuevo. Estos pequeños gestos, aparentemente invisibles, son mensajes poderosos.
Una familia imperfecta puede ser un hogar seguro si sus miembros son escuchados, se expresan y se les da el derecho a fallar, tropezar y levantarse de nuevo. En este mundo ajetreado, volátil y tecnológicamente dinámico, quizás lo más valioso que un padre puede dar a su hijo no son las cosas materiales, sino su plena presencia: una palabra de indagación cuando el niño guarda silencio, un poco de paciencia para escuchar cuando comete un error.
“No importa cómo cambie la sociedad, el valor de una familia fuerte sigue siendo la raíz que nutre a individuos fuertes, éticos y capaces de adaptarse a la vida”. |
El cariño de los padres no solo ayuda a los niños a sentirse cómodos y seguros, sino que también les ayuda a reconocer, comprender y regular sus propias emociones. Esta capacidad no surge de forma natural, sino que se desarrolla a través de las interacciones diarias. Cuando los niños aprenden a mantener la calma ante las dificultades, a comprender a los demás y a actuar con responsabilidad ante sus emociones, tendrán una base sólida para construir relaciones saludables, tomar buenas decisiones y ser resilientes ante los desafíos.
Cada persona puede empezar desde lo más pequeño, como un abrazo, un saludo, una tarde de colgar el teléfono para escucharse. Porque el calor de la familia no solo nutre el presente, sino que también crea el futuro: un futuro con personas que saben amar, vivir con bondad y ser dueñas de su propia vida.
La familia es siempre la cuna que nutre, moldea la personalidad e influye profundamente en el desarrollo psicológico y social de cada persona. En el contexto de la sociedad moderna, los valores tradicionales pueden tambalearse, pero el papel de la familia permanece inalterado. Independientemente de los cambios sociales, el valor de una familia sostenible sigue siendo la raíz que nutre a individuos fuertes y morales capaces de adaptarse a la vida.
Un niño que crece en un entorno amoroso, comprensivo y con una orientación adecuada desarrollará una base emocional sana, buenas habilidades de comunicación, confianza en sí mismo y un alto nivel de autocontrol. Por el contrario, los traumas en la infancia, la falta de afecto parental o un entorno familiar violento y opresivo suelen dejar secuelas en la percepción y el comportamiento social. La familia, en su sentido más amplio, no es solo un lugar para estar juntos, sino un lugar para sentirse unidos, donde cada miembro es reconocido, amado y se le permite ser él mismo.
Por muy moderna que sea la vida, la familia siempre es el factor clave que forja una buena sociedad. (Foto: Khanh Thi) |
Construyendo nuevos elementos adecuados a los tiempos
El desarrollo de la sociedad moderna ha traído consigo numerosos cambios en la estructura familiar. Las familias nucleares están sustituyendo gradualmente al modelo de familia extensa multigeneracional, cada vez hay más mujeres trabajando, las familias monoparentales son cada vez más comunes y los límites de los roles de género en la familia se están flexibilizando.
Sin embargo, a pesar de todos estos cambios, aún existen valores que es necesario preservar, necesarios para el desarrollo sostenible de cada familia. Estos son el amor incondicional, el respeto mutuo, la responsabilidad entre los miembros, la solidaridad y el compartir. Estos valores no se desvanecen con el tiempo, sino que cobran cada vez más valor en la sociedad moderna.
El desarrollo de la tecnología, especialmente las redes sociales y los dispositivos inteligentes, ha transformado profundamente la forma en que los miembros de la familia se conectan. Por un lado, la tecnología ayuda a los padres a hablar con sus hijos cuando están de viaje de negocios, a los abuelos a ver a sus nietos por videollamada y a toda la familia a compartir momentos en línea. Pero, por otro lado, muchas familias hoy en día están emocionalmente distantes, ya que cada miembro está inmerso en su propio mundo a través del teléfono.
Muchos padres están más absortos en las noticias que escuchando las historias de sus hijos en la escuela. Muchos niños se sienten más cómodos confiando en las redes sociales que en sus seres queridos. Entonces, ¿cómo podemos encontrar el equilibrio? La respuesta no es eliminar la tecnología, sino usarla intencionalmente, poniendo a la familia en el centro de nuestra vida diaria. Establezcan horarios sin teléfono durante las comidas, mantengan el hábito de charlar juntos por la noche y hagan las tareas del hogar o jueguen con sus hijos en lugar de que cada uno tenga un teléfono.
En el contexto de la integración y la modernización, las familias vietnamitas se enfrentan tanto a desafíos como a oportunidades para consolidar los valores tradicionales y adaptarse a la nueva era. Valores como la piedad filial hacia los padres, el amor a los hijos, el sacrificio silencioso y el espíritu de apoyo mutuo siguen siendo una hermosa identidad. Al mismo tiempo, las familias vietnamitas también necesitan construir nuevos valores como la igualdad de género en la distribución de responsabilidades, escuchar en lugar de imponer, respetar las diferencias en lugar de asimilarse y educar a los hijos acompañando en lugar de controlando.
Una familia fuerte no es aquella sin conflictos, sino aquella que sabe dialogar, resolver problemas y superarlos juntos. La felicidad familiar no reside en la abundancia material, sino en que cada miembro de la familia se sienta respetado y apoyado cuando lo necesita.
En la vida moderna, donde la presión puede quebrantar fácilmente a las personas, la familia necesita ser una base sólida. Para que la familia sea verdaderamente un hogar cálido, una base para la formación de la personalidad y los valores de vida, cada miembro debe ser responsable no solo de preservar, sino también de renovar.
La familia es el entorno más importante que cada individuo experimenta. En ella se forman valores fundamentales como el amor, el compartir, la gratitud, el respeto y la responsabilidad. La forma en que los padres se comunican, se comportan y educan a sus hijos influirá directamente en su percepción del mundo, su perspectiva de la vida y su desarrollo social. Una familia armoniosa y amorosa ayudará a los niños a sentirse seguros y confiados, integrándose fácilmente y desarrollándose integralmente.
Independientemente de la modernidad de la vida, el papel de la familia siempre es un factor clave para construir una buena sociedad. Al preservar los valores tradicionales y construir nuevos elementos adecuados a los nuevos tiempos, la familia vietnamita seguirá siendo un hogar sólido, donde cada miembro encuentra paz, felicidad y motivación para desarrollarse.
Fuente: https://baoquocte.vn/gia-dinh-thich-ung-trong-thoi-dai-moi-319242.html
Kommentar (0)