- Al regresar a Vietnam con motivo del 80º aniversario del Día Nacional, ¿cómo se siente acerca del ambiente aquí?
Mi primera impresión al bajar del avión fue la de siempre: emotiva, como si volviera a casa. Enseguida vi banderas rojas con estrellas amarillas ondeando por todas partes, las calles estaban limpias y decoradas con colores vibrantes. Esto me recordó el ambiente en Francia antes de cada gran evento: la gente limpiaba a la vez, preparándose con esmero para recibir a los invitados. En cuanto dejé mi equipaje en el hotel, dos chicas jóvenes y yo fuimos directamente a la oficina de correos de Hanói. Allí, sentí el ambiente festivo: ensayos, cantos, niños jugando con la alegría de sus padres. Un ambiente verdaderamente vibrante y alegre.
Sra. Elisabeth Helfer Aubrac, hija adoptiva del tío Ho. (Foto: Dinh Hoa) |
En sus recuerdos de infancia, ¿qué imagen del presidente Ho Chi Minh es la más vívida? ¿Y cómo percibe la amistad entre él y su padre, el Sr. Raymond Aubrac?
El presidente Ho Chi Minh vivió en casa de mis padres, quienes participaron activamente en el movimiento de resistencia. Desde niños, mis hermanos y yo fuimos inculcados por el espíritu de libertad, igualdad y caridad. Para nosotros, no solo era un padrino, sino también un miembro de la familia.
De pequeña, no tenía ni la menor idea de lo que era la Guerra de Indochina y, por supuesto, nadie podría haber predicho la guerra de Vietnam que vendría después. Pero poco a poco, me di cuenta de que el presidente Ho Chi Minh era una figura extraordinaria, no solo por las fotos, sino también porque era parte de mi familia.
Aunque ya no nos veíamos en persona, seguía con la costumbre de escribirle felicitaciones de Año Nuevo, y él, de una forma u otra, siempre me enviaba saludos de cumpleaños. Por lo tanto, el presidente Ho Chi Minh no era un desconocido, sino un ser querido que siempre estaba presente. Poco a poco, comprendí mejor su figura como líder, pero su personalidad tenía muchas similitudes con la de mi padre y sus amigos, todos ellos provenientes del movimiento de resistencia, así que no me sorprendió darme cuenta. Todo transcurría con normalidad, dentro del flujo natural de la familia.
Mi padre, Raymond Aubrac, fue un hombre humilde, que mantuvo su integridad e independencia, y nunca usó su fama para buscar un puesto. El presidente Ho Chi Minh confiaba plenamente en él, y esa confianza contribuyó a fortalecer la fe del pueblo francés en él. La base de esa relación fue la confianza y la sencillez de carácter, puntos en común entre dos hombres excepcionales. Mi padre también se ganó la confianza de líderes franceses, como el primer ministro Mendès France durante el período 1946-1954. Gracias a ello, esta especial amistad contribuyó a impulsar importantes avances en la relación entre Vietnam y Francia durante un período histórico difícil.
El presidente Ho Chi Minh con su hija adoptiva, Babette. (Foto: KT) |
- ¿Cuáles son sus impresiones sobre los cambios que ha experimentado Vietnam a lo largo de los años?
La primera vez que vine a Vietnam fue en 1987. En aquel entonces, Hanói aún tenía muchos cráteres de bombas, el aeropuerto era viejo, no había electricidad ni carreteras; la gente vivía en la miseria, carecía de todo. Pero lo que me conmovió fue que todos trabajaban, desde reparar bicicletas hasta reparar herramientas rotas, a veces una lata de comida, una radio... nadie se quedaba de brazos cruzados.
Después de eso, regresé más de diez veces y mi esposo iba a Vietnam casi cuatro veces al año. Fui testigo de una asombrosa velocidad de desarrollo: el pueblo vietnamita mantuvo la frente en alto, reconstruyéndose unido. Las huellas de la guerra se desvanecieron gradualmente, salvo las graves consecuencias del Agente Naranja. En cambio, se manifestó una resiliencia extraordinaria.
En su opinión, ¿cómo se ha cultivado la amistad entre Vietnam y Francia en las últimas décadas? ¿Qué puede contribuir a fortalecer el vínculo entre ambos pueblos?
Desde una perspectiva personal, creo que hubo momentos en que la relación no fue la esperada. El general Vo Nguyen Giap me dijo una vez: «Nunca he estado en Francia porque Francia no me invitó». Eso demuestra mis dudas pasadas.
Sin embargo, Francia ha realizado importantes contribuciones, especialmente después del Doi Moi, al ayudar a Vietnam a integrarse internacionalmente, unirse a organizaciones internacionales y apoyarlo en el ámbito de la ciencia y la tecnología. Creo que la relación entre ambos países puede fortalecerse aún más, especialmente en el marco de la Unión Europea. El ámbito de la educación y la formación es un ejemplo, ya que actualmente el francés en Vietnam aún es limitado. Es necesario seguir promoviendo la estrecha relación entre las jóvenes generaciones de Vietnam y Francia.
Un ejemplo típico es el Centro Franco-Vietnamita de Formación en Gestión (CFVG). Durante más de 30 años, el Centro ha formado a numerosas generaciones de maestros en economía, finanzas y administración. Los estudiantes vietnamitas estudian en inglés y luego continúan el programa conjunto en la Universidad de la Sorbona (Francia). Aunque no se utiliza el francés, este modelo aún crea un fuerte vínculo entre la juventud de ambos países. Creo que estas formas de cooperación abierta deberían ampliarse, tanto en medicina como en muchos otros campos, para que las generaciones más jóvenes tengan más oportunidades de conectar y desarrollarse juntas.
- Con motivo del 80º aniversario del Día Nacional de Vietnam, ¿qué mensaje quiere enviar al pueblo vietnamita?
Para un país, 80 años es muy, muy joven; es solo el comienzo de un gran progreso. Para una mujer, 80 años no son necesariamente el comienzo de un gran avance. Pero a mi edad, la esperanza es ver, o mejor dicho, saber: si este país continúa por el camino actual, abierto y creativo, y al mismo tiempo se preocupa más por el medio ambiente, entonces, al presenciar la elegancia, el coraje y la amabilidad del pueblo vietnamita, una mujer de 80 años podrá pensar: "Este país tiene un futuro maravilloso".
¡Muchas gracias!
Fuente: https://thoidai.com.vn/con-gai-nuoi-cua-bac-ho-chia-se-ve-suc-bat-phi-thuong-cua-viet-nam-216013.html
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